+ Mons. Manuel Herrero Fernández, OSA. Administrador Apostólico de la Diócesis de Palencia
El día 31de octubre, martes, fue muy movido en el Obispado con reuniones, rueda de prensa, comunicados, etc. Yo anuncié a los sacerdotes, diáconos, miembros de vida consagrada, fieles laicos y a todos los palentinos, creyentes o no, que la diócesis, a raíz de mi renuncia por haber cumplido ya los 75 años, tiene un nuevo Obispo, nombrado por el papa Francisco, que se llama Mikel Garciandía Goñi, de 59 años, sacerdote navarro, y qué próximamente, previsiblemente el 20 de enero, será ordenado aquí obispo de Palencia.
A la salida del edificio del obispado una persona me preguntó qué función tienen el obispo y qué es una diócesis. Del nuevo Obispo no escribo porque ya lo presenté y él mismo presentó un saludo, con una pequeña biografía, y un video de saludo. Sí deseo escribir y presentar hoy qué es una diócesis y en escritos posteriores qué servicio o función tiene el obispo en una Iglesia.
Lo primero que tengo que decir es que la palabra “diócesis” viene desde antiguo. Es una palabra que viene del griego, pero que fue adoptada por la antigua Roma en el siglo III, para designar un distrito o territorio sobre el que tiene jurisdicción una autoridad.
En el lenguaje de la Iglesia se designa con el mismo a una comunidad cristiana determinada que camina en un territorio.
Lo primero que hay que decir es que es una expresión que se refiere a una forma de Iglesia.
Lo fundamental es ser Iglesia. Y la Iglesia, ¿qué es? No es un edificio, aunque sea muy antiguo con una torre y con campanas, aunque sea muy artístico, o muy sencillo y simple; la Iglesia es algo muy grande: un misterio, que se vive en comunión para realizar una misión.
La misma Iglesia Católica se ha visto y presentado a sí misma en el Concilio Vaticano II, en sus llamadas “constituciones”: Es una comunidad, un signo o instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad del género humano. (LG 1). A la luz de la Palabra de Dios (DV) es un pueblo, el de Dios, convocado y congregado por Dios, que en la Biblia se denomina de muchas maneras, pero ejemplo, familia de Dios, campo de Dios, redil, construcción de Dios, templo de Dios, la Jerusalén, ciudad de paz, de arriba, cuerpo de Cristo, ciudad de Dios, etc.
Este pueblo tiene por Cabeza a Jesucristo; la condición de sus miembros es la dignidad y libertad de los hijos de Dios; su ley, el mandato del amor, y su destino es el Reino de Dios; además se ve a sí misma como germen seguro de unidad, esperanza y salvación del género humano. El origen está en Dios, que es Padre, creador del cielo y de la tierra que nos ama con entrañas maternales, que se ha manifestado en Jesucristo, en su persona, palabra, y vida, muerte y resurrección y que nos ha donado el Espíritu Santo para vivir y celebrar su amor (SC), trabajar por el Reino, y para que llevemos la noticia de su amor, su luz y esperanza a todos y cada uno de los hombres de todas las generaciones teniendo por guía su palabra o evangelio (AG). La Iglesia es ese pueblo que cree, espera y ama a Dios en este mundo (GS), aunque sea convulso y pase por dificultades, compartiendo el gozo, la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres y que quiere peregrinar sinodalmente, es decir, caminar, vivir la fe y testimoniarla comunitariamente, todos juntos.
Pero es un pueblo que cree, espera y ama, que se reúne para celebrar a Dios y ser testigo de su amor en un lugar, en el mundo, en nuestra tierra concreta. La nuestra aquí y hoy, en Palencia, en el territorio de la Provincia de Palencia. Antes tuvo otra configuración territorial más grande, de tal manera que, por ejemplo, parte de la provincia de Valladolid y su capital, formaban parte de la Diócesis de Palencia. Y teniendo en cuenta el tiempo, ya en el siglo III había cristianos en Palencia, y en el siglo VI ya había obispos en Palencia, lo cual indica que aquí ya había comunidades cristianas. En la Exposición “Renacer” (2022-2023) que conmemoraba el séptimo Centenario del Templo Madre, la Catedral, pudimos ver un testimonio en un cristal de la existencia de cristianos aquí en el siglo III. Y había obispos que participaron en los Concilios de Toledo (589-693), en la época visigótica así los obispos Murila, Conancio, Ascario, Concordio y Basualdo, por citar algunos. Con la invasión árabe hay tres siglos de silencio, hasta que en 1035 Sancho III el Mayor de Navarra y Bermudo III de León, la restauran. A lo largo de los siglos ha tenido distinta configuración en sus límites. La última remodelación de límites geográficos ha sido en los años 1954-1955, en que sus límites coinciden con los de la Provincia civil de Palencia. Hasta ahora han estado al frente de la misma 101 obispos.
Es una diócesis con mucha historia, con muchos misioneros, con obispos santos, como San Manuel González, misioneros, como Mons. Nicolás Castellanos, con muchos testigos de la fe, beatos y mártires, con muchos sacerdotes ilustres, con muchas expresiones de vida consagrada, con una multitud de hombres y mujeres sencillos y trabajadores que han vivido la fe , expresada en muchas obras y servicios de todo tipo, en esta tierra nuestra, son los “santos de la puerta de al lado”, que dice el Papa Francisco.