Jueves, 31 Octubre 2019 09:22

Celebrando la Palabra - XXXI Domingo Tiempo Ordinario (3 de noviembre)

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Celebración del XXXI Domingo del Tiempo Ordinario. 3 de noviembre de 2019.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar, en un lugar bien visible, un cartel con una de estas frases: “El encuentro con Jesús salva” o “Las criaturas son huellas de Dios”

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Dicen que la suerte pasa una vez a muestro lado y que hay que aprovecharla. Lo que nos cuenta hoy el Evangelio puede interpretarse en este sentido. Un publicano, Zaqueo, no quiere desaprovechar la ocasión de encontrarse con Jesús, que pasa por la puerta de su casa. Y hasta se sube a un árbol para llamar más la atención. Jesús se da cuenta de su interés y hace una parada en su casa. Fue la “salvación” para este hombre, Zaqueo, y los suyos.

Canto

Saludo. Hermanos y hermanas, bendigamos a Dios, amigo de la vida.

Acto penitencial

Tú que has venido a buscar a los pecadores: Señor ten piedad.

Tú que acoges y te relacionas con todos, Cristo, ten piedad.

Tú que eres bueno con todos, Señor, ten piedad.

Gloria

Oración. Padre misericordioso, de Ti viene todo lo que somos capaces de hacer bien en el servicio a los hermanos; haz que sintamos siempre tu ayuda y tu compañía, para, así, no desanimarnos nunca en el trabajo por el Reino. Por J. N. S. Amén.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. Dios, que es autor y amigo de la Vida, restablece y anima todo lo que está dañado. No quiere ver a las personas infelices, busca el modo de provocar el encuentro liberador. Jesús, presencia viva y humana, de Dios, se cruza en el camino de nuestra vida y nos ofrece su amistad salvadora. Sucedió con Zaqueo y acontece hoy aquí, en esta comunidad creyente.

Lecturas. Sb 11,23-12,2. Salmo o canto. 2Ts 1,11-2. Aclamación (Aleluya). Lc. 19,1-10. Breve silencio.

Comentario homilético. ¡Señor, amigo de la vida...! ¡Qué bien resuena esta expresión en el interior de un creyente! En verdad, este atributo le va a Dios de maravilla, Él diseñó la creación como un paraíso para disfrute de todos los humanos. Y a pesar de nuestro pecado, insiste en ofrecer la salvación.

Jesús, testigo sobresaliente de este Dios, amigo de la vida, ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Por eso, sale a la calle y a los caminos por donde transitamos nuestras vidas, para encontrarse con nosotros, sobre todo con los más necesitados de equilibrio y redención. se desvive ofreciendo ternura, acogida, reconciliación... desgranando Evangelio. Sus encuentros, con las personas necesitadas de ayuda, son siempre saludables, sanadores, rehabilitadores ...

Lo más llamativo del texto que hemos leído hoy es, para mí, el interés que muestra Zaqueo por ver, encontrarse, con Jesús ¿necesitaba el encuentro por lo que había sido su vida anterior? ... Lo cierto es que tiene dificultad para llegar hasta Él: La gente se lo impedía y, además, era bajo de estatura...

¡Qué sugerente esta observación! Algunas veces la gente no nos facilita llegar a Jesús. ¿lo habéis experimentado alguna vez? ¡Somos tantos los Zaqueos! Tenemos tantos respetos humanos... nos importa tanto la gente y sus comentarios... porque somos bajos de estatura...hemos trabajado poco nuestra personalidad creyente y nos hemos quedado un poco por debajo... Pero, eso puede ser un estímulo, para valorar más la talla humana de Jesús y hacer crecer en nosotros el deseo de un encuentro con Él.

Este hombre, Zaqueo, no quería que la ocasión se le escapase. Jesús, al verlo subido en aquel árbol, cruza la mirada con él, comprende su deseo y se autoinvita a su casa. No le importa que le critiquen. Tiene muy claro que ha venido a encontrarse con los que le buscan.

El encuentro resulta extraordinariamente saludable para Zaqueo y toda su familia. Una muestra de conversión verdadera es la “penitencia”, la solidaridad que él mismo se impone: “Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.”

Zaqueo experimentó en el contacto con Jesús una paz y un gozo que ni el dinero ni los placeres lo proporcionan...

Estos encuentros con Jesús que, nosotros y nosotras, tenemos tan a menudo, si son auténticos, deberían transformar nuestras vidas en actitudes de solidaridad y acompañamiento a personas necesitadas... pidámoslo en nuestra oración. (silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles.

Oremos por la Iglesia, para que sea en todo lugar un espacio de encuentro verdadero con Jesús, roguemos al Señor.

Oremos para que la presencia de Jesús llegue a todos sin impedimentos, roguemos al Señor.

Oremos por los que buscan desde el fondo del corazón, por los que dudan, por los que se rinden y por los que no se cansan, roguemos al Señor.

Oremos por nuestros hermanos más necesitados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.

Oremos unos por otros, para alcanzar una mayor conciencia de la presencia de Jesús en nuestras vidas, roguemos al Señor.

 

4. RITO DE COMUNIÓN

 

Monición. Dios nos corrige porque nos ama. Jesús busca el bien de todas las personas. El encuentro sincero con Él siempre es salvador. ¿Tenemos esta experiencia? Toda comunión ha de reforzar el encuentro con Jesús.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Bendito seas, Dios, amigo de la vida.
Fiel a Ti mismo, eres bueno y clemente,
rico en misericordia y cariñoso con todos.

Eres tan compasivo que no te alteran nuestros pecados.
pero nos corriges para que el mal no nos destruya.
Nos amas y nosotros cantamos tus maravillas
porque llevamos tus huellas marcadas en nuestro corazón.

Reconocemos como un gran valor
que hayas salido a nuestro encuentro
y que podamos disfrutarte como Padre y Salvador.

Jesús es tu mejor fotografía,
la criatura que mejor te expresa.
Él nos asegura que nos sigues queriendo
porque tu fidelidad no merma.

Padre, te alabamos con toda la creación
y unidos en una sola voz te decimos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: Canto

Acción de gracias

Padre bueno, confesamos que eres entrañable
y que mereces nuestra admiración y aplauso.

Deseamos que todas las personas:
mujeres y hombres,
te bendigan y proclamen tus gestos salvadores.

Has estado elegante con todos,
aunque algunos nos quieran reconocerlo.
Padre, llénanos de Ti
para que no dejemos nunca de testimoniarte.

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Amar y cuidar la vida en todas sus manifestaciones.

Bendición

Monición final. Encontrarse con Jesús es siempre reconfortante. Lo vemos en muchas páginas del Evangelio; pero, además, lo hemos experimentado personalmente. Intensificar el encuentro con Jesús, es bueno para todos, es lo mejor que nos puede pasar, una necesidad para nuestra vida de fe, es la huella saludable que hará posible la misión: El trabajo por el Reino... Feliz semana.

Canto final y despedida

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