Miércoles, 16 Diciembre 2020 10:20

Celebrando la Palabra - IV Domingo de Adviento (20 de diciembre)

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Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del Cuarto Domingo de Adviento. Ciclo B. 20 de diciembre de 2020.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Continuamos utilizando el cartel de los domingos anteriores, también el símbolo de la escalera, colocando en el escalón correspondiente, la frase del domingo...

 

2. RITOS INICIALES

 

MONICIÓN DE ENTRADA. Estamos llegando a la Navidad. Incluso nos hemos aventurado a adornar nuestras casas, las ciudades y calles ya lucen des todo el Adviento... Puede parecer un atrevimiento, y... hasta una falta de solidaridad con todas las personas que se han quedado “atrás”...

No salvemos la navidad a costa de luces de neón, si no, llevando la Luz que acoge la realidad y la ilumina desde la fe y el compromiso; que llena de calor y da respuestas a los problemas reales de las personas. Dichosos nosotros si vivimos la Navidad con un corazón acogedor lleno de calidad y de calidez. Cómo María, que, con un corazón generoso, acogió a Dios en su vida, y sirvió siempre con alegría a todos los que necesitaron de su ternura y afecto.

Con estos sentimientos e intenciones, comenzamos la celebración.

CANTO

SALUDO. Hermanas y hermanos, alabemos juntos al Señor, que nos ha llamado a formar parte de su pueblo.

ACTO PENITENCIAL

Tú, que despiertas buenos sentimientos: Señor, ten piedad

Tú, el fruto bendito de María: Cristo, ten piedad

Tú, que revistes la vida de esperanza: Señor, ten piedad.

No se dice GLORIA

ORACIÓN

Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos reconocido por el anuncio del ángel la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la resurrección. Por J. N. S.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

MONICIÓN A LAS LECTURAS. A veces resaltamos más tener un templo como casa de Dios y de la comunidad, que el valor de cada persona y de cada comunidad, como templo y presencia del amor de Dios. Él y todos sus planes están contenidos y revelados en Jesús, el símbolo sobresaliente de la presencia de Dios entre nosotros.

El Evangelio recoge una escena de fe y de amor comprometidos. Dios promete convertir a María de Nazaret en un templo vivo... Llamó con ternura y suavidad a su puerta. Le pidió que le permitiera habitar en la casa de los hombres... Y María dijo que: ¡SÍ!

LECTURAS. 2Sm. 7,1-5.8b-11.16. Salmo o cantico. Rm 16,25-27. Aclamación (puede ser Aleluya) Lc 1,26-38. Breve silencio

COMENTARIO HOMILÉTICO. Muchas veces en nuestra relación con Dios no caemos en la cuenta de que Él es distinto -que no quiere decir distante- si no, inmensamente libre y que no se deja atrapar por nuestras medidas y criterios. David soñaba con levantar un templo digno y adecuado al rango de Dios. Hoy muchos entendemos las cosas de otra manera. Creemos que Dios prefiere que el mundo y cada persona seamos sus templos, y en ellos sentirse acogido y adorado.

Pero, en el mensaje de este domingo sobresale con especial relieve la figura de María, la vecina de Nazaret, la mujer creyente, abierta a los planes de Dios, a la acción del Espíritu y fiel a su vocación. El evangelio de la anunciación deja muy alta su talla religiosa y creyente. Su disponibilidad y colaboración con los planes de Dios; es un gran estímulo para cuantos queremos hacer historia de salvación al aire del Espíritu.

La figura de María ha estado muy idealizada. Hay múltiples síntomas de esta realidad en el arte, en la literatura popular y en las tradiciones. Nosotros hoy la consideramos a partir de lo que de ella dice la Biblia: Una mujer sencilla, abierta al Espíritu y llena de gracia. Dios no encontró estilo, disponibilidad y mejor condición que los que halló en María. Por eso la cuido con un amor entrañable e hizo en ella maravillas.

Evocamos a María como creyente, meditando los planes de Dios en su corazón, sabiendo caminar en el claroscuro de la fe, pero confiando siempre en su experiencia religiosa: sintiendo cercana la compañía del Padre. Y la evocamos, también, como la Mujer que sirve... contemplando en ella un estilo de vida sano, honesto, coherente, elegante desde su concepción. María es en cada “Adviento” una motivación para la esperanza activa, para la conversión responsable.

Nosotros creemos que el Espíritu es capaz de limpiar nuestro corazón haciéndolo fecundo en servicios y cuidadados, acogiendo a Dios y a los hermanos, cómo ocurrió con María.

Al mirar la personalidad de esta mujer, sentimos en nuestro interior un gran deseo de autenticidad, y coherencia con los valores evangélicos, en una vida de compromiso autentico. (Silencio de interiorización)

CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES

Por la Iglesia, para que sea un espejo claro del Evangelio en todo lugar, roguemos al Señor.

Para que el mundo dé entrada al Misiás que ilumina y salva, roguemos al Señor,

Para que, a imitación de María, sepamos acoger y colaborar con los planes de Dios, roguemos al Señor.

Para que nuestra Comunidad sea signo de buena convivencia y de espiritualidad evangélica, roguemos al Señor.

Para que la Navidad nos ayude a comprender, en profundidad, el misterio de amor manifestado en Jesús, y nos transforme en personas que aman sirviendo y acogiendo a todos, roguemos al Señor.

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

MONICIÓN. María ha acreditado, como creyente, la fecundidad del Espíritu. El fruto acariciado de su vientre es ahora para nosotros adviento sacramental, alimento de humanidad.

CANTO

INTRODUCCIÓN AL PADRE NUESTRO

Dios, Padre bondadoso,
sabemos que te acercas a los sencillos,
que haces corro festivo con todos los de buena voluntad,
que regalas amor y alegría sin regateo alguno.

Te reconocemos Padre de toda la familia humana
y te damos gracias por hacer oír tu voz
en medio de tanta propaganda barata...

Qué genial eres, Padre, sembrando tu Palabra.
Qué maravilla: hacerte humano y misionero sólo por cariño.
Qué sorpresa: rebajarte para levantar nuestra dignidad.

Gracias por ofrecernos a Jesús, ejemplar en todo.
Esta comunidad te aplaude
porque haces que lo bueno no se agote.

Eres un vecino mas entre nosotros,
junto con María, la mujer acogedora
llenáis de alegría las calles y los hogares de nuestro pueblo.

En comunión con todos los que te admiran, te invocamos
diciendo juntos la oración de la fraternidad: Padre nuestro...

GESTO DE LA PAZ

DISTRIBUCIÓN DE LA COMUNIÓN (Canto)

ACCIÓN DE GRACIAS

Y dijo María:
Cuando venga mi Hijo, me callaré.
Si Él es la Palabra, yo ¿qué?
Él va a decirles todo lo que no sé,
¿por qué se ha hecho hombre?, ¿por qué?
Él tiene las razones, yo sólo la fe.
Belén está ya cerca, casi se ve.
Se acaba la tarea que comencé.
Porque cuando en mis brazos nacido esté,
el “hágase” que dije repetiré.
Y ya no diré nada ... Ya ¿para qué?
Si Él es la Palabra me callaré.

L. Martin Descalzo

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

COMPROMISO. Disponibilidad y colaboración con Dios y con los demás, según el ejemplo de María.

BENDICIÓN

MONICIÓN FINAL. Gracias a la generosidad de María, Dios pudo hacerse un sitio en la tierra. En ella la Palabra de Dios tomó cuerpo, germinó y logró expresar el ideal humano en plenitud. Ya no podemos mirar la historia sin ver a Dios dentro. Que María, llena de Espíritu, disponible y colaboradora, nos introduzca en una Navidad distinta: LA NAVIDAD DE DIOS.

CANTO FINAL Y DESPEDIDA

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