Martes, 13 Julio 2021 10:16

Celebrando la Palabra - XVI Domingo del Tiempo Ordinario (18 de julio)

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Celebración del XVI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 18 de julio de 2021.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar delante del altar una de estas frases: “Él es el único Pastor” o, “Jesús es paz y comunión”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Vivimos en un mundo plural, multicultural. La gente comenta, discute, debate, contesta... y protesta... Hay tantas opiniones como cabezas. Esto es bueno, por una parte; pero nos puede conducir a la desorientación, por otra. Desde hace ya unos años se oyen comentarios preocupantes por el rumbo que están tomando las cosas. En el Evangelio escucharemos: “Jesús sintió lástima de la multitud porque estaban como ovejas sin pastor”.

Efectivamente, sabemos que el Evangelio contiene grandes valores para orientar a las personas. Hoy, nosotros, nos abrimos nuevamente a su mensaje y celebramos este encuentro fraternal.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos al Señor, que cuida de todas las personas.

Acto penitencial.

Tú que derribas nuestros temores, Señor ten piedad.

Tú que eres nuestra Alianza, Cristo ten piedad.

Tú que nos reconcilias y devuelves la paz, Señor ten piedad

Gloria

Oración. Señor, Padre bondadoso, enséñanos sentirte siempre cercano a nosotros, para poder así, llenarnos de tu gracia y, llenos de tu amor para repartirlo generosamente entre todas las personas. Por J. N. S.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición las lecturas. Una de las imágenes con que el Evangelio nombra a Jesús es la de “Buen Pastor”. Es una imagen que ya se utilizaba en el Antiguo Testamento. Jeremías hace una crítica de los funcionarios que solo miran por sus intereses y no les importa la gente. La historia nos atestigua que ha habido buenos y malos pastores... Jesús es el buen pastor que tiene compasión de la gente, el que busaca la unión del pueblo para que viva en libertad.

Lecturas. Jr 23, 1-6 Salmo o canto. Ef 2, 13-18. Aclamación. Mc 6, 30-34 (Breve silencio)

Comentario homilético. La imagen del pastor es un recurso utilizado con frecuencia en la Biblia para comunicar mensajes fácilmente inteligibles. Contraponiendo siempre la imagen en positivo y negativo: buenos-malos pastores=dirigentes; y esto tanto en las autoridades religiosas como civiles. El profeta Jeremías, harto de esta situación, hace una crítica de los funcionarios que no sirven al pueblo, sino que se sirven del pueblo para su propio interés: estos irresponsables dirigentes, dividen al pueblo y lo dispersan; y anuncia, que Dios se compromete para que la gente no esté desatendida: suscitará buenos pastores, de entre los que destacará uno del linaje de David. Nosotros, junto con la doctrina y tradición de la Iglesia, hemos visto cumplida la promesa en Jesús de Nazaret, el Pastor admirable que dio la vida por las ovejas. De Él hemos escuchado decir en la carta a los fieles de Éfeso: “Él, es nuestra paz” el reconciliador de los pueblos, el creador de la humanidad nueva...

La preocupación y ocupación que Jesús siente y vive por sus amigos-discípulos, queda de manifiesto en la invitación que les hace a descansar en su compañía, después de la campaña misionera que veíamos el domingo pasado, Jesús les dice: “Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”. En una primera consideración parce lógico: aunque el Reino de Dios apremia, aunque hay una multitud que anda como ovejas sin pastor, el descanso es imprescindible para el equilibrio y la mística del ministerio. Pero no se trata de cualquier tipo de descanso. se trata de parar, detenerse, retirarse a meditar y orar serenamente. Jesús quiso enseñar a sus discípulos a conjugar la labor evangelizadora con el descanso necesario. Jesús, desde su experiencia de apartase de vez en cuando al descampado o a la montaña, entiende el descanso como un retiro espiritual lleno de silencio habitado y contemplativo. El descanso del discípulo de Jesús, es decir, nosotros, los creyentes del siglo XXI, es para orar más intensamente, para escuchar la propia conciencia, para evaluar la vida, para reforzar la espiritualidad y para potenciar el compromiso. Un descanso así es reconfortante, enriquecedor, no es perder el tiempo.

Como estamos en verano, merece la pena puntualizar algo con respecto a las vacaciones; ¿descanso?... Podemos verlas como un logro del “Estado del bienestar”... un avance social, y ciertamente que así es, y además son muy necesarias. Otra cosa es para que las dedicamos, ¿nos ayudan realmente a descansar? ¿Volvemos a nuestra actividad habitual, descansados, reconfortados en toda nuestra persona: cuerpo, mente, espíritu... es decir la persona íntegra? La mayoría de las veces, no somos nosotros quienes planificamos el descanso, sino que nos viene planificado socialmente, tanto en los fines de semana como en los periodos vacacionales. Nos dejamos llevar de costumbres, propagandas... y terminamos consumiendo lo que la publicidad nos ha metido por los ojos. Descansar no siempre coincide con lo que entendemos por: pasarlo bien... Si después de un tiempo vacaciones, no nos encontramos relajados, en armonía con toda nuestra persona y el entorno, no podemos decir que hemos descansado.

Resumiendo, el creyente comprometido necesita descansar teniendo a Dios en su corazón. El descanso verdadero nunca es tiempo muerto. Desarrollado en clave religiosa, es decir, en comunicación íntima y serena con Jesús: templa, revitaliza, abre los ojos y la sensibilidad para ver mejor a las personas, sus fortalezas y sus debilidades, nos capacita para ver las necesidades reales de los que nos rodean, y para acercar más y mejor el mensaje evangélico. (Silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Oremos por la Iglesia para que sea en todo lugar testigo destacado del amor de Dios, roguemos al Señor.

Oremos por todos los pueblos para que vivan en paz, roguemos al Señor

Oremos por los pastores de la Iglesia para que sirvan y amen como Jesús, roguemos al Señor

Pidamos por los gobernantes, para que sirvan a la gente con verdadera dedicación y sensibilidad, roguemos al Señor.

Pidamos, también por todos los que están de vacaciones, para que, sean de verdad un momento de descaso y de encuentro profundo con toda la persona, roguemos al Señor

Oremos por los que no tienen trabajo, sobre todo por los que la pandemia ha dejado en una situación de pobreza, roguemos al Señor.

Oremos unos por otros, para que vivamos en fraternidad, sencillez y alegría. roguemos al Señor

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. Jesús sintió lastima por una multitud que andaba como ovejas sin pastor. Si comulgamos verdaderamente con Jesús, seremos sensibles y atentos con los demás, sobre todo con los mas desorientados.

Canto

Introducción al Padre nuestro.

Dios, Padre santo, eres nuestro pastor,
el pastor bueno y sensible que orientas y no defraudas.

Muchas generaciones te han rezado con el salmo:

“El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
Me guía por el sendero justo...
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida”.

Sí, Padre santo,
el mundo y la historia se rinden ante Ti
porque eres digno de bendición y de aplauso.

Jesús, nacido de tus entrañas y de la Virgen madre.
heredó con todos los matices la condición de pastor.

Así lo reconoce la Iglesia
y así te lo agradece esta comunidad reunida en tu nombre.
Tú eres el Pastor de la misericordia
que nos asombras con tanto amor y ternura compasiva.

Unidos a todos los creyentes del mundo,
y guiados por el Único Pastor, te rezamos juntos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión.

Canto

Acción de gracias:

Jesús, Tú eres nuestro pastor
y también el de los que faltan.

Eres modelo de pastor:
sales al encuentro de la gente,
sientes compasivamente las necesidades de los demás.

Jesús, no queremos ser cristianos sólo de templo
o de sala de reunión sin pensar en los que no están.

No queremos seguir por más tiempo mano sobre mano
contemplando a los que se van o se borran de nuestras listas.

Queremos salir a los caminos, a las calles y plazas, a los bares,
allí donde las personas viven, trabajan y se divierten,
y decirles que Tú eres Palabra y Guía, Verdad y Camino.

Enseñas a acoger, a amar y a comprender
al que se equivoca, al que duda, al que se resiste...

Jesús, que lleguemos a ser una sola Iglesia
y Tú nuestro único Pastor.

A. Danoz (Celebrar a Jesús de Nazaret, 179-180)

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Conjugar la oración con la atención y el servicio a los demás.

Oración después de la comunión. (se toma del misal)

Bendición

Monición final. Las crisis, las dudas, la desorientación aparecen con cierta frecuencia en la ruta de la vida. En Jesús tenemos un pastor bueno, lleno de compasión y solidaridad, un amigo que nunca engaña y ayuda siempre. Y en el Evangelio encontramos unos valores que convencen.

Volvamos a la calle, a la vida diaria. Seamos consecuentes con lo que hemos celebrado. Colaboremos para que haya bienestar y felicidad en nuestro pueblo.

Canto final y despedida.

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