El 28 de abril es el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Hoy más que nunca se hace necesario que conmemoremos esta jornada mundial como un día Sagrado. Ojalá podamos incluir este día en el calendario como la fecha en la que recordemos cómo la solidaridad mundial venció al coronavirus y como la fecha en la que todas las naciones y todos los pueblos hicieron votos para vencer todos los virus económicos y sociales que provocan la enfermedad y la muerte.
Pero antes, en este tiempo de crisis sanitaria y social, queremos mostrar NUESTRA GRATITUD, como lo está haciendo ya toda la sociedad, a cuantas personas están esforzándose sin apenas descanso por frenar las muertes y aliviar el sufrimiento de tantos enfermos y de sus familias y a cuantos están activos en cualquier campo de la actividad económica y de servicios básicos. A todas estas personas GRACIAS porque están arriesgando sus vidas por salvar la de todos y todas.
También es tiempo para lamentar la ausencia de previsión de la pandemia, y para proveer de todo lo necesario para hacerla frente. Denunciamos que esta pandemia hubiera tenido un menor impacto socio-sanitario y personal, si el sistema sanitario hubiera contado con los recursos necesarios, tanto humanos como de materiales.
El 28 de abril sigue siendo la fecha simbólica en la que recordamos a las víctimas que han sufrido accidentes laborales o padecen enfermedades producidas en sus lugares de trabajo; en concreto en la Provincia de Palencia han subido los accidentes laborales pasando de 1563 a 1618; también suben las enfermedades profesionales pasando de 28 a 34; el dato positivo es el descenso de los accidentes en itínere de 157 a 144. Sobre todo no podemos olvidar a los 5 fallecidos en Palencia en los últimos 12 meses. Una vez más volvemos a manifestar que el lugar del trabajo no es lugar “natural” para morir. Y una vez más, nos solidarizamos con todas estas víctimas y con sus familias.
Hacemos una llamada a gobernantes, empresarios y sindicatos para que, en estos tiempos difíciles, pongan, cada uno, aquellos medios a su alcance que garanticen la seguridad, la salud y el bienestar de las personas trabajadoras.
Los Secretariados de Pastoral de Familia y Vida, de Pastoral de la Salud y de Pastoral Obrera y del Trabajo nos hacemos eco de las palabras del Papa Francisco en esta Pascua: «Hay otro “contagio” (además del virus) que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la esperanza: “¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza¡” No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no pasa por encima del sufrimiento y la muerte, sino que la traspasa, abriendo caminos en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios».
Palencia, 28 de Abril de 2020
Secretariados de Pastoral Obrera y del Trabajo, Pastoral de Familia y Vida y Pastoral de la Salud