El 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó este día para sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad de la siniestralidad laboral y de las enfermedades profesionales, para promover el trabajo digno, seguro y saludable, y para promover una cultura de la seguridad y la salud en el trabajo, que extreme la prevención de riesgos laborales, y ayude a reducir las muertes y de lesiones en el trabajo.
Los Secretariados Diocesanos de Pastoral de la Salud, Pastoral de Familia y Vida, y Pastoral Obrera y del Trabajo de la Iglesia Católica, en coherencia con la misión que la diócesis nos ha encomendado de evangelizar en estos ámbitos específicos, nos sentimos interpelados y comprometidos con el significado de este Día Mundial. Queremos contribuir a que toda la comunidad cristiana nos preocupemos por las situaciones de inseguridad laboral que también repercute en las familias convirtiéndolas en otras víctimas de la siniestralidad laboral, y a que nos ocupemos activamente en la protección de la vida y de la salud en el trabajo.
En el año 2.020 la pandemia del Covid produjo un descenso de la actividad laboral, y con ello, una destacada merma del volumen total de accidentes laborales. Pero la provisión de medidas de protección contra el Covid ha dejado en un segundo plano la prevención de riesgos laborales. El doloroso resultado ha sido que los accidentes laborales mortales aumentaron un 8%.
La crisis económica provocada por la pandemia está agravando la precariedad laboral por los muchos incumplimientos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Se está produciendo un deterioro, por parte de algunas empresas, de la seguridad y salud en el trabajo, produciendo un incremento de la siniestralidad laboral mortal.
Con la intención de compartir una valoración cristiana sobre esta dolorosa realidad, recordamos algunas orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia:
• Juan Pablo II, en “El Evangelio de la Vida”, consideraba que “Toda amenaza a la dignidad y a la vida de las personas repercute en el corazón mismo de la Iglesia, afecta al núcleo de su fe en la encarnación redentora del Hijo de Dios, la compromete en su misión de anunciar el Evangelio de la Vida”.
• La Conferencia Episcopal Española, en este mismo día del año 2.000, afirmaba que “Todos los cristianos debemos implicarnos en la defensa de la vida en el trabajo, porque el compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente eclesial que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y de todas las estructuras de la comunidad cristiana”.
• El Papa Francisco, en una alocución a mutilados e inválidos del trabajo, invitaba a “impulsar una nueva cultura del trabajo, que no puede prescindir de un marco legislativo más adecuado que satisfaga las necesidades reales de los trabajadores, así como de una sensibilidad social más profunda sobre el problema de la protección de la salud y la seguridad, sin la cual las leyes seguirían siendo papel mojado”.
En solidaridad con las víctimas y con quienes están expuestos a la siniestralidad laboral, y haciendo nuestros los criterios de valoración y actuación de nuestra fe, queremos manifestar que:
• Reclamamos las medidas necesarias, y la implicación institucional oportuna que dignifiquen a la persona y su trabajo.
• Reclamamos la inversión necesaria en las empresas para el fortalecimiento de los elementos necesarios propios de un Sistema de Seguridad y Salud en el Trabajo.
• Apoyamos a los sindicatos, a las asociaciones de víctimas y familiares, y a los empresarios respetuosos cumplidores de la LPRL, que están luchando por condiciones dignas y ambientes de trabajo seguros.
• Nos comprometemos a impulsar el desarrollo de una nueva cultura del trabajo, y una conciencia social sobre la prioridad de la vida y de la salud de las personas trabajadoras en el ámbito laboral, por encima de los beneficios económicos y del afán de lucro.
¡El trabajo es para la vida! ¡Protejamos la vida y la salud en el trabajo!
Palencia, 28 de abril de 2.021
SECRETARIADO DE PASTORAL DE LA SALUD
SECRETARIADO DE PASTORAL DE FAMILIA Y VIDA
SECRETARIADO DE PASTORAL OBRERA Y DEL TRABAJO