En este 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, las organizaciones promotoras de la iniciativa “Iglesia por un Trabajo Decente” (ITD) unimos nuestras voces para reafirmar que sin compromiso no habrá trabajo decente. Un compromiso que los países de las Naciones Unidas adquirimos en 2015 con la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible; entre ellos el objetivo nº 8: por un trabajo decente.
Nos encontramos en un momento en que está bajando la tasa de desempleo, pero a su vez se ha producido un aumento de la inactividad. Además, pese a las cifras positivas, seguimos teniendo un mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad y la inseguridad, que perviven incluso en tiempos de crecimiento económico. Así, a pesar de que se está generando empleo, las condiciones laborales siguen sin ser dignas, lo que hace que muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consiguen salir de la pobreza. Además, continúa teniendo un gran peso el desempleo juvenil. Más de un millón de hogares tiene a todos sus miembros activos en situación de desempleo, y la desprotección frente al mismo es muy alta. Estas situaciones de exclusión se intensifican entre las personas de origen extranjero, sobre todo si se encuentran en situación administrativa irregular, no teniendo posibilidad de acceso al mercado laboral regular ni al sistema de protección.
Frente a estas situaciones, la “Iglesia por el Trabajo Decente” reafirmamos nuestro compromiso en la defensa de la dignidad del trabajo, y del trabajo decente como una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y un compromiso de toda la Iglesia. Sin compromiso no hay transformación posible.
Por eso reivindicamos:
• Políticas sociales que garanticen la igualdad entre mujeres y hombres, con iguales oportunidades laborales.
• Creación de empleo juvenil de calidad que permita disminuir el paro juvenil y la emigración de jóvenes de nuestra provincia.
• La promoción de un entorno de trabajo seguro.
• Que las personas empleadas de hogar tengan acceso a los mismos derechos que el resto de trabajadores y trabajadoras.
• La regularización urgente de las personas migrantes en situación administrativa irregular, para que puedan tener acceso a sus derechos de ciudadanía.
• Protección social para aquellas personas que no puedan contar con un empleo.
Reclamamos, junto al papa Francisco, el trabajo, “especialmente trabajo decente y no de cualquier modo”, como garantía para la inclusión, el desarrollo y la dignidad de las personas.
Animamos a toda la comunidad cristiana a que en este 1º de Mayo nos unamos en el compromiso por la defensa del trabajo decente, participando en los actos reivindicativos y celebrativos que se realicen en el espacio de nuestra diócesis, contribuyendo así a que nuestro mensaje pueda llegar con fuerza a esta sociedad, en la esperanza de que el trabajo decente sea una realidad para todas las personas.
Palencia, 1º de Mayo de 2022
“Iglesia por el Trabajo Decente”. Diócesis de Palencia.