Material para el Animador de la Palabra.
Celebración del IV Domingo de Cuaresma. 31 de marzo de 2019.
1. AMBIENTACIÓN
Además del cartel que estemos utilizando durante toda la Cuaresma, hoy podemos colocar en lugar visible esta frase: “DIOS ES PADRE Y MADRE”
2. RITOS INICIALES
Monición. El perdón es la otra cara del amor y el gran fruto de la misericordia. Su expresión más sublime es la reconciliación, en cristiano un valor de carácter transcendente y de significado sacramental.
El mensaje de hoy se concentra en la parábola conocida como “del hijo prodigo” (a mí personalmente me gusta más llamarla “del Padre bueno”); uno de los textos más bellos y entrañables del Evangelio, cargado de una gran enseñanza. Si Dios es amor, esta parábola nos confirma que la manera sobresaliente de amar es el perdón cargado de misericordia.
Hermanos y hermanas, quien perdona de corazón es porque ama sinceramente. Iniciemos la celebración abriendo nuestro corazón y todo nuestro ser a la reconciliación impresionante que parte de Dios.
Canto
Saludo. Hermanas y hermanos, alabemos juntos al Señor, que nos espera todos los días con los brazos abiertos para regalarnos su misericordia y su perdón.
Acto penitencial
Porque expiaste el pecado de todos, Señor, ten piedad.
Porque necesitamos tu ayuda para cambiar, Señor, ten piedad
Porque queremos prepararnos para la Pascua fuertemente convertidos, Señor, ten piedad.
Oración. Querido Padre, tú nos has regalado la vida y la has enriquecido con la fe bautismal; mantén en nosotros el vigor y la juventud de espíritu para vivir con dignidad y así construir tu Reino en comunión con todos los comprometidos. Por N.S.J.
3. LITURGIA DE LA PALBRA
Monición a las lecturas. Cuaresma es irnos despojando de lo viejo para llegar ligeros a la Pascua, y también es comunión y fiesta. Nunca le agradeceremos a Dios suficientemente sus gestos y señales de salvación. Uno de los gestos más significativos es su amor reconciliador. Nos lo ha demostrado perdonando. La parábola entrañable y conmovedora del hijo pródigo y del Padre bueno, es una muestra impresionante de lo fuerte y educativo que es el perdón.
Lecturas. Jos 5,9a. 10-12. Salmo o canto. 2Co 5,17-21. Aclamación. Lc 15,1-3.11-32. Breve silencio.
Comentario homilético. Iniciamos el comentario resaltando algunas frases de las que hemos leído en el Evangelio. El Padre rompe todas las medidas, usos y costumbres. Él, no había dejado de esperar a su hijo ni un solo día desde que se fue, por eso “Lo vio de lejos y se conmovió profundamente, echó a correr, lo abrazó y lo cubrió de besos”. Estos cinco verbos activos y tiernos, muestran el corazón del Padre que Jesús quiere que conozcamos y nos dejemos amar y perdonar por Él.
Ante las disculpas del hijo, el Padre lo que está pensando es en preparar una gran fiesta: “Padre he pecado contra el cielo y contra ti; no merezco llamarme hijo tuyo. Pero el Padre dijo a los criados: Sacad enseguida el mejor traje y vestidlo, traed el ternero cebado y matadlo, hagamos una fiesta, porque este hijo estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Si todo tiempo es oportuno para acoger y celebrar la salvación, este de Cuaresma es especialmente indicado: Es como una ventana abierta por donde se divisa el horizonte de la Pascua liberadora. Hoy Jesús se vuelve a presentar ante nosotros lleno de ternura pedagógica para acercarnos de manera extraordinaria el mensaje del buen Dios.
¡Hay que tener un corazón muy duro para no conmoverse ante esta parábola del Padre bueno! A lo largo de toda su vida, Jesús reflejó una singular preocupación: que su vida y sus palabras transparentaran que Dios es como un padre y una madre juntos: entrañable, atento, misericordioso. Sólo alguien como Jesús, con una vivencia de Dios tan profunda pude hablar así de Dios.
Paro el Padre tenía dos hijos... el que se quedó en casa, el hijo mayor se escandaliza del recibimiento que el padre hace a su hijo menor; y dirigiéndose a su padre, en referencia a su hermano le dice: ese hijo tuyo... y el padre le recuerda que es su hermano y le invita a sumarse a la fiesta por haberlo recuperado sano y salvo.
Este comportamiento del hermano mayor nos recuerda algunos de nuestros comportamientos ante situaciones que vivimos en nuestras comunidades, cuando vemos que se acoge a personas que creemos que no merecen una atención por su comportamiento o procedencia.
De nuevo el padre en busca del hijo, ahora el mayor, ciertamente Dios no tiene más rostro que el de la misericordia. Él perdona siempre, también a los que nos hemos quedado con Él, pero no hemos entendido nada de su forma de amar y acoger.
No pongamos límites al perdón. No hay otro valor de mayor calidad humana y evangélica. El perdón y la reconciliación deben ser actitudes sobresalientes en todos los bautizados. (silencio de interiorización)
Credo
Oración de los fieles
Por la Iglesia, para que sea el hogar de puertas abiertas donde todos sientan la entrañable misericordia del Padre bueno, roguemos al Señor.
Para que el amor arraigue en medio de las vicisitudes del mundo como la mayor fuerza que nos humaniza, roguemos al Señor.
Por todos los que andan desorientados, para que los acojamos con cariño y puedan recuperar el sentido de sus vidas, roguemos al Señor.
Para que nuestra comunidad sea un espacio de fraternidad y reconciliación, roguemos al Señor.
Para que lleguemos a la Semana Santa con un corazón reconciliado con Dios y con los hermanos y poder celebrar así la Pascua, roguemos al Señor.
4. RITO DE COMUNIÓN
Monición. Dios nos ama de verdad y desea que nos amemos sinceramente. La sinceridad de nuestro amor se llama muchas veces reconciliación. Que la comunión con Jesús llene nuestras entrañas de perdón y misericordia.
Canto
Introducción al Padre nuestro
Dios bueno, que eres Padre y Madre a la vez,
agradeciendo tu ternura inmensa,
reconocemos que somos pecadores.
Te hemos dado la espalda muchas veces
y nos hemos ido de casa como el hijo de la parábola.
No teníamos razones para hacerlo;
nos calentaron la cabeza y nos engañaron con vanas ilusiones.
Hemos regresado desengañados,
confiando solo en tu misericordia.
Y nos has sorprendido otra vez con tu acogida y comprensión.
Bendito seas, Padre bueno, por tu amor y tu perdón.
Así son tus entrañas: llenas de misericordia para todos.
Ahora te decimos:
necesitamos que nos inundes con tu amor hasta lo más íntimo,
que nos purifiques y nos orientes.
Ayúdanos a caminar con un corazón saneado,
Tú que eres rico en amor y misericordia.
Con todos los que regresan a la luz de tu casa,
y también con todos los que lo desena de corazón,
nos unimos en oración y te decimos: Padre nuestro...
Distribución de la comunión: canto
Acción de gracias (hoy se invita a los presentes a que expresen su agradecimiento al Padre bueno)
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Hacer como Dios: acoger con misericordia y perdonar. Además, plantearnos en qué necesitamos cambiar, que rutas debemos dejar o donde debemos regresar.
Bendición
Monición final. La reconciliación y el perdón son experiencias muy gratificantes. Quien perdona demuestra madurez, grandeza de espíritu, sensibilidad, valentía.
Regresemos a nuestras casas con un corazón entonado. Seamos generosos para perdonar y humildes para aceptar el perdón. Extendamos a los vecinos la experiencia que hemos compartido. Y tengamos todos una semana feliz y reconciliadora.
Canto final despedida.