En la mañana de ayer, 14 de octubre, se inauguró en el LECRAC la exposición “Toda la creación, alabad al Señor” de la religiosa Mª Cruz Báscones, “Alpe”. La muestra está inspirada en la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, y podrá visitarse hasta el 14 de noviembre.
María Cruz Báscones es Hija de Jesús y pertenece a la Comunidad de Muestra Señora de Aránzazu, San Sebastián. Nació en Oteros de Boedo (Palencia), aunque se considera de Báscones de Ojeda donde se trasladó su familia cuando ella sólo tenía tres años. Entró en la Congregación de las Hijas de Jesús a la edad de 20 años, y en ella ha realizado toda su obra artística en distintos soportes y materiales: pinturas (oleos y acuarelas), esculturas (temas religiosos), esmaltes en cerámica vitrificada (temas religiosos, especialmente bíblicos),
Su obra conforma un conjunto muy bello y, como apuntan los críticos de arte, “el arte de María Cruz son imágenes que Dios va sembrando por sus manos”.
Ahora vuelve de nuevo a su querida Palencia con la exposición titulada “Toda la Creación, Alabad al Señor”, realizada con dos niñas de ocho y diez años, Marta y Olivia Labarquilla, a las que impartía clases de pintura, con la finalidad de que los niños al contemplarla vean las maravillas del Dios Creador. Pintar y contemplar reconociendo la belleza de Su Creación es orar.
Esta exposición está basada en el Cántico de los tres jóvenes del Libro de Daniel, y está inspirada por la Encíclica Laudato Si', del Papa Francisco, sobre el cuidado de la “casa común”, es decir, nuestro planeta.
Es un canto de alabanza al Señor en la que la alumna Marta Labarquilla a los 10 años y bajo la dirección y acompañamiento de su profesora Ma Cruz Báscones “Alpe” (Jesuitina) ha pintado estos cuadros con alegría e ilusión para que todos los niños que los contemplen puedan cantar la grandeza del Señor, el hermoso planeta Tierra en el que vivimos, el Firmamento, con sus misterios, el mar y el viento.
Esta exposición se ha llevado a cabo con anterioridad en la Basílica de Santa María, (San Sebastián) en la Parroquia de la Sagrada Familia (San Sebastián), en la Cárcel de Martutene y en la Parroquia de Ayete (San Sebastián).