Seguimos recorriendo el camino del Adviento, que en este Domingo nos propone “Crear Caminos Nuevos”.
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Esta fue la voz de profeta Isaías para alentar a un pueblo deprimido, que sufría el desierto de la cautividad. Nosotros en esta época sufrimos este virus que nos desconcierta, nos llena de miedos, incertidumbres...
Fue la voz de Juan Bautista para suscitar esperanza en un pueblo extenuado, que sufría el desierto del silencio de Dios. Y es la Palabra que hoy nos dice: “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos”.
Desde el Cartel que nos acompaña en este Adviento necesitamos buscar las señales, la orientación, el rumbo para encontrar un Camino Nuevo que llene de esperanza a nuestra gente y a nosotros mismos.
El camino es Jesús. La misión de Jesús fue abrir en medio de su pueblo ese camino de humanidad que se esperaba, al que llamó Reino de Dios; consistía en mostrar el amor de Dios a todos, con preferencia a los más pequeños, y experimentarlo en relaciones sociales nuevas de fraternidad.
El camino de Jesús y de la Iglesia es el hombre y la mujer. El camino de Jesús es también el camino de la Iglesia y su destinatario es el ser humano. Lo dice San Juan Pablo II: “El hombre en la plena verdad de su existencia, de su ser personal, comunitario y social -en el ámbito de la familia, de la sociedad, de la nación y de la humanidad-, es el camino primero y fundamental que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión” (RH 14).
Abrir caminos en el desierto. El desierto es el lugar donde los caminos se borran y la desorientación, la inseguridad y hasta la angustia se apoderan de la persona. Por eso, para sentir necesidad de caminos hay que vivir la experiencia del desierto de nuestro mundo. Francisco lo describe así: “La humanidad vive hoy un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad”.
Caminos de humanidad, que también lo son de Reino de Dios. En este mundo, desarrollado y a la vez deshumanizado, toca abrir caminos de humanización, que son también Reino de Dios. Nos lo dice Francisco en su encíclica Fratelli Tutti (nº8)
“Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Entre todos: «He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. [...] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! [...] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos» [6]. Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos”.
Necesitamos en esta época como Diócesis de Palencia crear Caminos Nuevos, que son los caminos de los Derechos Humanos, que reconocen la dignidad y permiten el desarrollo integral de todos; de la justicia que respeta esos derechos y provee de los bienes necesarios; de la paz, que es consecuencia de la justicia y fomenta el desarrollo; de la solidaridad, que surge de la fraternidad y la compasión; de la verdad, que ilumina, fortalece, permite discernir bien y ensancha la libertad.
Todos sabemos que ningún camino es fácil y que con frecuencia podemos sentir la tentación de pararnos, de apartarnos de él de sentarnos al borde del sendero. ¡Cuántas personas cercanas a nosotros están echadas al camino de la desesperación, de la falta de sentido, del olvido, del cansancio, del miedo ante lo que estamos viviendo...! Hoy más que nunca, el Señor que ya viene, cuenta con nosotros, para hacer volver al camino a los que han perdido el rumbo. Tenemos que devolver al camino de la vida a todas esas personas desplazadas, ignoradas, perdidas..., que han perdido el rumbo. Gestos de solidaridad, de fraternidad, de acogida, de hospitalidad... Tener palabras amables, cercanas, de aliento, de ánimo y esperanza con nuestros vecinos, en nuestra familia, en nuestra comunidad...
El mundo, nuestra tierra de Palencia necesita ayuda, necesita brazos que los sostengan y les devuelvan la fe en el dios que se encarna, que se hace pequeño, uno de nosotros.
Adviento 2020: Tiempo de Cuidar y Crear
Segundo Domingo: Crear Caminos Nuevos
• DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.”»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán…
Y proclamaba: — «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
• ENCENDEMOS LA SEGUNDA VELA.
Al encender esta Segunda Vela, queremos Crear Caminos Nuevos para que nazcas en cada uno de nosotros, en esta comunidad, en la sociedad, que, aunque nos compliquen, generan vida.
Queremos hacer realidad tu sueño para la humanidad. Para ello, necesitamos anunciar tu proyecto en este mundo, que necesita una palabra de esperanza y ánimo en esta época de pandemia
Nos llena de esperanza el saber que Tú vienes a nuestro encuentro para llenar de sentido nuestra vida. Junto a Ti queremos cuidar a todas las personas.
Unidos a todas las comunidades te decimos:
¡Ven Señor, Jesús!
• PREPARAD EL CAMINO
Esta fue la voz de profeta Isaías para alentar a un pueblo deprimido, que sufría el desierto de la cautividad. Nosotros en ésta época sufrimos este virus que nos desconcierta, nos llena de miedos, incertidumbres…
Fue la voz de Juan Bautista para suscitar esperanza en un pueblo extenuado, que sufría el desierto del silencio de Dios. Y es la Palabra que hoy nos dice: “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos”.
Desde el Cartel que nos acompaña en este Adviento necesitamos buscar las señales, la orientación, el rumbo….
Todos sabemos que ningún camino es fácil y que con frecuencia podemos sentir la tentación de pararnos, de apartarnos de él de sentarnos al borde del sendero. ¡Cuántas personas cercanas a nosotros están echadas al camino de la desesperación, de la falta de sentido, del olvido, del cansancio, del miedo ante lo que estamos viviendo…! Hoy más que nunca, el Señor que ya viene, cuenta con nosotros, para hacer volver al camino a los que han perdido el rumbo. Tenemos que devolver al camino de la vida a todas esas personas desplazadas, ignoradas, perdidas…, que han perdido el rumbo. Gestos de solidaridad, de fraternidad, de acogida, de hospitalidad… Tener palabras amables, cercanas, de aliento, de ánimo y esperanza con nuestros vecinos, en nuestra familia, en nuestra comunidad…
El mundo, nuestra tierra de Palencia necesita ayuda, necesita brazos que los sostengan y les devuelvan la fe en el Dios que se encarna, que se hace pequeño, uno de nosotros.
• PARA PENSAR
- ¿Me quedo anclado en el pasado? ¿Participo en la búsqueda de nuevos caminos?
- ¿Qué caminos nuevos tenemos que crear como comunidad, familia, barrio, pueblo, sociedad, Iglesia… en este nuevo momento que nos toca vivir?
• CAMINOS NUEVOS DESDE LA EDUCACIÓN
EDUCACIÓN, palabra con mayúsculas que personalmente significa VIDA. Una vida que cada día se asoma a la realidad de nuestros centros, a los rostros ya conocidos y a los nuevos, donde la ilusión, la energía, el compromiso y los sueños de futuro son la tónica común de las personas que convivimos.
Y es que la educación transciende las paredes del aula, eso ya nadie lo ponemos en duda. La sociedad se ha convertido en una gigantesca plataforma de enseñanza-aprendizaje, con enormes posibilidades y riesgos.
En la sociedad en la que nos encontramos abrir nuevos caminos para construir una sociedad más humana y más justa, impulsar la reflexión y el debate siendo anuncio y denuncia, analizar, valorar e interpretar todas las experiencias innovadoras que existen, trabajar conjuntamente, son algunos de los propósitos que deberíamos de plantearnos en este marco educativo.
Soy una fiel creyente de que todas las personas, independientemente de su origen, sexo, religión, cultura,… deben disponer de oportunidades para desarrollarse de manera integral en todas sus dimensiones, a la vez que hacer realidad sus sueños. Muchos son los años que llevo en la docencia y puedo asegurar que todas las personas con las que me he encontrado en los caminos de la vida tienen ilusión por introducir cambios, donde los nuevos retos y proyectos se vislumbran por todos los lados.
El futuro ya está aquí y se actualiza de forma continua y con una velocidad de vértigo, pero esto no nos debe hacer olvidar la necesidad de acompañar a las personas en esta ciudadanía universal donde poseemos una identidad colectiva.
Y es que estoy convencida que es a través de la educación como podremos mirar a las personas y al mundo de frente, convirtiéndola en un derecho universal ¡¡POR FIN!!
Marimar Ayuela, Maestra, acompañante de la ACG
EN COMUNIDAD REZAMOS…
Enséñame el Arte de los Pequeños Pasos.
Ayúdame a distribuir correctamente mi tiempo:
dame la capacidad de distinguir
lo esencial de lo secundario.
Te pido fuerza, autocontrol y equilibrio
para no dejarme llevar por la vida
y organizar sabiamente el curso del día.
Ayúdame a hacer cada cosa de mi presente
lo mejor posible,
y a reconocer que esta hora
es la más importante.
Guárdame de la ingenua creencia
de que en la vida todo debe salir bien.
Otórgame la lucidez de reconocer
que las dificultades, las derrotas y los fracasos
son oportunidades en la vida
para crecer y madurar.
Envíame en el momento justo
a alguien que tenga el valor de decirme
la verdad con amor.
Haz de mí un ser humano
que se sienta unido a los que sufren.
Permíteme entregarles en el momento preciso,
un instante de bondad, con o sin palabras.
No me des lo que yo pido,
sino lo que necesito.
En tus manos me entrego.
• UNA CANCIÓN PARA ESCUCHAR
"¿No lo notáis?", del álbum 15 olas, de Ruah
• UN VÍDEO PARA VER EN FAMILIA