Queridos lectores, paz y bien.
Este domingo, el Evangelio que se proclama en las comunidades cristianas, vuelve a ser una invitación para salir de nuestra cotidianeidad, da lo mismo si ésta resulta anodina o apasionante, triste o esperanzada, dura o leve. Porque Jesús no se resigna a que vivamos una vida sin más, y desea conducirnos a ese punto a partir del cual, ya todo será diferente para siempre.