Tiempo de Cuidar el Corazón. Un rato para rezar en casa, en grupo, en comunidad… Os proponemos esta oración para realizar en casa, en grupo, comunidad, zona… Queremos que sea un momento para cuidar nuestro corazón, nuestro interior, nuestro encuentro con el Señor.
En medio de esta época que nos toca vivir es necesario que nos cuidemos, para que podamos cuidar a los demás. Al mismo tiempo es una ocasión para crear, soñar con una vida diferente.
1. UN CORAZÓN QUE TOMA LA INICIATIVA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4,7-10
"Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo…”
El amor nace del corazón de un Dios Padre que toma la iniciativa.
Tomar la iniciativa es esperar lo que llega poniéndose en camino.
Es acudir a la necesidad del otro, antes que se vuelva grito.
Es no temer mostrarnos carentes de algo, y con sencillez pedirlo.
Es no esperar a que al otro vea lo que nosotros ya vimos.
Es tender una mano antes que todo sea un abismo.
Es querer que tus hijos te encuentren como padre y te busquen como amigo.
Es hablar a tiempo y con mucho cariño.
Es no pedir que otros hagan lo que nosotros debemos por nosotros mismos.
Para pensar:
- ¿Qué iniciativa tenemos que tomar en este tiempo de pandemia para que nazca nuevo el amor? O dicho de otra manera, ¿cuál es la iniciativa que Dios ya tomó, y está esperando que nosotros continuemos?
(Música de fondo)
2. UN CORAZÓN QUE SE DEJA ENCONTRAR
El amor nace del corazón de María que se deja encontrar por la iniciativa amorosa del Padre.
Dejarse encontrar es querer y permitir que haya encuentro.
Es estar en aquello que debemos;
es habitar en lo propio sin curiosear en lo ajeno;
es hospedar al que llega sin que nosotros lo llamemos.
Es dejar de buscarse en todo, que hace imposible el encuentro.
Es saber perder libretos, prejuicios y tiempo.
Para pensar:
- ¿Qué será lo que tenemos que perder para dejarnos encontrar por ese Dios que en este tiempo también está hecho niño, para que nosotros lo encontremos?
(Música de fondo)
3. UN CORAZÓN QUE SUEÑA POSIBILIDADES
El amor nace del corazón de José que sueña posibilidades.
Soñar posibilidades es vencer la dureza que ofrece dificultad.
Es dar vuelta en el corazón las cosas hasta encontrar su lado bueno.
Es reconocer cuando el corazón se fatiga y enseñarle a esperar.
Es confiar que la llave de “lo que es posible en Dios” abre lo que nosotros queríamos cerrar.
Para pensar:
- ¿Cuál en mi sueño para este tiempo? Lo escribo en un corazón
- ¿Qué posibilidades nos invita Dios a soñar en este tiempo?
(Música de fondo)
HOY TE INVITO A SOÑAR (elijo una frase)
Hoy te invito a soñar
en horizontes abiertos, luminosos
donde el amor y la satisfacción tienen su morada.
Yo te invito a soñar
sin miedos absurdos, en aventuras apasionantes de generosidad y de entrega,
sin frustraciones ni desánimos.
Yo te invito a soñar
en un mundo diferente donde la fraternidad puede
iluminar todos los encuentros.
Yo te invito a soñar
aunque te digan que eres un loco,
que eres un visionario,
en un futuro con estrellas y cielos nuevos.
Yo te invito a soñar
en que llegará la hora,
está llegando ya,
en que los hombres se amen sin barreras ni egoísmos.
Yo te invito a soñar
en una vida con sentido,
en la que podamos sembrar,
no destruir;
en la que podamos recrear, no morir.
Yo te invito a soñar
en una lámpara de luz eterna
sin que la puedan apagar jamás
el pesimismo y la desolación.
4. UN CORAZÓN QUE REJUVENECE EN LA ESPERA
Del evangelio, según, San Lucas
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
—«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
El amor nace del corazón de Isabel que rejuvenece en la espera.
Rejuvenecer en la espera es no desechar, por viejas, las promesas que nos dieron.
Es levantar el corazón del niño con las manos del abuelo.
Es revestirse de hombre nuevo sin pintar la fachada de moderno.
Es ir a contramano de la inercia, hacia un amor primero.
Es renovar los odres, porque el vino de Dios es siempre nuevo.
Es no renunciar a la vida que se va gestando dentro.
Para Pensar:
- ¿Cuál será la espera que haga rejuvenecer nuestro corazón en este tiempo?
(Música de fondo)
5. UN CORAZÓN QUE SALE A ABRIR PUERTAS
Salir a abrir puertas es entender que el solo abrirla, ya da espacio.
Es poner el rostro a lo que viene sin querer esquivarlo.
Es comprender cuando el ambiente se carga y se va saturando.
Es vencer el egoísmo que tiende a encerrarnos.
Es abrirse a que el otro nos pida escucharlo.
Es buscar comunicarnos y querer que no haya nada que se pudra por cerrado.
Es incluir a otros en lo que sabe alegrarnos.
Es aliviar del otro su corazón cansado.
Es dar a la propia vida un horizonte más amplio.
Para pensar:
- ¿Qué puertas de mi corazón tengo que abrir para que el Señor nazca en mi corazón? ¿qué puertas tenemos que crear como comunidad en este tiempo ¿ (Lo escribo en un papel y lo pongo en la cuna vacía)
Música de fondo)
6. EL DESEO DEL CORAZÓN
Mi corazón desea armonía. No quiere desorden.
Mi corazón quiere la verdad. No se satisface con la mentira.
Mi corazón quiere el equilibrio. No soporta vivir en la inseguridad.
Mi corazón quiere ser amado. Detesta vivir en la soledad.
Mi corazón tiene necesidad de otros corazones. No está hecho para el aislamiento.
Mi corazón apunta al cielo. No está hecho sólo para la tierra.
Mi corazón tiene sueños de infinito. Sobrepasa la realidad diaria.
Mi corazón quiere certidumbres. Las dudas le deprimen.
Mi corazón late con un ritmo de eternidad.
Mi corazón
es fuente, es río, es gota de lluvia, es tormenta,
es brisa, es viento fuerte,
es susurro al oído,
es grito de inmensidad,
es tempestad de emociones,
es explosión de alegría, es sufrimiento silencioso.
Mi corazón
es insatisfacción buscando satisfacción,
es duda buscando verdad,
es desamor buscando amor,
es incertidumbre buscando seguridad,
es pequeñez buscando grandeza,
es imperfección deseando perfección,
es realidad viviendo en sueños,
es carne anhelando ser espíritu,
es sed buscando agua,
es hambre pidiendo alimento,
es nada queriendo ser todo.
Mi corazón
es tierra deseando ser cielo,
es una vela ansiando ser sol,
es llama anhelando ser estrella,
es creatura queriendo ser creador,
es finito soñando ser infinito.
¡Necesito dar una respuesta a este mi corazón!
(Espontáneamente hacemos eco de alguna expresión)