Bodas de Oro y Diamante Sacerdotales

Bodas de Oro y Diamante Sacerdotales

+ Manuel Herrero Fernández, OSA. Obispo de Palencia.

El pasado viernes, día 10, la Iglesia celebraba la memoria de San Juan de Ávila, sacerdote nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 6 de enero de 1499; estudió en Salamanca “las negras leyes”; vuelve a Almodóvar y, después de tres años de vida de oración y penitencia, marcha a Alcalá de Henares donde estudia Filosofía, y Teología, siendo ordenado sacerdote en 1526. Piensa ir a las Indias, pero antes vuelve a Almodóvar donde da sus bienes a los pobres; marcha a Sevilla con el propósito de embarcar e ir a Méjico, pero el Arzobispo Alonso Manrique le obliga a quedarse en Sevilla. Desde ahí comenzará a predicar en Sevilla, Alcalá de Guadaira, Lebrija, Jerez, Palma del Río, Utrera, Écija, etc. Acusado por envidias es encarcelado por la Inquisición durante tres años y siendo absuelto. En las cárceles su alma es iluminada por Jesucristo y su misericordia. Desde entonces, libre ya, predica en la Baja Extremadura y en casi toda Andalucía. Enfermo se queda en Montilla. Abre colegios en varias ciudades para “doctrinos” o para clérigos e, incluso, la Universidad de Baeza. Su influjo en la espiritualidad del siglo XVI ha sido reconocida; pueden hablar de él San Ignacio de Loyola, Santa Teresa, San Francisco de Borja, Santo Tomás de Villanueva, san pedro de Alcántara, san Luis Beltrán, Fr. Luis de Granada, Molina, Berulle, Francisco de Sales, etc. Es un escritor que promueve la reforma con la palabra y los escritos, como Audi Filia, Advertencias para el Concilio De Trento, Tratado del amor de Dios, tratado sobre el sacerdocio, muchas cartas y sermones. En 1569 muere en Montilla, siendo canonizado en 1970 y proclamado doctor de la Iglesia en 2012 etc. Este año celebramos 450 años de su muerte, especialmente en Montilla, (Córdoba) y en Baeza (Jaén). Es una gloria de la Iglesia y de España.

Ese mismo día, los sacerdotes de Palencia celebran sencillamente las Bodas de Oro y de Diamante de los sacerdotes que se citan a continuación, indicando dónde nacieron.

Bodas de Diamante, los ordenados en 1959: Nicolás Castellanos Franco, Obispo, Mansilla del Páramo (León), Teodoro Flores Sáez, Castrillo de Onielo; Eugenio González Gil, Santillana de Campos; Policarpo Humada Fernández, Pomar de Valdivia; José Martínez Ruiz, Villamoñico (Cantabria); Miguel Nieto Rodríguez Dehesa de Montejo; Miguel Salvador García, Riosmenudos; Cirilo Cubillo Martín, Perazancas, que lleva 70 años de sacerdote.

Bodas de Oro, ordenados en 1969: Deogracias Bustillo González, de Astudillo; Jesús Escudero Ortiz, Palencia; Félix Lagartos Garrán, Villada; Ángel Pérez Torices, Villabellaco; Eulogio Poza San Juan, de Villaluenga de la Vega; José Antonio Rodríguez Burgos, Bahillo; Pompeyo Fernández García, de Villarrobejo; Ignacio Romo Velasco, Ampudia.

No puedo recoger dónde han desarrollado su ministerio y servicio a la Iglesia de Palencia y sus parroquias e instituciones y a la sociedad y el bien que han hecho. Lo sabe el Señor y ellos.

Lo que sí creo que todos los católicos y no católicos les debemos a todos y a cada uno es reconocimiento a sus personas y buen hacer; no quiero destacar a nadie en particular, porque todos han dado lo mejor de sí, de su vida, años, salud, bienes, sabiduría, su fe, esperanza y caridad con mayor o menor acierto, con humildad, y sencillez, con alegría y paz; todos merecen nuestra gratitud, la gratitud de las comunidades a las que sirvieron y de la sociedad palentina.

Desde aquí quisiera hacerles una petición: que sigáis siendo lo que sois, sacerdotes, miembros de esta Iglesia de Dios en Palencia, orando, haciendo el bien, dando ejemplo de entrega y dedicación a todos, siendo hombres discípulos y misioneros. Seguid estando cerca de los otros sacerdotes compartiendo la misión, y cerca de los hombres y mujeres de las Zonas del Brezo, de Pisuerga Norte, del Camino de Santiago, del Valle, de Campos, del Cerrato y de Palencia capital; seguid siendo hombres de encuentro, del diálogo, abiertos a todos, sin hacer distinciones de partidos, razas, religiones, nacionalidades, etc., como lo hizo el Señor Jesús y tantas cristianos que nos han precedido. No os canséis; ánimo y seguid aportando lo que gratis habéis recibido por la imposición de manos.

También desde aquí animo a los jóvenes a seguir su ejemplo y entregarse a Cristo y a los demás desde la Iglesia. Si el Señor os llama a la vida, a su amistad, a la santidad, a hacer la historia de amor y de vida de Dios con los hombres, una historia que se entreteje con nuestras historias, no le digáis que no; un Dios que vive y quiere nacer entre nosotros para que demos frutos allí donde estemos, como estemos y con quien estemos. Jesús viene a nosotros para plantar y plantarse. Sacad lo mejor de vosotros mismos para gloria de Dios y bien de los hombres. Él vive y te quiere vivo. Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza. A todo esto os llama el papa Francisco en su Exhortación Apostólica titulada Christus vivit- Cristo vive. Nº 1, 248 y ss).

Recibid, hermanos, un abrazo fraterno en nombre de toda la Iglesia y en el mío propio.