“No nos quedamos en casa”. Noticias desde Paita (Perú)

“No nos quedamos en casa”. Noticias desde Paita (Perú)

Nos llegan noticias desde Paita (Perú), uno de los lugares a los que ha llegado la ayuda del Fondo de Solidaridad de la Diócesis de Palencia. El sacerdote diocesano Domingo García que desarrolla allí su labor pastoral, ha enviado un correo electrónico a nuestro Obispo, para dar testimonio de los pasos que se van dando “con mucha ilusión y esperanza, convencidos de que juntos hacemos camino” y agradecer la generosidad de la Diócesis de Palencia.

 

“NO NOS QUEDAMOS EN CASA”

 

“Nos llegó el COVID-19 como gran ola que arrasa incontrolable provocando miedo, enfermedad, muerte ¿castigo de Dios? No necesitamos un Dios castigador nuestra misma conducta es la que nos coloca ante una doble amenaza que nos obliga a optar, seguir como estamos a costa de la vida, destruyendo nuestra casa común o buscar un cambio de rumbo. De la pandemia no saldremos igual, saldremos mejor o peor, de nosotros depende”

El Covid-19 nos ha ido poniendo por delante la necesidad de UNIRNOS POR LA VIDA.

Comparto la experiencia vivida en Paita en estos tres meses de cuarentena.

1. Las mujeres, ante la pobreza, el hambre, rapidito se unen, se organizan en OLLAS COMUNES, cada una comparte lo que tiene y cocinan juntas para que puedan comer sus familias. Siempre colocan una bandera blanca, bien visible, hasta que llega el momento que ya no tienen nada para compartir en la olla y retiran la bandera.

2. Distintas instituciones, familias, personas, se organizan para recaudar víveres que puntualmente compartes con cada una de las 40 ollas comunes.

3. Lo que comenzó como una acción puntual de bien social, se ha convertido en una práctica apasionante y transformadora, sin querer queriendo nos hemos unido, Municipio, Comunidad campesina, Sindicato de pescadores, Frente de defensa, Empresas pesqueras, Fuerza Paita, Fondo Social de terminales portuarios euro andinos, voluntarias, os, Amigos, as, Familia, Obispado de Palencia, Arzobispado de Piura y tantas familias de forma anónima, formando una GRAN RED DE SOLIDARIDAD, CREANDO UN BANCO DE ALIMENTOS.

4. De las ollas comunes damos el paso a los COMEDORES POPULARES. En este momento están funcionando diez. Cada lunes, puntualmente se entregan víveres para toda la semana, cocinan cada día, un representante de cada familia recoge los alimentos y almuerzan en su casa, entre los diez comedores, unas 2000 personas, nuestra misión es ayudar en la organización, acompañar en el proceso, paso a paso.

Juntas, os vamos tejiendo una gran RED en la que estamos entrelazados y comprometidos organizaciones de mujeres, organizaciones, instituciones y familias de la comunidad, con un objetivo común, que a ninguna familia le falte lo necesario para comer.

Nuestro trabajo es una pequeña arenita en este inmenso desierto, insignificante, aparentemente no marca huella, pero tiene fuerza, si la cuidamos, para convertirse en pieza fundamental de un gran rompecabezas que vamos armando juntas, os, hoy por la alimentación y por la salud, mañana por el agua potable, por la no explotación en el trabajo… por LA VIDA CON DIGNIDAD SIEMPRE PARA TODOS Y PARA TODAS.

Mi agradecimiento a las personas que día a día salen de casa y se exponen para que esta historia se siga escribiendo.