AZUL, del cielo bajo el que duermen los pastores, el azul a veces claro y luminoso y en ocasiones oscuro y tenebroso... y el mensaje reconfortante de Jesús: “Yo y el Padre somo uno”.
Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco
En la cultura agraria, como lo fue Israel, los rebaños y sus pastores tuvieron siempre una importancia práctica y simbólica. El título de “pastor” se aplica con frecuencia a Dios, como el Pastor fiel que cuida del pueblo.
En las catacumbas los cristianos representaron a Jesús como el Pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida. Esta imagen es de la catacumba de Calixto, pintura datada en el siglo III. Sería una temprana visión de la figura de Jesucristo como Buen Pastor que guía a su rebaño, los cristianos, representados en el cordero que carga en sus hombros. Los primeros cristianos vieron cómo el pastor, Jesucristo, nos conoce y no nos deja perecer en medio de la persecución.
La parábola tiene un tinte misionero claro en la frase: “Tengo otras ovejas que no son de este redil”. Nada que ver con creernos elegidos o pensar en un Dios propiedad exclusiva nuestra. Hay ovejas que «no son del redil» y viven lejos de la comunidad creyente y otras que se han alejado del redil. Pero Jesús dice: «También a estas las tengo que atraer, para que escuchen mi voz». La fe entra a través del oído, porque la voz irrumpe en el oyente, y así, la Palabra de Dios tiene capacidad de mudar corazones, porque al escuchar su voz advertimos su presencia.
Evangelio, San Juan 10, 27-30
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».
Papa Francisco
«En la figura de Jesús, buen pastor, nosotros contemplamos la. Providencia de Dios, su preocupación paterna por cada uno de nosotros. Es realmente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía darnos!
Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente».
Reflexión
- ¿Estamos seguros que escapándonos del rebaño del Señor, no iremos a parar a otros rebaños, a esos que nos llevan a consumir lo que nos mandan, a pensar como los que gobiernan, a imitar a los famosos, a preocuparse solamente en pastar ... ¿A quién seguimos?, ¿Cómo distinguir al buen del mal pastor?
- ¿En tu familia, parroquia o grupo de amistades, te muestras como el Buen Pastor, llamados a mostrar su bondad y guía por sus hijos, colaborando en la parroquia, sin tener en cuenta los desvelos, cansancios y dolores que ello les puede comportar?
Oración
Te doy gracias, Jesucristo, porque es estupendo saber que alguien te conoce por tu nombre, señal evidente de tu amor por mí.
Muestro mi confianza en ti y me pongo en tus manos con la paz seguridad que me da el estar en tu presencia.
Gracias por presentarte como un amigo que me conoce y me llama a camina con Él por el camino de la vida.
Gracias porque en mis dudas e indecisiones, tú me muestras el camino a seguir. Bajo tu guía puedo caminar con tu pueblo.
Que con Jesús, nuestro Buen Pastor, podamos y aprendamos a preocuparnos y cuidarnos mutuamente.
Escuchar esta canción de Cristóbal Fones SJ
https://www.youtube.com/watch?v=0163u0kNDxs