Cafarnaúm es la ciudad Jesús. Situada en la orilla del lago de Genesaret o mar de Tiberíades o de Galilea, Jesús y vivió la mayor parte de su vida oculta. Allí está la sinagoga donde predicaba, la casa de san Pedro, hoy convertida en una hermosa capilla circular sobre sus restos arqueológicos, una imagen de Pedro como pescador al lado del agua y muchas más cosas.
Una de las cosas que sorprenden es que Jesús no hizo muchos seguidores allí, hizo los mejores, los más fieles, pero la mayoría lo ignoró. Quisiera resaltar este dato. Jesús elige vivir en un ambiente donde pasa desapercibido, donde lo ignoran, donde no le reconocen como Señor y Salvador. Y aunque hará allí algunos signos y milagros como la curación de la suegra de san Pedro, más bien no se mostrarán con él acogedores y cercanos. ¿Por qué todo este preámbulo me preguntareis? Encuentro relación y mucha similitud con la forma en que hoy también nosotros estamos llamados a vivir nuestra fe, nuestro cristianismo y nuestro seguimiento a Jesús. Nuestra sociedad y nuestro entorno son de nuevo una Cafarnaúm que nos ignora, que no valora el tesoro de la fe y otras tantas veces nos rechaza y hace difícil nuestra manifestación creyente. No seremos nunca más que el maestro por ello debemos aceptar y encontrar razones positivas para vivir también la fe en nuestro ambiente frio y lejano a la fe.
Comenzó a predicar
Coincide este tercer domingo del tiempo ordinario con el domingo de la Palabra. El papa Francisco instituyó esta Jornada el 30 de septiembre de 2019, con la firma de la Carta apostólica en forma de «Motu proprio» Aperuit illis, con el fin de dedicar un domingo completamente a la Palabra de Dios. En ella dedica una especial atención a la homilía de la que dice que tiene “un carácter cuasi sacramental” (EG, n. 142). Y propone que la homilía ayude a profundizar en la Palabra de Dios, con un lenguaje sencillo y adecuado para el que escucha, y le permite al sacerdote mostrar también la “belleza de las imágenes que el Señor utilizaba para estimular a la práctica del bien” (EG, n. 142).
El Domingo de la Palabra de Dios 2023 tiene como tema una expresión tomada de la Primera Carta de Juan: “Os anunciamos lo que hemos visto” (1 Jn 1, 3). Jesús comenzó en Cafarnaúm a predicar. Expone la palabra revelada, el plan de Dios sobre el hombre de una manera que suscita en quien le escucha no solo interés y admiración sino seguimiento y compromiso. Seguimos con ese mismo objetivo hacer atrayente la palabra de Dios, hacer que suscite en nosotros entusiasmo, admiración y ganas de conocerla. Para ello debemos llenarla de valor, considerarla parte necesaria de nuestra fe de tal manera que nuestro amor a ella nos lleve a conocerla, leerla, para que luego podamos anunciarla y proclamarla después de haberla hecho vida en nosotros.
Hoy debemos vivir con especial atención la proclamación de la Palabra, su escucha y su meditación en la homilía. También sería bueno hacer un gesto de reconocimiento y admiración de la palabra de Dios situándola después de haber sido leída en un lugar preferente. Incluso en algunos lugares este domingo es el apropiado para la institución de lectores. Catequistas y anunciadores de la Palabra.
Venid en pos de mi
Una última cosa que este domingo nos ofrece es la invitación que Jesús, entonces hizo a sus discípulos, y hoy nos hace a nosotros: Venid en pos de mí. Jesús elige a Pedro y Andrés, a Santiago y Juan para que lo sigan. No fue un gesto pasado, sigue siendo actual y el Señor sigue invitándonos a seguirle, a dejar nuestras tareas y trabajos y formar parte de sus seguidores. Cuando permanentemente miles de voces nos invitan a seguirlas, seguir la moda, seguir las noticias, ir detrás de aquello que promete de manera fácil y rápida felicidades… no nos llega la invitación de Jesús de seguirle. Hoy también y tal vez más que en otros momentos de la historia, Jesús necesita que vayamos en pos de él para colaborar en su Iglesia, para echar una mano en tantos asuntos que hoy desatenderemos si no aceptamos esa invitación del Señor. Venid conmigo es el mensaje que hoy debe resonar en nuestro corazón. Seguro que como aquellos primeros discípulos podemos dejar cosas para seguir al Señor.
Comentario al Evangelio del 22 de enero de 2023, por José María de Valles, delegado diocesano de Liturgia. Emitido en “Iglesia Noticia” de la Diócesis de Palencia