P.- La Santísima Trinidad, ¿quién es?
R: Es el mismo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
P.- Según esto, ¿cuantas Naturalezas, Entendimientos y Voluntades hay en Dios?
R: Una sola Naturaleza, un solo Entendimiento y una sola Voluntad.
P.: ¿Y cuantas personas?
R: Tres distintas, que son: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Con esta pedagogía de preguntas y respuestas el padre Gaspar Astete explicaba el misterio de la Santísima Trinidad que hoy celebramos. Tres personas distintas y una misma naturaleza. Misterio que por más que nos asomemos nunca alcanzamos a ver con plenitud. Nuestro propósito, por tanto, no entra en discusiones teológicas que para eso tiene doctores la santa madre Iglesia. Con sencillez queremos encontrar luz para entenderlo y vivirlo.
Comenzamos con algunas imágenes que puedan iluminar este concepto de DIOS - TRINIDAD.
Se me ocurre en primer lugar la imagen del AGUA. Si nos detenemos a pensar vemos que el agua lo podemos encontrar en tres formatos: líquido, sólido y gaseoso. En los tres estados tenemos agua y con las mismas cualidades. En estado líquido lo podemos beber, nos podemos bañar en él… y ese mismo agua hecho nieve o granizo puede caer sobre nosotros y lo podemos mezclar en nuestras bebidas y sin darnos cuenta ni verlo, el agua está en el ambiente y nos envuelve y rodea formando parte del aire que respiramos.
Otra analogía que nos ayuda a visualizar la TRINIDAD nos la ofrece nuestro astro central, el SOL. Se nos muestra como centro de nuestra galaxia, nos da la luz con la que vemos y envuelve además de ser fuente de calor y vida. Y con tres efectos distintos sigue siendo el mismo sol.
Este entender el misterio de la Trinidad conlleva aplicarlo a nuestra vida creyente. El primer lugar donde lo encontramos es la eucaristía.
LA EUCARISTÍA, presencia de la SANTÍSIMA TRINIDAD
Descubrimos que la Eucaristía celebra la obra de la Santísima Trinidad. En cuatro momentos de la Santa Misa afirmamos el misterio de la Trinidad. El saludo inicial lo haremos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes de la consagración el sacerdote pide al Padre que envíe el Espíritu para que convierta el pan y vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. En la doxología o glorificación final de la plegaria eucaristía se dice: Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo… y finalmente al acabar la Eucaristía el sacerdote nos bendice en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por lo tanto, este misterio está presente en la celebración de nuestra fe y fundamenta nuestra experiencia de Dios.
TRES COMPROMISOS
La otra dimensión de esta fiesta de la Trinidad conlleva la invitación a vivir el compromiso. La definición y el concepto de Dios exige imitarlo. En esta ocasión, se nos piden tres compromisos que emanan del misterio de la Trinidad. Igualdad, unidad y diálogo. Tres propuestas que nos hace la fiesta de hoy para vivir al estilo de la Santísima Trinidad.
IGUALDAD. Las tres personas son iguales y viven en comunión permanente basado en la relación y en el diálogo. No podemos vivir mejor el misterio de la Trinidad que imitando en nuestra vida estas cualidades que tanto nos hacen falta. Igualdad para no descartar a nadie, para no excluir a algunos y que nos pide valorar a todos con el mismo afecto. Así ofreceremos a nuestro mundo un nuevo estilo de relaciones basadas en el respeto a la singularidad de cada uno, pero apostado por la igualdad de todos.
En segundo lugar, descubrimos la propuesta de UNIDAD. Dios en comunión de personas y nos pide esa misma unidad con todos nuestros hermanos sin diferencias, sin marginar a nadie, acogiendo y aceptando lo mejor de cada uno como masa que forma el mismo pan.
Y por último la fiesta de hoy nos provoca a vivir en DIÁLOGO, en relación constante con nuestros hermanos. Necesitamos recomponer los cimientos de la igualdad y la unidad con la relación constante y permanente con los hermanos. Nada de ellos nos puede ser indiferente. Todo de ello nos importa e interesa y debe formar parte de nuestra vida cristiana y creyente.
No habrá mejor manera de santificar hoy esta fiesta y domingo que intentar vivir con nuestros hermanos las cualidades que la Santísima Trinidad nos propone.
Comentario al Evangelio del 4 de junio de 2023, por José María de Valles, delegado diocesano de Liturgia. Emitido en “Iglesia Noticia” de la Diócesis de Palencia.