Palabra y Vida - Vivir con pasión la tarea evangelizadora

Retomamos los domingos del tiempo ordinario y volvemos al evangelio de san Mateo que leemos en el ciclo A. El capítulo 10, el discurso de la misión, representa la primera catequesis misionera. Jesús desarrolla el tema principal de la Iglesia vivir con pasión la tarea evangelizadora.

 

La mirada de Jesús.

La catequesis tiene como punto de partida la mirada de Jesús sobre la humanidad, sobre nosotros los hombres y mujeres de todos los tiempos. Siente compasión por todos nosotros. Su mirada profunda, al leer el corazón del hombre y de la mujer, descubre el cansancio y el abandono que sufrimos en este mundo. Una realidad que todos y en tantos momentos de la vida experimentamos. Ciertamente no se refiere Jesús solamente a un cansancio corporal y un abandono físico. Su análisis se centra en nuestra condición de buscadores de Dios, de permanentes perseguidores de la felicidad y de nuestro anhelo de inmortalidad. En esa batalla, en esa lucha constante experimentamos el cansancio y sentimos la tentación del abandono.

 

Pasión por la evangelización

En este contexto surge la tarea que encarga a la Iglesia de animar, alentar e ilusionar la vida de sus hijos. El Papa Francisco desarrolla en las catequesis de cada miércoles esta realidad eclesial de la misión y la evangelización bajo el lema “Pasión por la evangelización”. Nos dice que el apostolado “no se aprende en una academia, sino que empieza en el encuentro con Jesús y en su llamada”. En el encuentro con el Señor y al oír de sus labios nuestros nombres recibimos el encargo del envío para ir a proclamar el reino de Dios. La misión de la iglesia, hoy más que nunca sigue siendo mostrar a la gente el amor de Dios y decirles que es necesario tener relación con Él.  Esta pasión por anunciar a Dios, por evangelizar nuestra sociedad comienza en la acogida del envío, en sentirse llamados y se dan en una relación con Cristo y con los hermanos. Exige una dinámica de cuatro elementos: vocación, seguimiento, anuncio y comunión. Los cuatro se deben dar en nosotros y los cuatro están en el discurso misionero de Jesús. Llamados a seguirle para saber anunciar la comunión, podemos resumir.

 

Visibilidad

Esta lectura nos descubre que la misión no puede ser un hecho intimista que se encierre en los libros. La misión y el anuncio exige que sea visible, que se haga en la plaza, que se exteriorice permanentemente. En esto consiste el encargo de Jesús. Id y predicad. Salid de vuestro encierro. Necesitamos recuperar esta condición del encargo misionero que debe ser visible en nuestro mundo. Lo hemos encargado a unos pocos tantas veces en lugares muy lejanos soslayando así nuestra responsabilidad. Cada uno de nosotros debemos visibilizar la misión a la que Jesús nos envía en una sociedad que cada vez oculta a Dios y nos quiere cristianos anónimos que no hagan presente su compromiso evangelizador.

 

Orar y hacer el bien

Acabamos preguntándonos como ser hoy misioneros y evangelizadores para cumplir el encargo del envío. Evidentemente, debemos hacerlo de la forma en que Jesús lo hizo durante su tiempo aquí en la tierra. Además, encontramos la respuesta en el texto del evangelio. Nos sugiere estas dos cosas: orar y hacer el bien. Tantas veces pensamos que esta tarea es imposible para nosotros. Lee de nuevo el consejo de Jesús: reza y haz el bien. Nada puede ser más sencillo. Todos sabemos rezar, todos podemos hacer el bien. Si nos ven rezar, si nos ven hacer el bien, no dudemos que estamos evangelizando, cumpliendo con el encargo que hoy el Señor nos propone. Una última cosa, esta misión, esta evangelización es integral: comprende toda la vida y a todos los cristianos. No lo olvidemos. No es para un momento o unos momentos, es siempre.

 

Comentario al Evangelio del 18 de junio de 2023, por José María de Valles, delegado diocesano de Liturgia. Emitido en “Iglesia Noticia” de la Diócesis de Palencia.