Palabra y Vida - Venid a Mí

Palabra y Vida - Venid a Mí

Comenzaremos por la frase final del evangelio donde Jesús dice que su yugo es llevadero y su carga ligera y lo leemos en el contexto que nos propuso el domingo anterior. El escenario del texto bien pudiera ser el diálogo posterior a la tarea evangelizadora. Los discípulos pudieron regresar con una sensación de cansancio y agobio. Hoy quisiera mostrarles la parte más amable y reconfortante de la misión.

 

Venid a Mí

La experiencia misionera evangelizadora habría cansado y agobiado a los discípulos. El Señor les invita a buscar su compañía de nuevo porque junto a Él encontrarán descanso, recuperarán las fuerzas y se sentirán felices. Se convierte así el evangelio de hoy en una palabra de aliento, de ánimo y de mucha esperanza para los discípulos. La invitación sigue siendo actual y hoy se nos hace a nosotros. Venid a mi… Ante nuestros cansancios y agobios acudimos a la playa, al campo, a las vacaciones, a un viaje… con el ánimo de descansar y encontrar paz, aunque tantas veces experimentamos que es un alivio pasajero y fugaz. Sigue siendo necesario seguir escuchando la invitación de Jesús a ir hacia él, en buscar en Él descanso y sosiego para nuestra vida ajetreada. Nos preguntamos: ¿dónde buscamos descanso?

 

Mansedumbre

Para obtener el descanso que buscamos tenemos que conocer la mansedumbre de Jesús. Este es el tema central del evangelio de hoy. Y ¿qué es la mansedumbre? Apenas nos suena la palabra y tenemos que mirar al diccionario para saber su significado: Docilidad y suavidad que se muestra en el carácter o se manifiesta en el trato. La persona mansa se parece a la piedra del rio que no tiene aristas, suave al tacto y agradable de coger. No hiere, no daña, se deja abrazar. Así es la persona con mansedumbre. Así es el carácter de quien es manso, sin aristas, sin roces, acogedor y suave en el trato. Así se nos describe Jesús. En ese Jesús encontramos sosiego y paz. Imitando a Cristo en la mansedumbre encontraremos descanso y sosiego.

 

Carga ligera

Seguimos teniendo la percepción de lo difícil y complicado que es el seguimiento de Jesús, ser buen cristiano. Hemos reducido nuestra fe a preceptos, a normas y se nos hacen difíciles de cumplir. Creemos que sigue siendo un pesado fardo nuestra fe. Sin embargo, Jesús nos dice que seguirle es fácil y sencillo, que es ligera su carga. ¿Cómo entenderlo? Tal vez, hoy Jesús nos diría, que, en lugar de intentar laboriosamente seguir un complejo código de preceptos, simplemente, le miremos, observemos lo que hace y lo imitemos. Yo soy tu ley, yo soy tu yugo, imita mi mansedumbre, y serás fuerte. Imita mi mansedumbre y tú serás amable. Esta mansedumbre necesitamos hacerla nuestra para superar los cansancios y agobios de la vida.

 

Comentario al Evangelio de hoy, 9 de julio de 2023, por el Delegado Diocesano de Liturgia, José María de Valles