Palabra y Vida - Imitando a María, “SÍ” al proyecto de Dios

Palabra y Vida - Imitando a María, “SÍ” al proyecto de Dios

Mañana será Navidad. El evangelio del cuarto domingo de Adviento relata el momento en el que Jesús se encarna en la historia de los hombres para traerles la salvación y la vida definitiva. Junto a este punto central de nuestra vida también nos describe cómo la realización del proyecto de Dios sólo será posible cuando nosotros colaboramos con Él. Los hombres y mujeres de todos los tiempos, imitando a María, debemos decir “sí” al proyecto de Dios. Por lo tanto, dos son hoy los compromisos a vivir: acoger el plan de Dios y anunciar su presencia entre nosotros.

 

Colaboración de María

María tiene un papel destacado en el evangelio que hoy proclamamos. La historia de la salvación pasa por el de María. Se pone en manos del Señor para que su plan se realice y los hombres puedan alcanzar la condición de Hijos de Dios mientras que el Hijo de Dios pueda abrazar nuestra naturaleza humana. Un misterio que no sabemos mostrar ni demostrar. María nos enseña a fiarnos de Dios, a aceptar sus planes, aunque no estén de todo claro en nuestra cabeza. María no entiende lo que Dios la propone. Pide explicaciones, pero no se opone. María se preocupa al oir la propuesta del ángel. Pregunta porque la parece imposible lo que se la pide. Fiándose de lo que le dice colabora, acepta formar parte del plan salvador de Dios para todo el género humano. Puede parecer sencillo el actuar de María, pero encierra una actitud de absoluta confianza. Sencillez en la colaboración sin exigir nada. Disponibilidad absoluta sin reservarse nada. Características que Dios nos pide para colaborar en su plan de salvación. Aceptación de María acepta colaborar en el plan de Dios y por ello se deja guiar y nos regala un “” incondicional a los proyectos de Dios. La disponibilidad de María la hace apta para colaborar en el plan de Dios y poder acoger la propuesta que se la hace.

 

Protagonismo de Dios

Si María ocupa un papel estelar en el evangelio de este cuarto domingo de adviento, el protagonista es Dios quien lleva la iniciativa en todo el proceso salvífico. En el relato de san Lucas descubrimos como Dios a través del ángel propone a María que necesita de su colaboración. El mismo ángel Gabriel fortalecerá sus dudas y a través del ejemplo de su prima Isabel acabará consiguiendo el SÍ.

¿Dónde descubrimos el papel principal de Dios? El protagonismo de Dios comienza en el momento en que elige a una mujer sencilla, una joven humilde y de Nazaret “de donde no podía salir nada bueno”. No puede quedar mejor explicado que el plan lo propone para que se vea que estará detrás de su realización.

Dios pone su plan de salvación en manos sencillas, pequeñas, humildes para que se vea que será Él quien sacará adelante todo el proceso salvífico.

Por último, es tal el protagonismo de Dios, que toma parte en la película. Revestido de hombre, en su Hijo Jesús, se queda a vivir entre nosotros. Quiere dialogar personalmente con nosotros. Pretende que le sintamos cercano de modo que podamos descubrir la felicidad en su vida a nuestro lado.

 

Actualización

Dios una vez más nos demuestra que nos ama y tiene un proyecto de vida para nosotros. A través del testimonio de María, hoy nos preguntamos cómo asumimos los proyectos de Dios: ¿los acogemos sin reservas, con amor y disponibilidad o tomamos una actitud egoísta de defensa de nuestros proyectos personales y de nuestros intereses egoístas?

 

José María de Valles – Delegado diocesano de Liturgia