Cuaresma24 - 2Domingo - Acoger realidades transfiguradas

Cuaresma24 - 2Domingo - Acoger realidades transfiguradas

En el segundo domingo nuestros brazos se elevan para acoger realidades transfiguradas. Es verdad que en el desierto Jesús se peleó con las alimañas, pero después subió a la montaña y experimentó que Dios estaba con él y le reconocía como Hijo. Desde esta perspectiva de hijos queridos podemos ser capaces de vislumbrar que, por debajo de las apariencias, el Espíritu de Jesús sigue haciendo nuevas todas las cosas y va transformando personas, instituciones y todo tipo de realidades porque el Reino, no lo olvidemos, está ya entre nosotros. Buen momento esta segunda semana para vislumbrar las realidades que se renuevan, para alentarlas y hacerlas poco a poco avanzar.

 

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EVANGELIO 

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.

Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Estaban asustados, y no sabía lo que decía.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

(San Marcos 9, 2-10)

 

COMENTARIO

Si la experiencia del domingo pasado en el desierto ya la calificábamos de mística, no podemos decir menos de la que contemplamos hoy en el monte Tabor. Un Jesús, manifestándose en su plenitud humano-divina en medio de las grandes figuras del A.T. y ratificado por Dios como “su Hijo amado”. No se puede pedir más a la escena.

Esta es la vivencia que expresa Pedro cuando dice: ¡Qué bien se está aquí… quedémonos viviendo esta experiencia para siempre, porque no necesitamos más, nos encontramos plenamente realizados y felices ¡

Vivir esta sensación de plenitud es evidentemente un don, un regalo del Señor, pero no sólo para algunos privilegiados, sino para todo aquel que quiere recorrer un camino que le posibilite vivirlo. Tú y yo, a pesar de nuestras debilidades e incoherencias podemos tener la posibilidad de experimentarlo de alguna manera y en unos ciertos niveles. La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos transfigurar por el Señor y sentir de algún modo esta felicidad.

“Escuchadle” es la propuesta del Padre. Esta es la clave para poder crecer en el conocimiento e intimidad con Jesús; es, en cierto modo, la tarea más importante para un creyente: escuchar, rumiar, acoger profundamente, hacer vida sus palabras.

 

PARA PENSAR Y ACTUAR

Jesús sube a la montaña y nos invita a subir con Él. Desde arriba todo se ve distinto; allí es fácil sentir y escuchar a Dios; allí es fácil sentir su abrazo. Pero la trampa es permanecer en el Tabor, alejados de la gente y de su sufrimiento.

En el corazón de la vida misma, cargada de incertidumbre y de cruz, tú discípulo/a de Jesús, ¿Le reconoces a Él?, ¿te reconoces a ti mismo?, ¿reconoces tu historia con toda su posibilidad de vida y resurrección?

Pídele a Jesús el don de la transfiguración. En medio de las dudas, el cansancio, los conflictos, la dureza del camino, ¿te dejas acompañar y guiar por Jesús?, ¿estás dispuesto a seguirle y acompañarle en el camino hacia Jerusalén?

En lo concreto de tu vida cotidiana, ¿qué puedes hacer para que tus obras manifiesten la presencia de Dios en medio de este mundo?

 

SOLO INCLASIFICABLE

Efi Cubero, de la Granja de Torrehermosa, es una poeta de altos trazos, universal, hecha a sí misma y muy de los suyos. Su última obra poética Solo inclasificable, admirando el que volviese a afincarse en el mundo rural desde el que enlaza con todos los rincones del mundo a través de su obra. 

Todos los días desarrolla un ritual amoroso permanente: visita la tumba de Alfonso; le lleva flores nuevas y frescas, porque ese amor no tiene fin. Su vida queda reflejada en la poesía de sus obras. De niña emigra a Cataluña con su familia. Se hace a sí misma, va a la Universidad de Barcelona, trabajando y descubriendo la sabiduría que te enlaza con la verdad, la bondad y la belleza. Enamorada de Alfonso, con el que construye una familia feliz. Cuida de sus padres hasta su muerte.

Ha articulado en su vida humanismo y poesía, tierra, noche, cielo. Sus últimas obras han nacido en el tiempo de duelo, desvelan una mirada transfiguradora de su propio existir y su verdadero amor comprometido de matrimonio. Ha vivido en el Tabor la esencia del ser en el amor. Su poesía y belleza del lenguaje es un elemento transfigurador. En el Tabor, el lenguaje fue poema de luz y de amor.

 

ORACIÓN

Señor, yo necesito verte transfigurado en el Tabor de la vida.

Necesito que me hagas ver quién eres Tú, como Pedro, Santiago y Juan, no acabo de fiarme.

¿Por qué, a ti y tantos como compañeros y compañeras les ha de tocar el tormento y la desgracia?

¿Cómo puede permitir Dios eso?

Necesito verte transfigurado por la ternura de Dios, para convencerme de que la injusticia no tiene la última palabra y seguir esperando que la vida de los pobres será glorificada.

Por eso, quiere verte “transfigurado” y convencerme de que nada ni nadie podrá apartarme del amor del Padre y que merece la pena gastar mi vida, como tú, en hacer posible una humanidad nueva.

Dame tu misma fe, para creer que, sea lo que sea, Dios estará siempre con nosotros.