Vigilia 2024 de “Enlázate por la Justicia”

Vigilia 2024 de “Enlázate por la Justicia”

La iniciativa intraeclesial “Enlázate por la Justicia” -que en nuestra Diócesis impulsan Cáritas, Manos Unidas, CONFER y Justicia y Paz- promueve desde hace algunos años la lectura y el estudio de la Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco, animando a los cristianos a cambiar nuestros estilos de vida hacia una mayor coherencia con el Evangelio expresando más solidaridad con la Madre Tierra y con los pueblos empobrecidos.

El año anterior se conectó la Encíclica “Laudato Si” con la Encíclica “Fratelli Tutti” y el lema fue "La vida subsiste donde hay vinculo, comunión, fraternidad" (FT, 87)

Este año, en esta nueva etapa de Enlázate por la Justicia llamada “CUIDAdanía integral”, el lema es: “EL DIALOGO COMO INSTRUMENTO DEL CUIDADO”

La Vigilia “Enlázate por la Justicia” de este año, tendrá lugar en la iglesia de San Agustín (Calle Mayor) el jueves 9 de mayo. Comenzará a las 20:00 y contará con la presencia de nuestro obispo, D. Mikel.

 

 

En un mundo sin diálogo verdadero no hay posibilidad de avanzar en la solución de los problemas sociales, por lo que las personas más vulnerables sufren las mayores consecuencias. El valor de justicia social propio de «Enlázate por la Justicia» promueve el trabajo en la socialización y vinculación comunitaria, con una mirada preferente a los cuidados de las personas más débiles del entramado social.

El corazón de Jesús, que pertenece a un Dios al que Él llama Padre, no puede dejar de estremecerse ante la réplica y la súplica de una madre que sufre por su hija, rompe las barreras de leyes y nacionalidades, y se desborda para sanar y liberar a todo el que sufre.

 

 

EL AUTOCUIDADO

 

Vivir desde la perspectiva del cuidado es vivir cultivando la espiritualidad. Una espiritualidad entendida como la energía que nos permite buscar el amor y la justicia y que nos saca del individualismo. La sed de anhelar un mundo digno para todas las personas.

Frente a la cultura de la competencia y del éxito, es imprescindible el cuidado de la profundidad del misterio y del don que habita en cada ser humano y desde el cual podemos abrazarnos y abrazar al mundo.

La vida solo merece la alegría de ser vivida si en el centro está el cuidado, y este no puede vivirse al margen de la comunidad en la que somos; necesitamos como humanidad, y más como personas cristianas, a cuidarnos conjuntamente; otra forma de entender el cuidado sería el principio de la deshumanización.

 

EL CUIDADO MUTUO

 

El cuidado de la otra persona nos obliga a pensar en varios círculos concéntricos. Distinguimos tres niveles en este cuidado:

• Cuidado del prójimo próximo: familia, nuestro entorno más cercano. Lo conozco, vivo a su lado...

• Cuidado del prójimo lejano: Se trata de cuidar, de amar a las personas sencillamente por su naturaleza humana.

• Cuidado del prójimo futuro: Son las generaciones futuras que vivirán cuando ya no estemos aquí.

Hoy en día en nuestra sociedad se suele presentar el cuidado desde una perspectiva burguesa: hay que cuidarse y por tanto cuidar el cuerpo, la alimentación. Pero ese cuidado personal suele “descuidar” el cuidado de otras personas más vulnerables.

Ante los conflictos. el cuidado de las personas y de las situaciones requiere aprender a solucionar los problemas de forma cordial y dialogante, buscando garantizar el beneficio de quienes son más vulnerables y que nadie quede atrás.

 

EL CUIDADO DEL PLANETA

 

Cuidado es una expresión relativamente nueva en el ámbito de la reflexión ética y de la Doctrina Social, aunque ya está detrás de muchas intuiciones, como por ejemplo la parábola del Buen Samaritano, que guía e inspira Fratelli tutti. Y evidentemente es algo que está en el ADN del cristianismo. La ética cristiana es una “ética de los cuidados”.

En el siglo XXI la reflexión ética sobre el cuidado se amplía: ¿qué pasa con el resto de formas de vida no humanas? ¿la naturaleza o los ecosistemas tienen derechos? ¿Qué significa y qué implica incorporar en el horizonte ético de los cuidados al resto de seres vivos y a los ecosistemas? ¿en qué sentido lo no humano tiene “dignidad” y tiene “derechos”? ¿estamos hablando de una nueva ampliación de la ética del cuidado, o estamos ante otra cosa?

Es pasar de la persona como centro y dueña de la Creación, a la persona como parte de la Creación. Es un trabajo que nos lleva a “bajarnos del pedestal”, a mirarnos desde un plano más humilde, y a ver en las demás criaturas la obra de Dios. Es la parte del cuidado relativa a la casa común. Todas estas cuestiones forman parte del debate ético actual.

 

PARA EL DIÁLOGO

 

• ¿Es la identidad cristiana algo cerrado o fijo, al margen del tiempo y de la historia, o puede nutrirse en el diálogo? ¿Reconoces las situaciones de división y desencuentro en los espacios de tu vida cotidiana?

• Si tuvieras que promover iniciativas de diálogo o concordia, ¿por dónde empezarías en las parroquias, movimientos, comunidades cristianas...? ¿Cómo puede impulsar la Iglesia el diálogo en la sociedad? ¿Puede ser la Iglesia sinodal una escuela de diálogo y para el diálogo?

• ¿Qué le pediríamos y que aportaríamos al diálogo político para lograr una convivencia constructiva del bien común?

 

SEÑOR, ENSÉÑANOS A DIALOGAR

 

• “Podemos buscar juntos la verdad en el diálogo, en la conversación reposada en la discusión apasionada” (FT,50). Que el Señor nos conceda buscar juntos la verdad por los caminos de la escucha sincera y el diálogo honesto para superar las polarizaciones y tender puentes inclusivos. Señor, enséñanos a dialogar.

• “Que todo ser humano posee una dignidad inalienable es una verdad que responde a la naturaleza humana más allá de cualquier cambio cultural” (FT, 213). Para que trabajemos por el reconocimiento de la dignidad y derechos de todo ser humano favoreciendo una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro. Señor, enséñanos a dialogar.

• “Así como no hay diálogo con el otro sin identidad personal, del mismo modo no hay apertura entre pueblos sino desde el amor a la tierra, al pueblo, a los propios rasgos culturales” (FT, 143). Que pensemos y gestemos un mundo abierto y amable abriendo el corazón al mundo entero y respetando la diversidad y la pluralidad. Señor, enséñanos a dialogar.

• “El diálogo persistente y corajudo no es noticia como los desencuentros y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podamos darnos cuenta” (FT, 198). Por los pueblos y naciones que sufren los horrores de la guerra, para que recobren la paz y obtengan la tranquilidad y la libertad. Señor, enséñanos a dialogar.

 

ORACIÓN POR EL DIÁLOGO

 

Señor Dios, te alabamos y te glorificamos
por la belleza de este don que se llama diálogo.
El diálogo desata los nudos,
disipa las suspicacias, abre las puertas,
soluciona los conflictos, agranda a la persona,
es vínculo de unidad y madre de la fraternidad.

Haznos comprender que el diálogo
no es una discusión ni un debate de ideas,
sino una búsqueda de la verdad
entre dos o más personas.

Haznos comprender que mutuamente
nos necesitamos y nos complementamos
ya que yo puedo ver lo que otras personas no ven
y ellas pueden ver lo que yo no veo.

Señor Jesús, cuando aparezca la tensión,
dame la humildad para no querer imponer
mi verdad atacando la verdad de la otra persona,
saber callar en el momento oportuno,
saber esperar que la otra persona termine
de expresar completamente su verdad.

Danos, Señor Jesús, la gracia de dialogar.

(José Baena, Consiliario General de Acción Católica Obrera)