En este “Tiempo de Gracia” que nos regala la Iglesia con el Adviento llegamos al Tercer Domingo... “Llamados para Vivir”, invitados a una mirada interior, como si fuésemos nosotros mismos que tenemos que mirar al corazón e interpretar qué nos está diciendo Dios en lo más hondo del corazón… En este domingo se nos pregunta “¿Qué hacemos ...para ANIMAR?”.
EVANGELIO
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
– Entonces, ¿qué debemos hacer?
Él contesta:
– El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; el que tenga comida, haga lo mismo.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
– Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?
Él les contestó:
– No exijáis más de lo establecido.
Unos soldados igualmente le preguntaban:
– Y nosotros, ¿qué debemos hacer?
Él les contestó:
– No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga.
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
– Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en sus manos tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paga en la hoguera que no se apaga.
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.
San Lucas 3, 10-18
RECONOCER
Alegraos
Alegraos es la invitación del tercer domingo de Adviento, que ha de prolongarse a lo largo de todo el año. Es la alegría de saber que el Señor viene para quedarse con cada uno de nosotros. Nada nos ha de preocupar, tan solo Cristo y nuestro deseo de agradarle. Vivir en Él es fuente permanente de alegría y paz, lo que genera una gran confianza, una esperanza firme y una caridad solícita con todos.
Alegraos, porque el Señor viene a nosotros como Salvador. El pueblo que yacía en la postración del primer pecado y caminaba en las tinieblas del error está a punto de ver cumplidas todas las promesas. El Hijo de Dios expulsa con su obediencia a aquel que hizo que la humanidad desobedeciera y fuera expulsada del Jardín, e introduce de nuevo a los hijos en la comunión con el Padre.
Alegraos, porque el Señor viene a nosotros como Esposo. Su nacimiento es el desposorio con nuestra humanidad. El Pueblo de Israel no escucha la voz de Dios, que traiciona su identidad, que ha endurecido su corazón y se ha echado en brazos de otros amantes, otros ídolos. Pero el Señor sigue manteniendo su promesa de fidelidad y no rechaza a Israel, sino que como Esposo leal va a volver a seducirlo, lo va a llevar al desierto y allí le va a hablar al corazón, y a desposarse de nuevo con él.
El Bautista nos muestra este propósito nupcial cumplido en Cristo, que viene a desposarse en fidelidad con cada uno de nosotros, con una humanidad a la que no desprecia, sino que la acoge con amor fiel. Este es el gran Misterio de la Navidad.
Y, ¿Qué debemos hacer? Purificarnos del pecado y obedecer los mandatos del Señor, para que así encuentre un corazón bien dispuesto para desposarse en fidelidad y amor con Cristo.
INTERPRETAR
Testimonio de Vida y Oración - José Luis Mesa: de militar a Misionero en Kenia
José Luis Mesa es militar retirado y misionero. Está casado y tiene dos hijos.
“Siempre he sentido encendida en mí una llama misionera, pero hasta hace poco no me atreví a vivir esa experiencia misionera. Han sido seis meses junto a las Hermanas Filipenses en el proyecto que llevan a cabo en Machakos (Kenia). Allí he dado clases de español e informática a las novicias y postulantes; he acompañado a las religiosas en su misión, acogiendo a mujeres y niños en exclusión social. También he visitado a las familias del barrio para conocer su situación y poder ayudar principalmente con becas de escolarización”.
Con esta experiencia misionera, confieso que he aprendido que sólo el amor basta y que cuando amas de verdad, con autenticidad, hasta que duela, ya no hay dolor, sólo amor. Vivir esta misión ha superado todas mis expectativas y este tiempo de gracia me ha hecho ver el rostro de Dios en tantos niños que sufren. Ver que la enfermedad y la injusticia azotan aquella zona cada día no me ha achantado, sino que me ha ayudado a ver que allí se vive con radicalidad el Evangelio. Que todo es gracia de Dios, por eso, sabiendo que somos depositarios de los talentos que Dios nos ha dado, sólo nos queda ponerlos al servicio de los demás.
Es tan gratificante esta labor que animo a aquellos que tengan esta inquietud en su interior a que no duden en atreverse a dar ese gran paso, sabiendo que Dios premia tanta generosidad cuando se entrega a los demás.
ORANDO
Nadie está solo - José Mª Rodríguez Olaizola, sj
Nadie está solo,
aunque a veces lo parece,
y te sientes herido,
o se te rompe la entraña.
Si se te pierde la risa,
y se te callan los versos.
Aunque te duela la historia
y te amenace el presente,
se te atraviesen los miedos
o se oscurezca el futuro.
Es verdad que sí,
que hay días grises,
en que el silencio
atormenta y oprime.
Hay momentos en que la distancia
es nostalgia y ausencia.
Hay abrazos extraviados
Esperando un encuentro.
Hay miedos que anuncian naufragios
y derrotas que parecen finales.
Pero nadie está solo,
aunque a veces lo parezca.
Tu Palabra no se marcha.
Y Tu espíritu nos une,
fluye, infatigable,
entre nosotros.
Despertando el Amor dormido,
vistiéndose de servicio,
llamándonos prójimos,
y trenzando, en nuestros días,
inesperados afectos
que se convierten en hogar.
Aunque hoy nos llueva dentro.
ELEGIR
Deja que la Palabra resuene en tu vida y te aliente a ponerte en camino. Te invitamos a responder a estas preguntas desde estos tres verbos que nos guían en la reflexión y nos ayudan a hacer vida la Palabra.
• Reconocer: vuelve a leer sin prisa el Evangelio. ¿Qué te ha llamado la atención? ¿Qué palabras resuenan en tu momento personal?
• Interpretar: Hoy se nos pregunta insistentemente: y tú, ¿qué puedes hacer?
• Elegir/ponernos en camino: Compartir, sanar, respetar, anunciar… La invitación hoy es a hacer realidad ese Reino y esa alegría que se nos anuncia ¿cómo lo puedo hacer realidad en mi cotidiano?