“Aprender de los primeros cristianos para nuestra evangelización”

Organizado por el Centro Diocesano de Formación, el 27 de febrero, se celebró la segunda sesión del curso “COMUNICAR HOY LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO”. Con el título de “APRENDER DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS PARA NUESTRA EVANGELIZACIÓN” se contó con Santiago Guijarro Oporto. Operario. Catedrático de Nuevo Testamento en la Facultad de teología de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Además de presencialmente, pudo seguirse a través del canal de YouTube y la página web de la Diócesis de Palencia.

 


 

ÍNDICE DE LA EXPOSICIÓN

I. El «relato normativo» de la primera evangelización: Primero se revisa la idea que tenemos de la primera evangelización integrando las experiencias de la primera y segunda generaciones de discípulos.

II. Claves de la primera evangelización: En esta segunda parte, la más extensa, se trata de identificar siete rasgos característicos de la primera evangelización con los que podemos contrastar nuestra propia experiencia evangelizadora.

 

FUENTES

La exposición que sigue se basa en dos estudios, de Santiago Guijarro, publicados en “Ediciones Sígueme”:

La primera evangelización en los orígenes del cristianismo”. Trata sobre la tarea evangelizadora llevada a cabo, sobre todo, durante la generación apostólica.

El cristianismo como forma de vida”. Estudia cómo las comunidades de seguidores de Jesús se consolidaron en la siguiente generación

 

I. EL «RELATO NORMATIVO» DE LA PRIMERA EVANGELIZACIÓN

 

La idea que tenemos de la primera evangelización está muy determinada por un «relato normativo» que subraya los siguientes elementos:

La continuidad entre la misión de Jesús y la de sus discípulos.

Menciona una sola misión, que habría sido llevada a cabo por los apóstoles.

La acción evangelizadora consistió fundamentalmente en anunciar un mensaje que provocaba la conversión.

El resultado de esta acción evangelizadora fue la fundación de nuevas iglesias.

Las dos generaciones

Para tener una idea completa de la primera evangelización es importante tener en cuenta las dos primeras generaciones:

La primera generación (30-70 d. C.) estuvo animada por una dinámica expansiva que llevó el mensaje evangélico a los lugares más recónditos.

La segunda generación (70-110 d. C.) asumió la tarea de consolidar esta prodigiosa expansión, fortaleciendo los pequeños grupos que se habían ido creando.

 

II. CLAVES DE LA PRIMERA EVANGELIZACIÓN

 

La primera evangelización tiene su origen en el envío de Jesús.

Existieron diversas misiones y trayectorias misioneras.

Los agentes de la primera evangelización fueron todos los creyentes.

El proceso de conversión fue lento y progresivo.

El primer anuncio se dio en los espacios de la vida cotidiana.

Los creyentes formaron grupos y comunidades para expresar y alimentar su fe.

La configuración de un nuevo estilo de vida fue un factor decisivo para el arraigo del cristianismo.

 

1. La primera evangelización tiene su origen en el envío de Jesús

Los textos del NT, sobre todo los evangelios distinguen entre dos envíos de Jesús: el prepascual y el postpascual.

¿Cómo se articulan estos dos envíos? ¿Cómo se relaciona con ellos la primera evangelización?

Iniciada la misión impulsada por el envío del Resucitado, la memoria del envío prepascual contribuyó decisivamente a configurar dicha misión teniendo como referencia el envío prepascual.

El impulso de la evangelización nace de un encuentro personal con el Resucitado, pero la misión se configura a partir de la apostolica forma vivendi.

 

2. Existieron diversas misiones y trayectorias misioneras

En el «relato normativo» se presupone una única misión, que habría sido llevada a cabo por el grupo de los «apóstoles».

Durante la generación apostólica no existió una sola misión, sino varias, que fueron llevadas a cabo por grupos que tenían orientaciones diversas.

Diversas misiones en la patria de origen.

Diversas misiones en la diáspora.

La misión evangelizadora de la Iglesia puede y debe tener diversas expresiones y sensibilidades. Cuando queremos reducirla a los mismos parámetros, estilos, etc. la empequeñecemos.

 

3. Los agentes de la primera evangelización fueron todos los creyentes

La pluralidad de misiones implicó necesariamente la existencia de diversos líderes, lo cual muestra que la primera evangelización no fue protagonizada solo por el grupo de los Doce.

Diversas tipos de liderazgo y de misión: Jerusalén (Santiago); Galilea (misioneros itinerantes); Antioquía (maestros y profetas); Misión paulina (fraternidad apostólica).

Junto a estas misiones más organizadas, encontramos una actividad evangelizadora más espontánea protagonizada por misioneros anónimos.

La primera evangelización fue obra de todos los creyentes. La tarea de anunciar el evangelio no está, por tanto, reservada al ministerio apostólico, sino que pertenece a toda la Iglesia.

 

4. El proceso de conversión fue lento y progresivo

En la mirada retrospectiva del relato normativo, la predicación, es decir, el anuncio de un mensaje, aparece como el principal instrumento de la primera evangelización.

Cuando se está viviendo el proceso de conversión, lo decisivo es la relación personal, mientras que cuando se cuenta, los aspectos doctrinales pasan a primer plano.

La palabra explicaba el fundamento y el sentido de una forma de vida, y daba razón de la esperanza en que se asentaba.

El proceso de conversión de los primeros cristianos, su lentitud, la paciencia necesaria para acompañarlo, etc. contiene una gran enseñanza para nosotros.

 

5. El primer anuncio se dio en los espacios de la vida cotidiana

Rasgos del primer encuentro con el evangelio:

Los agentes de aquel primer anuncio fueron muy variados.

El círculo de los destinatarios fue muy amplio.

El primer contacto con la buena noticia y con sus portadores tuvo lugar en contextos de la vida cotidiana.

El contenido del anuncio era incompleto y dependía de la situación de los destinatarios.

La experiencia de los primeros cristianos nos enseña que es en los espacios de la vida cotidiana donde debemos dar nuestro testimonio

 

6. Los creyentes formaron comunidades donde vivir su fe

Las diversas versiones del relato normativo insisten en que la finalidad de la predicación, y de la conversión que provocaba, era la formación de comunidades cristianas.

Sin embargo, los grupos de discípulos de Jesús tuvieron formas diversas:

En Galilea, grupos locales animados por profetas itinerantes.

En Jerusalén grupos judíos en torno a los presbiteroi.

Las comunidades paulinas coordinadas por el grupo apostólico

La fe de los primeros seguidores de Jesús no habría perseverado si no hubieran existido comunidades en las que poder expresarla y alimentarla. De ahí la importancia de tener comunidades vivas.

 

7. La evangelización dio lugar a un nuevo estilo de vida

La transformación profunda que persigue el proceso de conversión no se da hasta que no se da un cambio en el estilo de vida.

La iniciación a la vida cristiana generaba una nueva identidad:

Operaba un cambio de mentalidad que redefinía su visión del mundo.

Producía una intensa modificación de las disposiciones emocionales.

Para ser completa, esta identidad compartida requiere también la configuración e una nueva forma de vida (habitus).

Es una tarea laboriosa y lenta.

Los grupos cristianos desarrollaron un «habitus radical».

La configuración de un estilo de vida cristiano, de una forma de estar en el mundo sin ser del mundo es una tarea crucial hoy.

 

III. CONCLUSIONES

 

El impulso de la evangelización nace de un encuentro personal con el Resucitado, pero la misión se configura a partir de la apostolica forma vivendi.

La misión evangelizadora de la Iglesia puede y debe tener diversas expresiones y sensibilidades. Cuando queremos reducirla a los mismos parámetros, estilos, etc. la empequeñecemos.

La primera evangelización no fue solo obra de los apóstoles, sino de todos los creyentes. La tarea de anunciar el evangelio no está reservada al ministerio apostólico, sino que pertenece a toda la Iglesia.

El proceso de conversión de los primeros cristianos fue lento y nos muestra cómo «hace un cristiano».

La experiencia de los primeros cristianos nos invita a repensar cómo llevar a cabo el «primer anuncio»: sus contenidos, sus formas, su ubicación en los espacios de la vida cotidiana.

El testimonio y el anuncio no son suficientes para que la conversión inicial se consolide. La fe necesita ser contrastada y compartida con otros en comunidades vivas.

La configuración de un estilo de vida cristiano, de una forma de estar en el mundo sin ser del mundo requiere reflexión, oración, diálogo… y mucha paciencia.