La ermita de la Virgen de Samoño se encuentra ubicada entre los términos municipales de Pomar de Valdivia y Revilla de Pomar, siendo la patrona de la Valdivia, con muchos devotos en la zona. El edificio consta de una sola nave, con coro alto a los pies y cabecera cuadrada, cubierta con bóveda de crucería, fechada en el siglo XVI, y todo el conjunto restaurado hace ya unos años y costeado por todos los feligreses.

El retablo mayor es de tipo cascarón y está adaptado a las formas curvas del muro y de la bóveda. Está formado por una calle central recta, flanqueadas por otras dos de menor tamaño, separadas por dos columnas de fuste helicoidal. En el centro del primer cuerpo tiene una hornacina abierta hacia los dos lados, para cobijar la talla de la Virgen de Samoño, su titular, -copia de la original realizada en el siglo XX- y sobre ésta otra hornacina más pequeña o nicho trilobulado para albergar un cristo del siglo XVI con brazos añadidos en el siglo XVIII.

El retablo fue realizado en el siglo XVII-XVIII, pero en dos tiempos: el central más barroco en primer lugar y posteriormente el resto en un estilo con rocallas; todo ello creando un bello conjunto con un camerino en la parte trasera y dos puertas para facilitar el acceso a los peregrinos en su origen y hoy convertido en sacristía, y una ventana a manera de transparente en el muro.

El retablo se encontraba con mucha carcoma, suciedad, falta de estabilidad y sobre todo la pérdida de dos columnas salomónicas que hacía muy inestable el conjunto, con riesgo de desprendimiento. Toda la decoración del retablo es un cántico a la virgen como reina y madre.

La restauración ha sido realizada durante los meses de verano por Carlos Vela y Virginia Chacón, especialistas titulados, gracias a la Unidad Pastoral, la Asociación de la Virgen de Samoño y la Diócesis, con un coste total de 12.800 Euros.