Nuestros misioneros: Conrado Franco (Perú)

Nuestros misioneros: Conrado Franco (Perú)

Seguimos hablando con nuestros misioneros. En esta ocasión conocemos al comboniano Conrado Franco, que desarrolla su labor misionera en Arequipa, Perú.

 

¿Cómo surgió tu vocación misionera?

Surgió en el trato con misioneros durante los años de mi formación en un seminario menor misionero.

¿Dónde estás, desde cuándo?

Estoy en una parroquia de la periferia de Arequipa, Perú, desde hace 6 años. En ella me espera la animación de todo el plan pastoral con la ayuda y formación de muchos laicos comprometidos. Me espera también tener que dar respuesta a las necesidades religiosas, de evangelización y sociales de la gente y especialmente de la gente nueva que llega a la parroquia desde otras zonas del sur del Perú.

¿Cómo es un día normal en tu vida?

Un día normal en mi vida de misionero transcurre a través de experiencias muy variadas en una parroquia de 30.000 habitantes y 11 sectores diferentes. Comienzo el día con la oración de la mañana hecha con la comunidad de sacerdotes.

Después del desayuno comienzan las prisas para resolver varios asuntos: trámites para conseguir un terreno nuevo donde construir algún salón con capilla en sectores nuevos de la parroquia, visitar alguna nueva construcción, ver alguna de las obras sociales de la parroquia: guarderías, centro de salud, guarderías, grupos de adultos mayores.

También por la mañana puedo visitar enfermos o rezar algún responso en la casa de algún difunto.

Por la tarde practico la escucha a los que acuden al despacho parroquial en busca de orientación y consejo.

Después de la misa de la noche, suelo tener reunión con los responsables de algún área pastoral.

El domingo es una carrera contra reloj para poder celebrar tres o cuatro eucaristía en diferentes capillas y comunidades, y además acompañar a algún grupo de catequesis que está de retiro o convivencia, o visitar los grupos juveniles.

¿Cuál ha sido la situación más dura a la que has tenido que enfrentarte? ¿Y la más gratificante?

La situación más dura: la muerte de adolescentes y jóvenes de familias desestructuradas; casos de violencia contra la mujer; el alcoholismo de muchos hombres; el reto de las devociones populares...

La situación más gratificante: el servicio y compromiso de muchos agentes de pastoral laicos, la formación y crecimiento de comunidades cristianas nuevas en la parroquia, la fe con la que personas muy sencillas afrontan las dificultades de su dura vida.

¿Qué crees que puede decirnos y enseñarnos un misionero en Bolivia y esas comunidades a los cristianos de Palencia?

La Iglesia latinoamericana es diferente; en ella hay más protagonismo de los laicos. También llama la atención la vitalidad y fuerza de sus celebraciones litúrgicas. Es una Iglesia que tiene a los jóvenes entre sus prioridades, y una Iglesia que practica mucho la evangelización a través de campañas especiales, y cursos de evangelización, también para los adultos.