Fiesta de la Virgen de la Calle 2020

Fiesta de la Virgen de la Calle 2020

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La ciudad de Palencia celebró ayer la Fiesta de su Patrona. La Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Calle acogió la bendición de las candelas, la procesión y la Eucaristía presidida por nuestro Obispo.

 

 

HOMILÍA DEL DÍA DE LA VIRGEN DE LA CALLE, PATRONA DE PALENCIA

 

+ Mons. Manuel Herrero Fernández, OSA. Obispo de Palencia

 

1. SALUDOS: Obispo, Vicarios, Clero parroquial, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, fieles, lectores, coro, cofradía, autoridades municipales, medios de comunicación social.

Feliz día de nuestra Patrona.

2. La programación diocesana de este curso tiene un lema: CAMINANDO Y CANTANDO MELODÍAS DE VIDA Y ESPERANZA. Pero ¿cómo? ¿cuándo? ¿y con quién? La referencia primera y última es siempre, en la vida cristiana, Jesucristo el Señor, el caminante y peregrino, que vino a traer la melodía de Dios, su Espíritu, que despierta en nosotros vida y esperanza.

Pero un modelo pleno es la Virgen María, la Virgen de las Candelas, la Virgen de la Calle, la Morenilla.

3. Si repasamos el Evangelio vemos que es una mujer creyente siempre en camino, aunque no comprenda: de Nazaret a Ain Karen, la patria de Isabel, de Nazaret a Belén, de Belén a Egipto, de Egipto a Nazaret, de Nazaret a Jerusalén, de Jerusalén a Nazaret, de Nazaret a Caná, de Nazaret siempre en pos de Jesús. Hasta la cruz.

Una mujer abierta a los caminos de Dios, que lleva a Cristo en sus entrañas, que entrega a Cristo, al que es la luz de Dios para todos los pueblos, la gloria de Israel, el que nos trae la paz y la esperanza. No se queda tranquila en su casa, sino que sale, vive en salida, ofreciendo a Cristo a los pastores, a los magos, a Simeón y Ana. En la cruz, la veremos abierta a todos los hombres, a quienes acoge como Madre en la persona de Juan.

Lo hace como discípula y misionera, que escuchó la palabra de Dios, la hizo carne de su carne, historia de su historia guía de su vida, amor de su existencia. y la entregó. Es colaboradora de su Hijo.

Pero no camina sola: lo hace con José, con los pastores, los magos, los novios de Caná, con los apóstoles en Pentecostés. Hace camino sinodal. Hoy camina con nosotros y nos acompaña con su intercesión y cuidado, y ejemplo de humildad, confianza, docilidad, oración, obediencia, fortaleza. Ella siempre nos lleva a Cristo, que es el Camino para la verdad y la vida.

Tenemos que salir los cristianos palentinos de nuestras comunidades como María a la Calle, a nuestras calles y barrios d nuestra ciudad para llevar a Cristo y cantar melodías de vida y esperanza, aunque cueste y suponga, en ocasiones, cruz, sufrimiento y renuncia.

4. ¿Qué melodías cantar de vida y esperanza? Las de la fe, la esperanza y el amor que es fuente de vida. Ella. María, es la que nos da ejemplo entonando el Magníficat: Canta a Dios y le glorifica: “proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque se ha mirado en la humildad de su esclava, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí”. Tenemos que dar gracias a Dios por todo lo que hace en cada uno de nosotros, en nuestras comunidades, en nuestra Diócesis y en nuestro mundo; tenemos que decirle a nuestros hermanos las cosas grandes que Dios ha hecho y hace con cada uno su nosotros, su amor, su perdón, su misericordia, la alegría que ha puesto en nuestros corazones, compartir nuestra experiencia de fe.

Pero también que Dios tiene una utopía, la del Reino, quiere un mundo y una sociedad nueva, de hijos y hermanos, por eso: “dispersa a los soberbios, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”. Que los pobres y humildes son sus predilectos, que está a favor de ellos. María está en sintonía con Dios y su plan. Dios lo quiere hacer hoy por medio de nosotros. Cada uno de nosotros tenemos imitar a Simeón y Ana que cantan la liberación que trae Jesús: tenemos que ser una melodía de Dios, la de compañía para el que está sólo y hay tantas personas que bien y mueren en soledad; melodía del compartir y la solidaridad frente a nuestro mundo egoísta que busca acaparar; la melodía del consuelo junto a los desconsolados por diversas causas, melodía de amor junto al enfermo, melodía de amor y justicia para el que se siente mal tratado, melodía de paz y concordia para los enfrentados y en guerra, la melodía del encuentro frente a tantos desencuentros, especialmente en esta hora entre los españoles, melodías para los niños, los jóvenes, los mayores, melodías que se traducen en servicio fraterno, hospitalidad, melodías de esperanza para aquellos que todo lo ven negro, oscuro, y no confían ni en Dios ni en los hombres, aportando razones para vivir, para luchar, para caminar porque hay meta, que llevemos la luz donde hay tanta tiniebla y oscuridad, melodías que unan, no que separen a los hombres y los pueblos, conjugando unidad y diversidad.

Todos los cristianos tenemos que serlo conjuntadamente, como una orquesta, sin desafinar, ni ir por libre, sino en unión y comunión.

Todos tenemos que acordarnos de la misericordia de Dios y ser misericordiosos. Ella, así lo cantamos en la Salve, es Reina y madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.

5. Celebrar la Eucaristía es dejarnos iluminar por Cristo, por su vida, muerte y resurrección, entrar en comunión con él para ser instrumentos de comunión y de luz en nuestra sociedad, como María lo hizo. Que ella interceda por nosotros.

Virgen de la Calle, ruega por nosotros. (Tres veces).