Ordinario de la Celebración de la Palabra

Ordinario de la Celebración de la Palabra

Desde la Delegación diocesana de Liturgia se están elaborando unos materiales destinados a aquellas comunidades que, al no disponer de un sacerdote para la celebración de la Eucaristía dominical, se reúnan para compartir su fe en una CELEBRACIÓN DE LA PALABRA. Estos materiales estarán disponibles en la página web para la ayuda de los ANIMADORES DE LA PALABRA. Con los libros oficiales, por un lado, y estos recursos por otro, cualquier comunidad cristiana, por pequeña que sea, tiene medios para celebrar semanalmente la fe.

 

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1. PREPARACION Y AMBIENTACION

 

2. RITOS INICIALES

Monición.
Canto.
Saludo.
Acto penitencial.
Gloria (Solamente cuando está indicado).
Oración colecta.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA:

Monición a las lecturas.
Primera Lectura.
Salmo o Canto interleccional.
Segunda lectura.
Aclamación.
Evangelio.
Brevísimo silencio.
Comentario homilético.
Silencio de interiorización.
Credo.
Oración de fieles.

 

4. RITO DE COMUNIÓN

Ofrendas simbólicas (en fechas especiales).
Canto.
Monición.
Canto.
Plegaria-padrenuestro.
Gesto de la paz.
Comunión-canto.
Silencio.
Oración- Acción de gracias

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

Compromiso.
Bendición.
Monición final.
Canto final.
Despedida.

 

Con los libros oficiales, por un lado, y los recursos que existen publicados, por otro, cualquier comunidad cristiana, por pequeña que sea, tiene medios para celebrar semanalmente la fe.

 

 

 

ORDINARIO DE LAS CELEBRACIONES

 

1. PREPARACIÓN - AMBIENTACIÓN

 

Es muy importante que el local de la iglesia este lo más acorde posible con lo que vamos a celebrar. La ubicación de las personas la colocación de los símbolos y carteles, la preparación de las ofrendas, de los gestos, de los cantos y de las lecturas, la iluminación, los micrófonos, etc. todo esto y lo que vayamos viendo, requieren atención y cuidado previos; esto nos servirá, para estar durante la celebración tranquilos y con mucha paz... atendiendo y realizando lo único que importa: que la Palabra llegue a los oídos y los corazones de todos los que allí estén presentes.

 

2. RITOS INICIALES

 

El laico/a que guía o coordina la celebración, pude (debe) revestirse con un alba. Ocupará un lugar discreto en el presbiterio desde donde se le pueda ver y oír bien. No usará la sede presidencial, reservada al sacerdote o al diácono. No usará la formula: El Señor este con vosotros, u otro saludo propio del ministro ordenado, ni bendecirá al pueblo al final de la celebración, sino que usará otras formulas.

Reunida la comunidad, hecha la monición y finalizado el canto de entrada, el que anima la celebración dice: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Todos se santiguan y responde: Amén. Sigue el saludo con estas o parecidas palabras: Hermanos bendigamos juntos al Señor que nos convoca a este encuentro fraternal. La asamblea responde: Bendito seas por siempre Señor

El acto penitencial pude hacerse siguiendo diferentes formularios, pero también de manera espontánea, una vez que ha sido introducido por el animador con estas o parecidas palabras: Hermanos el Señor nos llama a la conversión; reconozcamos nuestros pecados, pidiendo perdón. El animador siempre concluye con una breve plegaria: Dios, es un Padre bueno, tiene misericordia de nosotros, perdona nuestros pecados, y nos tiene preparada, como regalo, la Vida eterna. La asamblea responde: Amén.

Acabado el acto penitencial, el animador entona el gloria. El gloria se expresa en todas las celebraciones dominicales y festivas, excepto en Adviento y Cuaresma.

Después el animador da paso a la oración diciendo: Oremos. Hay un breve silencio de oración personal y comunión orante, y seguidamente se expresa la oración del día. Al finalizar la oración todos aclaman: Amén.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Después de la monición, el lector va al ambón y proclama la primera lectura. Entre la primera y la segunda lectura se intercala el salmo o un canto, que llamamos: interleccional. Entre la segunda lectura y el evangelio hay una aclamación, que generalmente es un Aleluya. El que anima la celebración proclama el evangelio introduciéndolo con las siguientes palabras: Escuchad hermanos y hermanas, el santo Evangelio según San...

Una vez que se ha proclamado el evangelio, conviene que haya un breve de silencio para una primera interiorización de la Palabra. A continuación, se lee despacio el comentario Homilético, al que sigue un silencio más largo de interiorización.

Seguidamente se hace la profesión de fe -credo- y después el animador introduce la oración de los fieles.

Esta parte, pude concluirse con las ofrendas simbólicas y/o con un gesto, si se hacen los dos, conviene separarlos por un breve canto, para resaltar el significado particular de cada paso.

 

4. RITO DE COMUNIÓN

 

Después de la monición, el animador (extiende sobre el altar el corporal, se acerca al sagrario, lo abre, hace una genuflexión, coge el copón y lo coloca sobre el corporal y hace de nuevo genuflexión, mientras la asamblea acompaña con algún canto eucarístico adecuado al momento. (omitir cantos que hagan referencia directa a la consagración).

Toda la asamblea en pie escucha atentamente la plegaria que recita el animador, finalizada esta introduce la oración del padrenuestro. Seguidamente el animador invita al gesto de la paz, con alguna de las fórmulas conocidas por todos.

A continuación, el animador hace de nuevo genuflexión, toma una hostia y elevándola un poco sobre el copón, dice: Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a esta comunión. Y la asamblea responde: Señor no soy digno de que entres en mi casa...etc.

El animador comulga en primer lugar diciendo en voz baja: El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna. Después distribuye la Comunión diciendo a cada uno: El cuerpo de Cristo.

Acabada la distribución de la comunión y retirado el copón al sagrario, conviene que haya un silencio para la oración personal.

Seguidamente se hace la acción de gracias comunitaria en la que es bueno que haya intervenciones espontaneas, esta participación se ha de motivar también en la oración de los fieles, pero siempre sin forzar, con un profundo respeto a la asamblea y sus circunstancias.

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Toda oración comunitaria o celebración de la fe debe acabar proyectando el compromiso. El animador motiva a la asamblea según las circunstancias, pero siempre haciendo referencia al Evangelio, como Buena Noticia, para hacerla vida, en aptitudes concretas durante la semana. Lo ideal es elaborarlo con la comunidad.

A continuación, el animador, invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna, u otra fórmula similar. La asamblea responde: Amen.

La monición final recoge el sentido y la orientación de lo que se ha celebrado. (esta monición puede omitirse, si el compromiso ha sido pensado y escrito por la comunidad o parte de ella)

Con el canto final y la despedida acaba la celebración.

Para la despedida se pueden utilizar deferentes formulas, pero siempre con un sentido cercano y cariñoso que deje en el corazón una sensación de continuidad... esto no termina aquí... seguimos viviendo de la fuerza del Espíritu Santo. “En Dios vivimos, nos movemos y existimos”....