Celebrando la Palabra - XXXIII Domingo Tiempo Ordinario (17 de noviembre)

Celebrando la Palabra - XXXIII Domingo Tiempo Ordinario (17 de noviembre)

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario. 17 de noviembre de 2019.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar en un lugar visible un cartel con una de estas frases: “No pierdas el tiempo” o “Que nadie os engañe”

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Hoy la Palabra de Dios nos presenta la posibilidad de trabajar en torno a un ideal-proyecto- como algo posible en cada momento de la historia, incluso en los más difíciles. Ante la desaparición de ciertos modelos de sociedad, y el desmoronamiento de los valores tradicionales; no podemos perder la confianza... Siempre es posible hacer algo. No podemos vivir fuera del tiempo que nos ha tocado; no tiene sentido poner en pie viejas instituciones: cualquier tiempo pasado no fue mejor... Nuestro compromiso de creyentes aquí y ahora es construir el Reino de Dios reconociéndolo como tiempo de salvación en el que Jesús nos pide que trabajemos en su nombre.

Canto

Saludo. Hermanos y hermanas, bendigamos al Señor que nos hace fuertes.

Acto penitencial. A veces tenemos la culpa de que las cosas no vayan bien. Por eso, pidamos perdón con sinceridad y arrepentimiento. (breve silencio). Yo confieso ante Dios....

Gloria

Oración. Señor, Dios nuestro, concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque servirte a Ti, creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero. Por J.N.S. Amén

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. El Profeta Malaquías, contempla la destrucción material y la degradación espiritual de su tierra. Pero anima a la reconstrucción del pueblo.

En la segunda lectura escuchamos a Pablo reprender a los hermanos de Tesalónica, que se han dejado arrastrar por falsos profetas que intentan confundir a la comunidad. El Señor vendrá, pero la espera ha de ser activa trabajando con honradez por el bien de todos.

El evangelio habla de tribulación y días difíciles, Pero en medio de la dificultad brota la presencia de Dios que salva. Jesús lo asegura con esta expresión: “Ni un solo cabello de vuestra cabeza perecerá”.

Lecturas. Mal 4,1-2a. Salmo o canto. Tos 3,7-12. Aclamación (Aleluya) Lc 21,5-19. Breve silencio.

Comentario homilético. En nuestra cultura, tan rica en refranes, seguramente que hayamos oído alguno de estos: “La ociosidad es la madre de todos los vicios”, O “El pan hay que ganárselo honradamente” ... Estas y otras expresiones encierran una gran sabiduría popular. Valiosa para todos los tiempos. Nada justifica la ociosidad, la vagancia. Perder el tiempo es una equivocación y un sin sentido.

El Evangelio advierte que en la vida hay dificultades y acontecimientos trágicos que nos pueden sorprender en cualquier momento. Encogerse pasivamente no es la reacción adecuada. Sí lo es, la fe activa y perseverante. Por eso, no se comprende que un seguidor de Jesús sea apático, perezoso o se desentienda de lo que acontece socialmente. Los cristianos tenemos una gran tarea, que dura toda la vida: Trabajar por el Reino de Dios.

Hoy el Evangelio nos pide que seamos fieles en toda circunstancia, confiando en Dios, en aquello que su Espíritu nos inspire en cada momento. Jesús nos pide que nos mantengamos firmes ... Porque nada de lo que Dios nos ha dado perecerá... Y nos ofrece recursos para sobrellevar riesgos y dificultades.

Podríamos decir que hoy se nos pide a los cristianos que estemos a la altura de las exigencias del Evangelio. Nosotros como creyentes nos damos cuenta que muchos proyectos, aparentemente, importantes solo son pura fachada, apariencia pasajera. Sólo merece la pena trabajar por aquello que vale ante Dios y es bueno para los todos. Siempre, los seguidores de Jesús hemos tenido que aportar coraje, testimonio, hoy es más necesario que nunca. Frente al confusionismo y las falsas seguridades, nosotros tenemos la luz y la verdad reveladas por Jesús en el Evangelio.

 Resumiendo, la laboriosidad, el sacrificio, la atención y la perseverancia son valores muy dinámicos y constructivos. El pesimismo y la desesperanza no han de tener cabida en nosotros. (Silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Por la Iglesia, para que aliente al mundo con la fe, la esperanza y el amor, Roguemos al Señor.

Por los pueblos y sus dirigentes, para que trabajen por una vida digna para todos, roguemos al Señor

Por nuestro Obispo, para que sea siempre el pastor bueno que nos conduzca por sendas de paz, roguemos al Señor.

Por esta comunidad, N...., para que sea un espacio de fraternidad creciente, roguemos al Señor.

Por todos nosotros, para que, impulsados por la fe, trabajemos en la transformación de nuestra comunidad y nuestro pueblo, roguemos al Señor.

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. Los cristianos hemos de cumplir nuestros compromisos. La pereza y la apatía no son propias de un discípulo de Jesús. Que el contacto con Jesús nos ayude a vivir con dinamismo y alegría.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Es justo que te alabemos, Padre Santo,
siempre y en todo lugar,
también en medio de las dificultades de la vida
porque estás a nuestro lado dándonos confianza,
alentando el testimonio y ensanchando el compromiso.

Padre, es difícil perseverar en los valores cristianos;
pero todo es posible para el que cree.
El ejemplo de Jesús y de tantos testigos
a lo largo de la historia lo confirman:
en ellos vemos tu acompañamiento y tu apoyo salvador.

Estás dentro y al lado dándonos sentido,
inspirando iniciativas para que nada nos derrote.
Llénanos de entusiasmos para ser perseverantes.
Corrígenos para no dejarnos engañar.
Purifica nuestra sensibilidad para vivir atentos.

Gracias, Padre, por tu alianza permanente.
En comunión con todos los que hacen el bien
y unidos, a una sola voz, te rezamos: Padre nuestro...

Gesto de la Paz

Distribución de la comunión: Canto

Acción de gracias

Gracias, Padre por tu compañía estimulante,
por el consuelo de la fe y el amor que derramas.

Gracias, Jesús por la seguridad del Evangelio
y por tu ejemplo iluminador.

Gracias, Espíritu Santo, por tus inspiraciones,
por tus dones y oración.

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Bendición

Monición final. Valoramos la pertenencia a la Iglesia. Como cristianos tenemos la responsabilidad y el deber de promocionar a nuestro pueblo con estilo evangélico y en corresponsabilidad con todas las iniciativas sociales. En esta dirección deben de caminar y trabajar, todas las comunidades cristianas. Tenemos un objetivo común: EL REINO DE DIOS. Buena semana para todos.

Canto final y despedida.