Celebrando la Palabra - XIX del Tiempo Ordinario (9 de agosto)

Celebrando la Palabra - XIX del Tiempo Ordinario (9 de agosto)

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del XIX Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A - 9 de agosto de 2020.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar delante del altar una de estas frases: “¡Ánimo! Soy yo, no temáis” o “Gracias a la fe no nos hundimos”

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición. Bienvenidos a la celebración cristiana. No es ninguna contradicción que el Señor nos pida estar despiertos y vigilantes en medio de este tiempo general de vacaciones, porque hemos de vivir siempre con altura de miras y dignidad; confiando siempre en su palabra. En todo momento hemos de cultivar la honestidad y cumplir con el apasionante y duro oficio de remar en un mar agitado. Además, Jesús es el amigo que llega siempre en el momento oportuno, lo que nos corresponde a nosotros es reconocer su presencia en los avatares es de la historia y acogerlo en nuestra barca.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos al Señor con una fe despierta y atenta.

Acto penitencial

Por las veces que nuestro corazón no reconoce la presencia de Dios, Señor, ten piedad.

Por las veces que andamos aletargados o dormidos, Cristo, ten piedad.

Por las veces que no seguimos tus llamadas y evadimos nuestros compromisos, Señor, ten piedad.

Gloria

Oración. Dios bueno, a quien podemos llamar Padre y Madre, haz que sintamos siempre tu ternura y tu compañía, para que, confiando siempre en tu palabra, no dudemos nunca de tu ayuda y, aprendamos a amar a los hermanos que comparten con nosotros la travesía de la vida; y un día alcancemos todos juntos la orilla, donde nos espera tu amor y tu gracia sin fin. Por J. N: S.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. En el libro de los Reyes se describe un episodio narrativo- poético... El profeta nos quiere decir con ello que ha sentido la presencia de Dios en el suave pasar de la brisa. El Señor está ahí siempre: en un paseo por la naturaleza, en la lectura de un libro, en la sonrisa de un niño...

El desgarro del corazón de San Pablo, ese martirio interior, se debe a la solidaridad con su pueblo, con sus hermanos judíos.

Las dos lecturas hacen referencia al Evangelio, es decir, la presencia de Dios y de Jesús en medio de la vida y, nuestra incapacidad para reconocerle inmediatamente.

Lecturas. 1Reyes 19, 9a.11-13. Salmo o canto. Romanos 9,1-5. Aclamación (Aleluya) Mateo 14, 22-33. (Breve silencio)

Comentario Homilético. Como ya hemos anunciado en la monición a las lecturas, los tres textos que nos propone hoy la liturgia, reflejan el tema de la presencia de Dios, siempre activa, en la historia universal y en los acontecimientos personales de cada uno.

Sin embargo, las dificultades de la vida nos azotan a veces con especial crudeza. La barca vital que vamos conduciendo, se zarandea en ocasiones amenazando hundimiento bajo problemas de toda índole. Y Jesús se ha retirado durante esa “oscuridad”, parce ajeno a nuestra zozobra, El viene para arrancar la oscuridad: “Al final de la noche”, pero en el claroscuro de nuestra fe, entre el sueño y la vigila, crecen los fantasmas y no distinguimos con claridad su presencia... La actitud de Pedro, que empieza a hundirse, es la imagen de la debilidad de los discípulos de todos los tiempos y, también de la fortaleza que surge de una fe y autentica: “Señor, sálvame” Sí, ante la dificultad hay que sacar los recursos que llevamos dentro. En todos hay capacidad de valentía, clamar a Dios en la dificultad es un acto de amor confiado, solo los valientes saben hacerlo. Siempre hay posibilidades de solución. El Señor ha invitado a Pedro a ir hacia Él sobre el agua, que, simboliza aquí, todo lo que nos amenaza: inseguridad, increencia, hostilidad, muerte... “¿Aún no tenéis fe?”. “Señor creo...pero aumenta mi fe”. La fe es un don para construirnos como personas. Por tanto, nos ha de servir para ser valientes y emprendedores. ¿Pero, que buscamos en la fe? ¿Que esperamos de ella? Es muy fácil recurrir a Dios, cuando nos escuece la herida..., para que sea Él quien nos resuelva problemas. Pero como es infinitamente más digno y certero que nosotros, nos dice: “Os basta con la fe y con las capacidades humanas que tenéis; os haría un flaco favor si os supliera en vuestra libertad y en vuestra responsabilidad.

Resumiendo, nos ha de quedar claro que Jesús se ha embarcado con nosotros en la travesía de la vida y no nos va a abandonar nunca, a veces no sentiremos su presencia o, lo confundiremos con un fantasma... Ciertamente no va a hacer lo que nos corresponda a nosotros por responsabilidad. Pero, si vivimos en comunión con Él nunca nos hundiremos. Jesús fue agitado por las tormentas de la vida como el que más. Y ni el martirio lo hundió. Al contrario, la confianza en el Padre lo colmo de resurrección.

Hermanas y hermanos, está claro que a Dios no nos lo ganamos con quejas estériles ni pidiéndole que nos supla cuando es nuestra responsabilidad la que ha de actuar. Le importamos mucho; por eso no nos quiere hundidos, sino activos, cargados de vitalidad, de moral y de esperanza. (Silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Por la Iglesia, para que sorprenda por su misión arriesgada y valiente, roguemos al Señor.

Por todos los pueblos de la tierra, para que avancen en justicia y cooperación, roguemos la Señor.

Para que seamos cristianos despiertos, atentos y con mucha vida interior, roguemos al Señor.

Por cuantos disfrutan de sus vacaciones, para que regresen a sus casas llenos de paz y energía, roguemos al Señor.

Por quienes no pueden tener vacaciones y por quienes no pueden vivir dignamente, roguemos al Señor.

Por quienes sufren la frustración del desempleo, para que encuentren apoyo y trabajo, roguemos al Señor.

Por todos nosotros, para que seamos diligentes y responsables en todos nuestros quehaceres, roguemos al Señor.

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. La fe es una convivencia con Dios. Que la comunión con Jesús nos ayude a vivir más profundamente la fe.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Padre santo, es justo que te demos gracias
por la fe que nos llena de luz y de color.

Tenemos muchos motivos para estar contentos.
Resuenan en nosotros tus llamadas y tus promesas
y hasta tu aplauso cuando nos encuentras atentos y en vela.

Por la fe muchos cristianos eligen ser pobres,
limpian el corazón lo más que pueden,
trabajan la reconciliación, la paz y la justicia,
son rostro y manos de misericordia.

Por la fe muchos se convierten y otros encuentran su ideal.
La fe nos pide ser verdaderamente valientes
nos lanza a la inseguridad del agua,
y asegura que tu mano está tendida para salvarnos.

La fe nos hace portadores de la mística que regala el Evangelio,
símbolos y alternativa de fraternidad.

Padre santo, por la fe te conocemos mejor.
Y nos unimos a todas y todos los creyentes del mundo y te decimos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: Canto

Acción de gracias. (espontaneo). Se pide a la asamblea que exprese su agradecimiento.

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Vivir despiertos y atentos.

Bendición

Monición final. Los cristianos tenemos mucho que aprender de Jesús. Él, por su fuerte vinculación con el Padre es una persona lúcida, valiente y fiel.

Dichosos nosotros si vivimos atentos y centrados: seremos un manantial de Evangelio para quien quiera escucharnos. FELIZ Y SANTA SEMANA PARA TODAS Y TODOS.

Canto final y despedida