Celebrando la Palabra - III Domingo de Adviento (13 de diciembre)

Celebrando la Palabra - III Domingo de Adviento (13 de diciembre)

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del Tercer Domingo de Adviento. Ciclo B. 13 de diciembre de 2020.

Descargar

 

 

1. AMBIENTACIÓN

 

Continuamos utilizando el cartel de los domingos anteriores, también el símbolo de la escalera, colocando en el escalón correspondiente, la frase del domingo...

 

2. RITOS INICIALES

 

MONICIÓN DE ENTRADA. Bienvenidos a la celebración de la fe y la fraternidad.

La esperanza del Adviento desemboca en la alegría de la Navidad; una alegría que queremos compartir y difundir. Lo que suena hoy en las calles no son precisamente notas de alegría; hay: incertidumbre, miedo, desesperanza... El único modo de vivir hoy alegres es: “Dando gracias a Dios por todo” esta es la manera de vivir de los bautizados en Cristo. Pues la verdadera alegría es la que nace del Espíritu y, permanece en nuestro corazón para siempre, porque no depende de situaciones externas, ni de satisfacciones materiales.

Ojalá que estos encuentros de escucha de la Palabra y oración, sean ocasión propicia para alimentar la alegría y tantos valores necesarios y, poder así, llevar con paz esta situación adversa, en la que, la alegre Esperanza, se hace imprescindible.

Con estos sentimientos e intenciones, comenzamos la celebración.

CANTO

SALUDO. Hermanas y hermanos, bendigamos al Señor que nos quiere unidos y alegres.

ACTO PENITENCIAL

Tú que vendas los corazones desgarrados: Señor, ten piedad

Tú que anuncias amnistía y salvación: Cristo, ten piedad

Tú que tienes una alegría sana y contagiosa: Señor, ten piedad.

NO SE DICE GLORIA

ORACIÓN

Padre bueno, tú que nos pides que estemos siempre alegres y, nos enseñas el modo de manifestarlo con palabras: Desbordo de gozo con el Señor, porque me ha vestido con traje de salvación. Haz de nosotros personas alegres, para contagiar la alegría de creer en Ti, a todos los que nos rodean. Por J.N. S.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

MONICIÓN A LAS LECTURAS. Ya en el A.T. se recogía, en hermosas pinceladas, lo que debía ser y hacer el Mesías. La primera lectura nos presenta al Ungido del Señor, una persona solidaria que anuncia liberación y es capaz de curar, un hombre de gracia. En la segunda lectura hay una motivación a la alegría, a la oración, a vivir en la onda del Espíritu. En el Evangelio volvemos a encontrar a Juna Bautista. Le interrogan largamente... Él concentra sus respuestas en que es testigo de la luz, pero de una luz que no todos ven.

LECTURAS. Is 61,1-2a.10-12. Salmo o cantico. 1Te 5,16-24. Aclamación (puede ser Aleluya)Jn 1,6-8. 19-28. Breve silencio

COMENTARIO HOMILÉTICO. En este tercer domingo de Adviento resalta el protagonismos del Espíritu. Es Él quien envía al mensajero de Dios para rescatar, curar y anunciar buenas noticias, proyectos de gracia, experiencias de amor y de libertad. El mismo Espíritu es quien provoca un gozo desbordante en la comunidad, el que suscita profetas en medio del pueblo, como Juan el Bautista, para que sea mayor la comprensión y el contagio del Evangelio. Ellos no son la luz, pero  testigos de ella. Nos toca ahora, en nuestro hoy, en esta realidad concreta de nuestra historia, ser también nosotros testigos de la Luz, ser voz que anuncia la cercanía del Señor, aunque parezca que son pocos los que la escuchan.

La personalidad de Juan el Bautista y de tantos profetas es impresionante. Para nosotros Juan es un gran ejemplo de lo que debe ser y hacer un testigo que facilita el encuentro con Jesús y lo señala entre el grupo para que todos puedan saber quién es. Él fue por delante preparando la venida del Señor. Él fue quien lo nombró en medio del grupo. invitando a todos al seguimiento. Juan es también un modelo de sinceridad. Confiesa sin reservas que él no es el Mesías, es así mismo, un modelo de humildad. No quiere hacer sombra a Jesús: se quita del medio, e incluso invita a sus seguidores (y tenía muchos), a que se vayan con Jesús. Y, por último, Juan es también un ejemplo de valentía y de riesgo: por su sinceridad de profeta se juega la vida...

Por otro lado, este tercer domingo de Adviento rezuma alegría, si queremos ser compañeros de camino, si nuestra tarea, como cristianos, es acompañar en los procesos de: descubrir, crecer, mantenerse en ruta, solamente seremos auténticos si lo hacemos desde la alegría del Evangelio. Nuestra era no es la de las pandemias, por más que éstas sean también una realidad dolorosa, nosotros estamos en “La era del Espíritu, en el tiempo de la gracia, en el día de la salvación”. Por eso no se concibe la tristeza o la desesperanza ... Los dones del Espíritu para este tiempo, y no me refiero solamente al Adviento, son: Alegría, paz y esperanza. Son difíciles de mantener, porque, nos referimos a esa alegría sana, limpia, no a los sucedáneos. Si nuestra esperanza se basa en una experiencia de encuentro con el Señor; nos llenaremos de dinamismo esperanzador. Los bautizados estamos llamados a vivir y transmitir alegría y esperanza a todos los ambientes donde, no sin motivos, reina el desencanto, el miedo y la frustración.

Resumiendo, el mensaje de hoy no sólo invita al entusiasmo, sino también al testimonio gozoso y valiente, característico de los hijos de la Luz, para que Jesús sea reconocido como el Dios-con-nosotros, el Redentor, con un Evangelio sobresaliente y ejemplar. (Silencio de interiorización)

CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES: San Pablo nos invita a ser constantes en la oración. El Espíritu, en quien fuimos bautizados y confirmados, también nos urge a orar. Oremos por todas las personas.

Para que la Iglesia sea espacio de libertad y ejemplo de fraternidad, roguemos al Señor.

Para que los cristianos seamos, como Juan el Bautista, testigos fieles y valientes, roguemos al Señor,

Para que la alegría autentica prenda en la sociedad y esta Comunidad sea testigo de ella, roguemos al Señor.

Para que nunca apaguemos el Espíritu que tanto nos ayuda y desarrollemos con entusiasmo todos sus dones, roguemos al Señor.

Para que dejemos una estela cristiana en todo lo que hacemos y por donde pasamos, roguemos al Señor.

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

MONICIÓN. Dios nos quiere alegres, constantes en la oración y testigos de su Luz. Acojamos con agradecimiento el don de Jesús, Pan Vivo y refuerzo de gozosa esperanza.

CANTO

INTRODUCCIÓN AL PADRE NUESTRO

¡Qué grande eres, Padre!
¡Qué atrevido y sorprendente es tu cariño!
Se estremecen nuestras entrañas
y te bendecimos por la buena noticia de Jesús.

En Él se agolpan tus sentimientos y decisiones.
Él es tu mensaje culminante, hecho de carne y fibra humana.
Él venda los corazones desgarrados
y proclama libertad, misericordia, tiempo de gracia...

Hoy, Padre, reconocemos tu adviento continuado:
No cesas de repartirte en dones indulgentes,
ofreces a todos la posibilidad de ser tus hijos,
derrochas constantemente alianza y amistad,
inviertes todo el tiempo en sembrar la redención.

Con agradecimiento abrimos el cuerpo y el alma a tu acción.
Derrama tu Espíritu como lluvia salvadora
que empape por completo nuestra historia.

Con todos los que te bendicen por habernos enviado a Jesús
nos unimos en oración y rezamos juntos la oración de la fraternidad:
Padre nuestro...

GESTO DE LA PAZ

DISTRIBUCIÓN DE LA COMUNIÓN (Canto)

ACCIÓN DE GRACIAS

Gracias, Señor, por “la alegría del Evangelio, porque él llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”.

Papa Francisco

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

COMPROMISO. Transmitir la serena alegría que brota de la fe y del cultivo del Espíritu.

BENDICIÓN

MONICIÓN FINAL. Nos acercamos a la Navidad, que deseamos que sea, ante todo, CRISTIANA: de acogida al Mesías en nuestro corazón y de sanos sentimientos para impulsar el Reno de Dios.

De acompañamiento a los más necesitados, siempre hay un modo de llegar a todas las realidades, si no es posible el contado físico, buscaremos el modo de cubrir sus necesidades, del tipo que sean.

El único modo de “salvar la Navidad,” es, no dejar a ninguna persona en la intemperie... el frío mata y.… el frio del corazón nos mata.

CANTO FINAL Y DESPEDIDA.