Celebrando la Palabra - XIII Domingo del Tiempo Ordinario (27 de julio)

Celebrando la Palabra - XIII Domingo del Tiempo Ordinario (27 de julio)

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del XIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 27 de junio de 2021.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar delante del altar una de estas frases: “Dios nos creó para la vida” o, “El compartir hace milagros”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Bienvenidos, hermanos y hermanas, a celebrar la fe y la comunión cristianas. Dios se merece nuestro reconocimiento y nuestro aplauso, porque ha puesto en nosotros grandes deseos de plenitud y eternidad. Jesús ilumina nuestro destino y nos ayuda con su ejemplo generoso. Agradeciendo los dones de la fe, celebremos el plan de Dios: vida creciente y solidaridad.

Canto:

Saludo. Hermanos y hermanas, alabemos juntos al Señor que tanto nos favorece.

Acto penitencial

Tú eres nuestra salvación: Señor, ten piedad.

Tu eres la resurrección y la vida: Cristo, ten piedad.

Tú eres nuestra esperanza: Señor, ten piedad

Gloria

Oración. Por J.N.S.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición las lecturas. En las lecturas de hoy Jesús aparece, una vez más, sorprendido. Tras una experiencia desconcertante, los discípulos se preguntan por su identidad: ¿Pero, ¿quién es este?

Las lecturas también nos hablan de renovación, de superar todo lo viejo. En Cristo todo es nuevo. Por eso los cristianos hemos de renovarnos día a día, sin dejar de trabajar la conversión- cambio de mentalidad-; abiertos siempre a la dinámica de la fe que alienta la renovación de la vida y sus estructuras inhumanas.

Lecturas. Jb 38,1.8-11. Salmo o canto. 2Co 5, 14-17. Aclamación. Mc 4,35-40. Breve silencio

Comentario homilético. El mensaje de este día se expresa con mediaciones claramente simbólicas. Los milagros de Jesús hay que leerlos con la mentalidad que proporciona el lenguaje simbólico al servicio de la fe y de el Evangelio.

El pasaje de la carta a los Corintios viene a decir que por Jesús y en Jesús todos estamos llamados a abandonar la condición vieja y a ser criaturas nuevas. Es decir, la autentica fe nos proporciona unas claves y unos puntos de vista diferentes y superiores a los que se entienden como criterios humanos... Para los que intentamos vivir la comunión con Él, es decir, para los que se toman en serio el Evangelio, lo viejo, ya pasó... el Evangelio es lo nuevo.

Sin embargo, las dificultades de la vida nos azotan a veces con especial crudeza: Vamos perdiendo por el camino, seres queridos, trabajo, salud; la pandemia que estamos sufriendo desde hace ya quince meses, nos ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de todo lo que nos parecía intocable... La barca vital que vamos conduciendo se zarandea amenazando hundimiento bajo problemas de todo calibre e índole. Para nosotros los creyentes, puede ser un momento decisivo, depende de si seguimos confiando en Él, pues, aunque parce dormido, ajeno a nuestra angustiosa agitación, Él sigue en la barca junto a nosotros, su “sueño” es un duerme-vela, y escucha nuestra oración: “Señor sálvanos, que perecemos”. Sí, ante las dificultades hay que sacar los recursos que llevamos dentro. En todos nosotros hay capacidad de valentía. En todos hay posibilidades de solución.

¿¡¡Es que no tenemos fe!!?... Sí. la fe, es un don para construirnos como personas. por tanto, nos ha de servir para ser valientes y emprendedores. ¿para qué sirve, si no?

Pero... ¿qué buscamos en la fe? ¿qué esperamos de ella? Porque es muy fácil recurrir a Dios cuando se nos tuerce la vida, para que sea Él quien nos resuelva los problemas. Pero como es infinitamente más digno y certero que nosotros, nos dice: “Os basta con la fe y con las capacidades humanas que tenéis, os haría un flaco favor si os supliera en vuestra libertad y vuestra responsabilidad”.

Resumiendo, nos ha de quedar claro que Jesús se ha embarcado con nosotros en la travesía de la vida y no se va a quedar dormido, aunque nos lo parezca. Ciertamente Él no va a hacer lo que nos corresponde a cada uno por responsabilidad. Pero, si vivimos en comunión con Él, nunca nos hundiremos. Jesús fue agitado por la vida como el que más. Y ni el martirio lo hundió, Al contrario, la fe y la confianza en el Padre lo colmó de Esperanza y resurrección.

Hermanas y hermanos, está claro que a Dios no nos lo ganamos con quejas estériles ni pidiéndole que nos supla cuando es nuestra responsabilidad la que ha de actuar. Pero le importamos mucho; por eso no nos quiere hundidos, sino activos, cargados de vitalidad, de moral y de esperanza. (silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Señor, te pedimos por la Iglesia; concédele credibilidad en todo lo que hace a lo largo y ancho del mundo, roguemos al Señor.

Te pedimos, Señor, que llegue a todos los pueblos de la tierra el mensaje de la fe y la fraternidad con que nos quieres animar, roguemos al Señor.

Te pedimos especialmente por quienes tienen dudas de fe o sufren tormentas interiores, para que el encuentro contigo los fortalezca, roguemos al Señor.

Te pedimos por todos los bautizados de esta parroquia, para que descubramos tu presencia entre nosotros y demos ejemplo como personas creyentes, roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. La fe es una convivencia con Dios. Que la comunión con Jesús nos ayude a vivir más profundamente la fe.

Canto

Introducción al Padre nuestro.

Te bendecimos, Dios, Padre santo,
que comprendes nuestra condición débil e insegura
y nos invitas a vivir con valentía y dignidad.

¡Qué admirable iniciativa: ponernos por delante a Jesús,
el creyente activo que se alimenta de tu voluntad!

Él bebe el agua limpia del Espíritu
que alivia y orienta en toda ocasión.

Él es modelo aventajado de comunión contigo,
el comprometido y fiel en medio de acosos y de peligros.

Él nos enseña a rezar la vida:
lo mismo en la alegría que en la frustración.

Gracias, Padre santo,
porque somos ricos por naturaleza y por fe:
tenemos aspiraciones, valores y capacidades;
te llevamos dentro, somos templos de tu Espíritu...

Ayúdanos a ser conscientes de los dones
y de la energía que nos regalas.
Que nunca nos venza el miedo ni nos enrede la inseguridad.

Como Jesús, queremos ser criaturas nuevas.
Hombres y mujeres de fe, por eso te decimos juntos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión

Acción de gracias: Gracias, Señor, por el don de la fe. Enséñanos a aprovecharla como recurso, como motivación que impulsa y entusiasma. Ayúdanos a depurarla, superando esquemas infantiles, concepciones deformadas. Motívanos a cimentarla en una religiosidad saneada y autentica.

Gracias, Señor, por las provocaciones de la fe: porque nos descentra de intereses secundarios para centrarnos en tu revelación y tu Reino, porque nos proporciona una mirada contemplativa de la vida para poder así traspasar la superficie de las cosas y llegar hasta lo profundo, hasta el corazón de las personas y las cosas... Gracias por el sentido nuevo que proporciona la fe a la vida.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Vivir con los criterios y con la valentía que deriva de la fe.

Bendición

Monición final. Recordemos algunos mensajes de las lecturas: “Lo viejo ha pasado ya; el que vive con Cristo es una creatura nueva”; O aquel reproche de Jesús: “¿Aún no tenéis fe?”.

No olvidemos estos mensajes a lo largo de la semana. Vivamos con Jesús las tareas y las situaciones de cada día. Él nos acompaña para despertarnos la inteligencia y armarnos de valor.

Canto final y despedida.