Material para el Animador de la Palabra.
Celebración del XXIV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 12 de septiembre de 2021.
1. AMBIENTACIÓN
Podemos colocar delante del altar una de estas frases: “Para ti, ¿quién soy yo?” o, “Las obras demuestran la fe”.
Gesto
En una celebración de la Palabra, como es nuestro caso, hoy, es un día muy propicio para invitar a dos o tres personas, a dar un testimonio de fe. Formulando la mima pregunta que Jesús hizo a sus discípulos... “¿Quién es Jesús para mí?” La pregunta nos viene dirigida directamente. Nosotros somos hoy los discípulos, que habiendo vivido con Jesús estamos invitados a pronunciarnos sobre ÉL...
2. RITOS INICIALES
Monición de entrada. Como parroquia abierta y en relación con el pueblo, vamos caminando tras un ideal: el Evangelio, que queremos cultivar y compartir cada día más crecientemente. Vivir el Evangelio es lo mismo que seguir a Jesús; y esto supone decisión, compromiso, capacidad de riesgo y sacrificio.
Puede que algunos pensemos que la cosa no hay que tomarla tan a pecho... El mensaje de hoy es claro: “la fe sin obras está muerta”; si uno no tiene la mentalidad de Dios y de Jesús, está equivocado y, además, resulta tentador para otros. El seguimiento de Jesús exige negarse a sí mismo y cargar a diario con la cruz. Curiosamente es así como uno salva la vida.
Canto
Saludo. Hermanas y Hermanos, bendigamos al Señor, que nos propone la mentalidad salvadora del Evangelio.
Acto penitencial.
Tú, el Mesías fiel y salvador, Señor, ten piedad.
Tú que superas hasta las tentaciones de los amigos, Cristo, ten piedad.
Tú que esperas de nosotros una fe con obras Señor, ten piedad
Gloria
Oración. Padre y Señor nuestro, que nos amas e inspiras el seguimiento de Jesús; míranos con misericordia y ayúdanos a entender y practicar la espiritualidad del Evangelio. Por J. N. S. Amén
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición las lecturas. De Jesús se han hecho cantidad de comentarios, circulan miles de opiniones. Pero, a la hora de la verdad, lo que importa no es tanto lo que se dice, sino lo que se testimonia con una vida coherente en obras y palabras.
En la primera lectura se presenta esa figura simbólica, el siervo de Yahvé, que es perseguido injustamente y sin compasión. Sólo encuentra apoyo en Dios. Preanuncia lo que será la suerte del Mesías. Algo que Jesús se esforzó en explicar con claridad, pero ni sus amigos más íntimos llegaron a entenderlo. ¿Cómo suena en el interior de cada uno de nosotros eso de que perdiendo la vida por el Evangelio uno la salva?
Hay que destacar también el mensaje de la carta de Santiago: la verdadera fe se demuestra con obras de solidaridad; la fe es sincera si provoca un fuerte compromiso. Si en un creyente no se dan estos signos, hay que suponer que su fe está, si no, muerta, al menos, herida de muerte.
Lecturas. Is 50,5-10. Salmo o canto. St 2,14-18. Aclamación. Mc 8,27-35. (Breve silencio)
Comentario homilético. Intervención testimonial de las personas invitadas o espontaneas.
Creer es vivir como Jesús. El verdadero creyente nota que la fe le hace vibrar por completo. Por tanto, es más que un credo de verdades, es también una adhesión del corazón y un compromiso que se traduce en obras. Solo una fe comprometida es sincera y auténtica. Refresquemos en nuestra memoria algunas vivencias y consideraciones.
- La fe siempre es un don. Es también una razón poderosa para dar sentido a la vida. ¿Ilumina tu interior? ¿Cómo?... Breve silencio...
- La fe se demuestra con la manera de actuar. La fe sin obras está vacía. ¿Cómo demuestras tu fe?... Breve silencio...
- La fe hace fuertes y consolida a los santos, ¿Te dice algo?
- La fe siempre provoca compromiso. ¿Te pide la fe algún compromiso? ¿Lo llevas a la práctica?... Breve silencio
El texto evangelio es sorprendente y desafiante. Ningún bautizado que medite mínimamente el Evangelio se escapa de la encuesta directa que hace Jesús a sus discípulos: ¿Qué decís de mi?, ¿Qué significo en tu vida?, ¿Quién dices que soy? No interesa tanto la respuesta cultural o ideológica que podamos dar, cuanto la respuesta creyente: Por experiencia de fe, ¿qué decimos de Jesús?, ¿qué nos dice el alma que digamos?
Pedro confiesa: “Tú eres el Mesías”. Pero no entiende que el Mesías tenga que sufrir tanto para salvar al mundo. Por un amor mal entendido tienta a Jesús, para que desista de su misión: no hace falta pagar un precio tan alto. Pedro pensaba al modo humano, no como Dios. Al igual que tantos judíos había imaginado un Mesías con un proyecto diferente, triunfalista. Pero la lógica de Dios va por otro camino. La victoria del Mesías será consecuencia de su fidelidad sufriente, como hemos escuchado en el texto de Isaías.
Así pues, Jesús reprende a Pedro con dureza, porque está siendo en ese momento como un enemigo-diablo-. Y dice más: no es verdadero seguidor suyo quien no acepte su mentalidad y sepa vivir con la espiritualidad de la cruz. Y añade: no hay mayor satisfacción en la vida que cuando uno se entrega y se sacrifica por amor.
Hermanas y hermanos, qué raro es encontrar en la vida personas que piensen como Dios, Qué difícil es entender y aceptar a Jesús si no practicamos la conversión. Él no busaca la cruz como un masoquista. No quiere el dolor por el dolor. Simplemente nos recuerda que la vida está entrecruzada, porque el sufrimiento es un componente de la existencia que hay que saber asumir, asimilar, aceptar... Todos y todas, tenemos nuestro viacrucis particular. Es imposible cumplir la voluntad de Dios sin abrazarse a la cruz. Nos lo recuerda Jesús en esta bienaventuranza: “Dichosos los sufridos porque ellos heredarán la tierra”. Jesús nunca aconsejaría algo que no vea lógico y necesario y no lo testimonie anticipadamente.
Y para terminar una pregunta... ¿cómo entendemos eso de “negarse a sí mismo para ganar la vida”? ¿cómo nos suena ahora que tanto se habla del bienestar, de culto a la imagen y de hacer lo que me apetece? La psicología asegura que para vivir con equilibrio y con armonía necesitamos ejercer un control sobre nosotros mismos... La espiritualidad evangélica, más práctica y humanizante, nos dice que sólo tendremos salud interior si invertimos la vida en amor, servicio y donación. Silencio de interiorización
Credo
Oración de los fieles
Para que llegue a todas las personas la salvación de Jesús. Roguemos al Señor
Para que la Iglesia presente con acierto y valentía el mensaje de Jesús. Roguemos al Señor
Para que nadie salga defraudado nuestra Comunidad por falta de espiritualidad y de ejemplo, Roguemos al Señor
Para que evangelicemos apasionadamente comunicando a los demás cómo nos llena Jesús. Roguemos al Señor
Por todos las niñas y niños que comienzan su formación escolar, para que reciban una educación integral. Roguemos al Señor
Por todas nuestras intenciones y preocupaciones. Roguemos al Señor
4. RITO DE LA COMUNIÓN
Monición. Para vivir el compromiso de la fe necesitamos el alimento de la Palabra y del Pan de la Vida. También lo necesitamos para vivir la espiritualidad de la Cruz.
Canto
Introducción al Padre nuestro
Dios nuestro, por el regalo de la fe
podemos decir que eres nuestro origen y nuestra menta;
pero también podemos confesar que res nuestro Abba: Papá
y que estás activo en medio de la Iglesia.
Te conocemos especialmente por Jesús
porque en Él te has revelado portentosamente
y nos has dado a conocer tus proyectos,
ésos que dialogamos y rezamos
y al servicio de los cuales se organiza la comunidad.
Con Jesús nos has hecho participes del Espíritu.
Así podemos conocer mejor tu misterio.
Padre, confesamos que la fe es un gran don:
nos ayuda poderosamente a ser personas,
a superar tentaciones engañosas
y a permanecer en el seguimiento de Jesús.
Hemos llegado a comprender que es crucificante,
pero también salvadora,
porque genera valores personales y comunitarios.
Apoyados en Ti y alentados por una multitud de testigos
te rezamos juntos la oración de los hijos y los hermanos: Padre nuestro...
Gesto de la paz
Distribución de la comunión.
Canto
Acción de gracias (Espontáneo)
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Testimoniar la fe con gestos de solidaridad
Oración después de la comunión. (se toma del misal)
Monición final. Al acabar la celebración volvemos a recordar que lo más importa de la fe no es tanto lo que decimos, sino lo que testimoniamos con acciones concretas de fraternidad... La fe es vivencia y convicción, y también compromiso responsable y ejemplar.
Bendición
Canto final y despedida.