Celebrando la Palabra - V Domingo de Cuaresma - (26 de marzo)

Celebrando la Palabra - V Domingo de Cuaresma - (26 de marzo)

Material para el Animador de la Palabra.

V Domingo de Cuaresma. 26 de marzo de 2023.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar delante del altar un cartel con una de estas frases: “Sin Espíritu, ¿qué nos queda?” o, “El Espíritu da la vida”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Avanza la cuaresma y cada vez somos más conscientes de que Jesús puede transformar radicalmente nuestras vidas con su palabra y con su acción.

La conversión, que tanto evocamos, es una renovación vital y posible si vivimos al aire del Espíritu. Jesús ayudó a muchas personas. En el fondo, su gran preocupación es que la gente viva, pero que viva desde el interior, desde lo profundo, desde la más fina sensibilidad. Así es como se encuentra sentido al presente y al más allá de la muerte. El evangelio de Lázaro nos da hoy una pista de lo que quiere Jesús.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos al Señor, que nos impulsa a levantar la vida.

Acto penitencial

Tú, que quieres nuestra conversión: Señor, ten piedad.

Tú, que levantas nuestra moral: Señor, ten piedad.

Tú, que alimentas nuestras ganas de vivir: Señor, ten piedad.

Oración. Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos siempre de aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por J. N. S. Amén.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. Lo que vamos a escuchar en las lecturas debe resonar fuertemente en nuestro corazón muchas veces tímido y encogido. Cuando nos encontramos incapacitados o decaídos, tristes o desencantados, hundidos o amargados; nos han de levantar el ánimo afirmaciones como: “Yo soy la resurrección y la vida”, “os infundiré mi espíritu y viviréis”: Las lecturas de hoy aportan consuelo, estímulo y transcendencia.

Lecturas. Ez 37,12-14. Salmo o canto. Rm 8,8-11. Aclamación ju. 11, 1-45. Breve silencio.

Comentario homilético. La espiritualidad es una condición natural en la vida de las personas; interesa a la salud y tiene mucho que ver con la mejora de los ambientes. Nada mejor que trabajar nuestra espiritualidad para ser plenamente felices, nos sentimos bien cuando ahondamos en nuestro interior. Cuando decimos que somos, los seres humanos, espirituales, queremos decir que somos esencialmente vida y, vida para siempre. Es decir, inspiración para existir con orientación divina. Sin el espíritu, la existencia humana carece de algo peculiar que eleva y dota de gran capacidad.

Tenemos vocación espiritual, sea cual sea nuestro “credo” estamos habitados por el Espíritu, en el fondo de cada ser humano late esta necesidad. Es una dimensión apasionante, que compromete y complica la vida, pero que, sin esa dimensión, la vida carece de sentido, una existencia falta de espíritu empobrece y deteriora las relaciones humanas.

No hay plena madurez si nos dejamos llevar solo por la “carne”, surgirán con facilidad los odios, las rencillas, la avaricia, la codicia, el deseo de venganza... Pero cuando uno es verdaderamente maduro, se hace dócil al Espíritu y su vida rezuma caridad y buenas obras.

Jesús nos llama desde su libertad de Espíritu, a salir de nuestra muerte espiritual, y nos quita todas las ataduras para que podamos andar como hijos de la luz. Silesio de interiorización.

Credo

Oración de los fieles.

Para que crezca en el mundo el respeto y servicio a la vida. Roguemos al Señor.

Por todos los creyentes, para que cultivemos un estilo de relaciones limpio y espiritual que se corresponda con el Evangelio. Roguemos al Señor.

Para que avance la solidaridad, y el compromiso fraterno en nuestra comunidad cristiana. Roguemos al Señor.

Por los que tienen responsabilidades: sociales, políticas o religiosas, para que entiendan su compromiso como un servicio a la sociedad y, especialmente los que más lo necesitan. Roguemos al Señor.

Por esta comunidad cristiana, y por todas nuestras necesidades e intenciones. Roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE COMUNIÓN

 

Monición. Jesús es el pan vivo bajado del cielo. El que como de este pan vive para siempre. Él es vida para el mundo. recibamos a Jesús con agradecimiento.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Con los ojos levantados y el corazón pendiente
de tu voluntad, te alabamos, Padre.
Y enlazando con la fe de los que nos han precedido,
reconocemos que sigue en píe tu promesa salvadora.

Oímos los reclamos de la vida por los cuatro costados.
Tenemos conciencia de que has abierto todos los sepulcros
y que tu plan de levantar la vida permanece inalterable.

Bendito seas, Padre, por la redención copiosa que has derramado
para que no se quiebre el equilibrio de la historia.

Bendito seas por ese Espíritu rociado en nuestro interior
para que nuestra alma se mantenga en vilo.

Te agradecemos el impulso constructivo que nos contagias.

Alentados por el estilo bondadoso y vivificante de Jesús,
nos unimos en oración a toda la Iglesia
y rezamos juntos la oración de la fraternidad. Padre nuestro....

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: Canto.

Acción de gracias

Te damos gracias, Padre, porque nos has enseñado a apreciar el mensaje de Jesús y a vivir en la onda del Espíritu.

Te agradecemos que nos bendigas con ese regalo inigualable del Espíritu, que nos ayuda a evitar tantas trampas y salir de tantos sepulcros.

Como siempre nos concedes una nueva oportunidad, te agradecemos ese “tiempo de gracia” inaugurado por Jesús y te prometemos caminar por la senda de las personas justas que siguen los pasos del Espíritu.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Levantar la vida en uno mismo y en el entorno, conjugando misericordia y solidaridad.

Bendición

Monición final. Las lágrimas que derramo Jesús por la muerte de su amigo Lázaro revelan su sensibilidad. A Jesús le conmueve el sufrimiento humano, es sensible hasta las entrañas. Pero, además de llorar Jesús hizo algo más, saco a su amigo de la muerte física, lo volvió a la vida, le dio una nueva oportunidad.

Eso mismo quiere hacer hoy Jesús con cada uno de nosotros, Él nos quiere y nos pude sacar de muchos sepulcros: rutina, vulgaridad, desesperanza, miedo, tristeza, egoísmo... Vivir y, ayudar a vivir, es lo más bonito y ejemplar que podemos hacer.

Canto final

Despedida