Celebrando la Palabra - XI Domingo del Tiempo Ordinario - (18 de junio)

Celebrando la Palabra - XI Domingo del Tiempo Ordinario - (18 de junio)

Material para el Animador de la Palabra.

XI Domingo del Tiempo Ordinario. 18 de junio de 2023.

Descargar

 

 

1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar en un lugar visible un cartel con una de estas frases: “Somos Pueblo de Dios” o, “Mucha mies y pocos labradores”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición. Al celebrar nuestra fe confesamos también que somos “Pueblo de Dios”.

Nuestra calidad de cristianos se refleja en el apoyo que ofrezcamos a la construcción del Reino de Dios. También hoy la mies es abundante y pocos los trabajadores. Todos estamos llamados a arrimar el hombro en esta tarea. La aportación de cada uno, por pequeña que sea, es un regalo valioso.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, alabemos juntos al Señor, que nos ha llamado por nuestro propio nombre.

Acto penitencial

Porque a veces somos duros de corazón, Señor, ten piedad.

Porque nos cuesta abrir nuestro corazón y nuestra casa, Cristo, ten piedad.

Porque muchas veces nos vence el egoísmo, Señor, ten piedad.

Gloria

Oración

Te suplicamos, Dios nuestro, nos enseñes a trabar para tu Reino, sin temores infundados, sin sospechar de nadie, sin levantar barricadas al amor fraterno. Por N.S. J. Amén.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. Las comunidades cristianas compartimos la experiencia del amor de Dios y el desafío permanente de evangelizar. Todavía queda mucho por hacer para considerar que el Reino de Dios está implantado entre nosotros.

Lecturas. Ex 19,2-6a. Salmo o canto. Rm 5,6-11. Aclamación. Mt 9,36-10,8. Breve silencio.

Comentario homilético. Una de las experiencias religiosas más relevantes que vive el pueblo del Antiguo testamento es la Alianza: “El Señor es nuestro Dios y nosotros su Pueblo”. El Concilio Vaticano II recuperó esta preciosa imagen de tanto arraigo y sentido bíblico para recordar que Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios. La nueva Alianza se ha realizado en Jesucristo, con su estilo de vida y su mensaje de redención. Él es el salvador definitivo. Formar parte de la Iglesia es apuntarse a la misión de Jesús: Dilatar el Reino de Dios.

Nos dice también el Concilio que todos estamos llamados a formar parte de este Pueblo de Dios y a continuar la misión que le encomendó Jesús.

Él fue un gran observador de la naturaleza y de los acontecimientos de la vida. Esta sensibilidad unida a su conciencia redentora le llevó a descubrir necesidades y problemas de la gente. Observó que muchos andaban maltrechos y desorientados como ovejas sin pastor, porque los que deberían ejercer como tales no cumplían.

Jesús preparó unos colaboradores para que le echaran una mano en el proyecto siempre necesario del Reino de Dios. Tenemos constancia por lo que nos dice el Evangelio, que esta preparación es teórica y práctica, aunque prevalece la formación por acción: “Los envió a curar, reanimar, arrojar fuera el mal ...”

En este grupo de apóstoles estamos representados todos los seguidores de Jesús. La tarea que se nos encomienda es amplia y urgente. Arrimar el hombro, colaborar, ser trabajador en la mies, sigue siendo una labor generosa, derivada de la fe comprometida que identifica a los verdaderos cristianos. Nadie en la Comunidad está dispensado de esta misión. Evangelizar y hacer Reino de Dios es lo que ha de caracterizar a todo bautizado. La respuesta es imprescindible e individual, pero siempre en y para la Comunidad, porque evangelizamos como Pueblo de Dios y no yendo cada uno por libre. (Silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Oremos para que llegue a todo el mundo el Evangelio salvador, roguemos al Señor.

Oremos para que los cristianos impulsemos el Reino de Dios metidos en los movimientos ciudadanos, roguemos la Señor.

Oremos para que no falte la solidaridad y el buen entendimiento entre los vecinos, roguemos al Señor.

Oremos por todas nuestras intenciones particulares, roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. La comunión con Jesús ha de estimular nuestro compromiso. Oremos nuestro apoyo a la misión de la Iglesia.

Canto

Introducción al Padre nuestro.

Señor, Dios nuestro,
nos quieres con amor de alianza.

Somos una pequeña parcela de tu Pueblo,
una Comunidad que abre el corazón a tu Palabra
y quiere seguir la voz del buen pastor.

Proclamamos, a una, que tu misericordia es eterna.
Confesamos que tu fidelidad no se agota con los años.

Gozas y padeces con nosotros;
te afecta vernos como ovejas sin pastor.

En Ti está la salvación.
Tu Reino es también nuestro.

Por eso nos llamas a expandir tu misericordia,
a alejar las tensiones que quiebran la convivencia,
a erradicar cuanto rompe el equilibrio.

Padre, qué suerte proclamar tu cercanía,
qué acierto seguir los consejos misioneros de Jesús.

Nos unimos a Él y, en corro de hermanos te rezamos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: canto.

Acción de gracias

Te damos gracias, Padre bueno, porque no dejas de pensar en nosotros. Nos has reconciliado por medio de Jesús y por pura generosidad mantienes tu Alianza. Esto anima la vida de la Comunidad y acrecienta nuestro compromiso evangelizador.

Esperas de nosotros colaboración y dinamismo para ensanchar tu Reino. Bendícenos para saber impulsar la misión. Tiene sentido gastarse y desgastarse por el Evangelio.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Reforzar la condición evangelizadora y misionera de todos los bautizados.

Oración después de la comunión (se toma del misal)

Bendición

Monición final. El trabajo por sacar adelante este pueblo y la parroquia es de todos y de todas. Como personas creyentes nos debemos sentir especialmente responsables. Recordemos que la mies es abundante...

Lo que no hagamos nosotros puede que se quede sin hacer para siempre. y eso supondría empobrecimiento. Buena semana para todos. El Señor nos acompaña.

Canto final y despedida