Celebrando la Palabra - Domingo de Ramos

Celebrando la Palabra - Domingo de Ramos

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Ciclo C.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Además del cartel de cuaresma, podemos colocar en lugar visible esta frase: “Semana para el paso a la Pascua”.

Símbolos: Una cruz grande adornada con ramos

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición. Todo el camino cuaresmal apuntaba a esta semana, nuestra mirada se fijaba en gestos que nos evocaban el “Misterio Pascual de Señor Jesús”. Nos hemos ido preparando con espíritu de conversión. Ahora celebramos en comunión con toda la Iglesia. Y comenzamos significando la entrada vitoreada y aplaudida de Jesús en Jerusalén en medio del ambiente festivo de la pascua.

Pero este día es de claroscuro, es domingo de pasión. Si por un lado aparece el piropo y la alabanza, por otro asoma el rechazo y la pasión.

Domingo de Ramos es el umbral de una semana llena revelación y testimonio. Entremos en ella con verdadera actitud cristiana y con el deseo de fortalecer la conversión pascual.

Procesión de la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén. Si se juzga conveniente, este rito puede hacerse fuera del templo, para entrar procesionalmente con los ramos. En este caso, la monición de entrada se hace una vez que la asamblea se ha concentrado en torno a los ramos.

Este rito incluye:

- Monición, (la que se propone de entrada)
- Oración.
- Proclamación del evangelio.
- Y entrada procesional.

Oración. Acrecienta Señor, la fe de los que en Ti esperan y escucha las plegarias de los que a Ti acuden, para que quienes alzamos hoy los ramos en honor de Cristo, permanezcamos en Él, dando frutos abundantes. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Evangelio Lc 19, 28-40 (el que preside lleva consigo el leccionario para proclamar el Evangelio)

- Terminada la proclamación del evangelio se inicia la procesión al interior del templo
- Finalizada la procesión y, situada la asamblea en el templo, se puede hacer este pregón, o pasar directamente a la Oración.

PREGON DE SEMANA SANTA

Se declara abierto el tiempo de gracia.

Empiezan los días santos , los días grandes,
en que nuestro Señor Jesucristo
dio las más hermosas pruebas de amor.

Contemplamos el amor de un Dios
que se empobrece para enriquecernos;
de un Dios que se hace siervo para lavarnos los pies;
de un Dios que se hace comida para alimentarnos;
de un Dios que se hace cordero
para purgar nuestros pecados, de un Dios
que hace suyo nuestro sufrimiento
para liberarnos de todo lo malo;
de un Dios que descendió a lo más profundo
de nuestra miseria para sacarnos de las tinieblas del pecado.

Nunca se ha visto en la tierra un amor tan limpio y generoso.

Veremos también cómo el camino de la Vida pasa por la muerte
y el camino de la Luz por la Cruz.

Hermanos y hermanas, son días de fuerte compromiso,
para compartirlos con todos los que celebran estos misterios
de un Dios misericordioso, redentor y SEÑOR RESUCITADO.

Oración. Dios Padre bondadoso, que en la persona de Cristo nos has dejado un ejemplo supremo de sensatez, oblación y dignidad doliente, haz que nuestra vida siga sus pasos y los de tantos creyentes apasionados por tu Reino. Por J.N.S.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. En la primera lectura Isaías nos presenta al Siervo de Dios que acepta el sufrimiento de la vida diaria con gran entereza, que asume un compromiso solidario y lo cumple con fidelidad. En esta línea se expresa el himno de la carta a los filipenses: Jesús de Nazaret, sensato y despojado, aptó vivir en pobreza y sencillez hasta la muerte y muerte de cruz. Así fraguó su dignidad. El Padre lo exaltó y lo colocó gozoso a su derecha como Señor.

El evangelio relata la pasión y muerte de Jesús, la culminación sufriente de quien entrega la vida por amor y fidelidad.

Lecturas. Is 50,4-7. Salmo o canto. Flp 2,6-11. Lc. 22,14-23, 56: lectura de la Pasión. (Es conveniente que sea proclamada por tres personas)

Comentario homilético. Hermanos y hermanas, ante el mensaje y la perspectiva que nos presenta este domingo, importa mucho más abrir el corazón y meditar que comentar...

El aplauso dura muy poco a los profetas fieles y valientes; pronto se convierten en siervos sufrientes como nos dice la primera lectura. Menos mal que Dios nunca los abandona.

Es precioso y expresivo el canto de la carta a los filipenses. A pesar de su condición divina, Jesús es siervo es siervo despojado, que adopta una vida sin relieve, pasa como uno de tantos, pero servicial y sacrificado hasta el final. Esta manera de vivir le agradó a Dios extraordinariamente. Por eso lo levantó y le concedió el “Nombre-sobre- todo -nombre”. Nosotros reconocemos que Jesús es el único Señor que merece aplauso y alabanza.

El relato de la pasión nos asegura que ha llegado la “hora” de Jesús: El grano de trigo ha de caer en tierra y morir para dar fruto. Jesús va a dar el golpe de gracia. Clavado en una cruz va a proclamar la alternativa de su religiosidad. Intentaron acabar con Él, pero no se ha conseguido apagar su voz, ni enterrar su Evangelio, al contrario, se ha convertido en la causa y la motivación que da sentido a la vida de muchas personas, entre las que nos encontramos nosotros. (Silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Para que el ejemplo de Jesús, entregado y fiel hasta la muerte, sea el motor que dinamice la vida de la Iglesia, roguemos al Señor.

Para que cesen las guerras y no haya más víctimas causadas por el odio, roguemos al Señor.

Para que los gobiernos promuevan el desarrollo de la paz y la justicia, roguemos al Señor.

Para que vivamos la Semana Santa en profundidad y con verdadero espíritu evangélico, roguemos al Señor.

Para que reforcemos a lo largo de estos días el paso de la conversión, roguemos al Señor.

Por todas nuestras intenciones y necesidades, roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. La verdadera comunión nos lleva a adoptar los mismos sentimientos y actitudes de Jesús. Este domingo la comunión ha de significar una intensa sintonía con el Cristo despojado, pero reconocido como Señor para gloria de Dios Padre.

Canto

Introducción al Padre nuestro.

Te alabamos, Padre santo, por Jesús,
siervo y Señor, modelo de generosidad,
Redentor que entrega la vida voluntariamente.

Como una semilla vigorosa y fecunda
se multiplicó en culto y obediencia.
Su estilo de vida te agradó.

El pueblo intuyó su valía y ejemplaridad,
lo admiró y lo aplaudió muchas veces;
pero no llegó a entender su originalidad,
lo condenó, lo torturó y lo crucificó como blasfemo.

Tú, Padre, siempre a su lado, solícito,
recogiste su humanidad tronchada en su cuerpo
y lo llenaste de resurrección, Vida para siempre.

Satisfecho de su vida entregada por amor,
lo has levantado en el cielo y en la tierra
y lo presentas a la historia como el gran testigo y salvador.

Nosotros reunidos en su nombre,
y admirando su amor y su entrega, te invocamos
unidos a toda la Iglesia y a todas las personas de buena voluntad,
la oración de los hijos y hermanos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: canto

Acción de gracias

Alegraos, pueblo de Dios.
Alegraos, pueblos del mundo.

Cantad, aplaudid y vitoread a Jesús,
el Hijo de Dios, el profeta del Altísimo.

No ha llegado poderoso.
Ha entrado a lomos de un borrico.


No viene con dinero, no tiene poder;
pero sus manos están abiertas para servir
y su corazón rebosa los mejores sentimientos.

Es un misionero voluntario, entregado,
el Redentor de todos los pueblos.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Vivir la Semana Santa con espiritualidad evangélica.

Oración después de la comunión: (se toma del misal)

Bendición

Monición final. Hemos entrado ya en la Semana Santa. Hemos escuchado y sentido que Jesús experimentó la existencia humana en toda su crudeza. Él llega a lo más alto por medio de la entrega total por amor. Que su ejemplo impresionante nos ayude a analizar en profundidad nuestra vida, nuestro comportamiento. Santa y feliz semana para todos y todas.

Canto final

Despedida