+ Mons. Manuel Herrero Fernández, OSA. Obispo-Administrador Apostólico de Palencia
Desde hace 57 años, que ya son años, los Papas, comenzando por san Pablo VI, todos los años, al comienzo del año, como si fuera, que lo es, nos señalan una tarea para los 366 días del año 2024, en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz. Este año el papa Francisco nos envía uno nuevo titulado: “Inteligencia artificial y paz”.
Como quizás todos sabemos o hemos oído que las ciencias, como decía la zarzuela, avanzan que es una barbaridad. Una de estas “barbaridades” es la inteligencia artificial que tienen que ver, aunque algunos no lo creamos, con toda nuestra vida presente y futura, también con la vida de los que ya peinamos canas como con la vida de los niños y los jóvenes.
El papa nos alerta, en el buen sentido, sobre estos avances de la ciencia y la técnica en este documento o mensaje que es largo. Podéis buscarlo entero y leerlo en vatican.va o en la página web de la Diócesis.
Este mensaje tiene 8 puntos, muy interesantes, aunque a algunos no sueñe a chino. Resumo a mi entender, lo más destacable. El Primero comienza reconociendo y valorando positivamente el progreso de la ciencia y de la tecnología como camino hacia la paz. Porque Dios nos ha dado a los seres humanos su Espíritu para tener habilidad, talento y experiencia en la ejecución de toda clase trabajos. Así lo ha reconocido no solo las Escrituras santas (Ex 35. 31 y Gen 1, 26), sino también la Iglesia en el Concilio Vaticano II (LG 33): «Cuando los seres humanos, con la ayuda los recursos técnicos se esfuerzan para que la tierra llegue a ser la morada digna de toda la familia humana, actúan según el designio de Dios y cooperan con su voluntad para llevar a cumplimiento la creación y difundir la paz entre los pueblos». Asimismo «el avance de la ciencia y de la técnica, en la medida en que contribuye al mejor orden de la sociedad humana y acrecentar la libertad y la comunión fraterna, lleva al perfeccionamiento del hombre y la transformación del mundo». Estas conquistas son motivo de alegría y de acción de gracias. Pero también es verdad que algunos de los logros representan un riesgo para la supervivencia humana y la casa común, la naturaleza. Los avances en las tecnologías de la información, especialmente en la esfera digital, presentan oportunidades y graves riesgos, con serias implicaciones para la búsqueda de la justicia y la armonía entre los pueblos.
El segundo punto el Papa lo titula “El futuro de la inteligencia artificial entre promesas y riesgos”. Es verdad que los progresos de la informática y de las tecnologías digitales han comenzado a producir profundas transformaciones en la sociedad global y en sus dinámicas, en las administraciones públicas, en la instrucción, el consumo, las interacciones personales y otros muchos aspectos de la vida diaria. Desde las tecnologías se pueden controlar los hábitos mentales y relacionales de las personas con fines comerciales o políticos, frecuentemente sin que nos demos cuenta, limitándonos conscientemente la libertad de elección. Pero debemos recordar que las nuevas tecnologías no son neutrales, sino que están sujetas a influencias culturales de diversos signos. Esto vale para todas las tecnologías, también para la Inteligencia Artificial... para la que hoy no existe una definición unívoca en el mundo de la ciencia y la tecnología. Hablan si de formas de inteligencia que pueden señalar la brecha entre los sistemas y la persona humana, por más sorprendentes y potentes que sean. La inteligencia artificial debe ser entendida como una galaxia de realidades distintas y no podemos presumir a priori de que el desarrollo aporte una contribución benéfica al futuro de la humanidad y a la paz entre los pueblos. Se necesita responsabilidad y ética. La inteligencia y artificial nos plantea desafíos no sólo técnicos, sino también antropológicos, educativos, sociales y políticos.
La libertad y la convivencia pacífica están amenazadas cuando los seres humanos ceden a la tentación del egoísmo, al interés personal, al afán de lucro y a la sed de poder.
Sigue el Papa Francisco en otros puntos tratando sobre “la tecnología de futuro: máquinas que aprenden solas” (3), “el sentido del límite en el paradigma tecnológico” (4), “temas candentes para la ética” (5), una pregunta que interpela a todos: “¿transformaremos las espadas en arados?” (6); en el n. 7 se detiene en los “desafíos para la educación” y en el n. 8 los “desafíos para el desarrollo del derecho internacional”.
Como habréis intuido esta es una voz profética que nos llama a construir la paz. Nos invita a pensar, a ser responsables y a cooperar por la paz y el fruto de las relaciones que reconocen y acogen al otro en su dignidad inalienable, en cooperación y esfuerzo en la búsqueda de un desarrollo integral de todas las personas y de todos los pueblos.
Termina, y termino, invitando a orar para que la inteligencia artificial no aumente las desigualdades e injusticias, sino que ayude a poner fin a las guerras y conflictos y aliviar tantas formas de sufrimiento que afectan a la familia humana.
Feliz año 2024, feliz año en la paz del Señor para que nuestro mundo sea más solidario, justo y pacífico.