“Líneas espirituales y pastorales para los sacerdotes de la diócesis”

“Líneas espirituales y pastorales para los sacerdotes de la diócesis”. Comunicación de nuestro obispo D. Mikel al presbiterio diocesano en la Fiesta de San Juan de Ávila.

 

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Pistas espirituales y pastorales

 

San Juan de Ávila

10 de mayo de 2024

+ Mikel Garciandía Goñi

 

1. INTRODUCCIÓN

 

La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz: «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida» (Rm 5,10). Y su vida se manifiesta en nuestra vida de fe, que empieza con el Bautismo; se desarrolla en la docilidad a la gracia de Dios y, por tanto, está animada por la esperanza, que se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo.

En efecto, el Espíritu Santo, con su presencia perenne en el camino de la Iglesia, es quien irradia en los creyentes la luz de la esperanza. Él la mantiene encendida como una llama que nunca se apaga, para dar apoyo y vigor a nuestra vida. La esperanza cristiana, de hecho, no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino: «¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? [...] Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor» (Rm 8,35.37-39). He aquí porqué esta esperanza no cede ante las dificultades: porque se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad, y de este modo hace posible que sigamos adelante en la vida. San Agustín escribe al respecto: «Nadie, en efecto, vive en cualquier género de vida sin estas tres disposiciones del alma: las de creer, esperar, amar». (Spes non confundit. La esperanza no defrauda Rm 5,5)

En este día de San Juan de Ávila, os agradezco de todo corazón a cada uno de los presbíteros y diáconos de la diócesis de Palencia vuestra vocación y respuesta al Señor: creemos, esperamos y amamos como ministros, siervos del Señor y de las comunidades que nos ha encomendado.

 

 

2. RECONOCER/INTERPRETAR/ELEGIR

 

Siguiendo la metodología que sigue el Papa Francisco, pretendo hoy desarrollar las dos primeras partes. Para la tercera, haré alguna somera sugerencia al final, pero es la tarea del Obispo y de Diócesis de los próximos años.

Hoy me toca dirigirme a vosotros por primera vez en la fiesta de nuestro patrono San Juan de Ávila. Quiero destacar de él que fue considerado en su tiempo por muchos santos ilustres y por el pueblo fiel como el maestro Ávila.

Nuestra época, al igual que el XII o el XVI por ejemplo, supone un cambio radical, de unas dimensiones que se nos escapan, debido a que los cambios sociales y culturales se están desarrollando con una progresión geométrica. Cambio de paradigma

Mundo VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo.

Mundo BANI: Frágil, ansiedad, no lienal, incomprensible.

Nuestro mundo ha cambiado. La cristiandad como paradigma está ya en cuidados paliativos, y podemos llorar su pérdida, o lanzarnos con decisión por los caminos que nos marca el Espíritu.

Tiempos para conjuntar fidelidad y docilidad con la creatividad.

Papa Francisco en la Evangelii Gaudium, dedica el cap. I a la Transformación misionera de la Iglesia. Más que de una reforma, se trata de una verdadera refundación, y ello conlleva ir al fundamento, al origen, al Evangelio y al libro de los Hechos de los apóstoles.

No detecto derrotismo en la diócesis, pues estáis trabajando muchos con tesón y convencimiento. Valoro, que no como en otros lugares, acojáis las iniciativas de la Iglesia. Y respondo a la petición y sugerencia de que el obispo tendrá que hacer su propia reflexión acerca de cómo avanzar y configurar el plan pastoral 2023-2026.

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Sínodo:

Ocho hilos sinodales

Intuiciones… iluminadoras

Tensiones y divergencias

Prioridades

Valoro el eco en la diócesis y fuera de ella del Sínodo (material de niños, impacto en TV y redes sociales)

En definitiva, estamos en un tiempo nuevo. El cambio de época, es un signo de los tiempos que nos lleva a interpretar lo que el Espíritu Santo quiere recomenzar, refundar, reconectar, siempre desde la hermenéutica de la continuidad. Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

 

DAFO: DEBILIDADES-AMENAZAS-FORTALEZAS-OPORTUNIDADES

 

2.1. Debilidades

 

Me inspiro en las tres debilidades que Benedicto XVI señalaba sobre la Iglesia:

 

1. Sobreinstitucionalización.

Locura organizativa: querer de lograr resultados diferentes tratando de hacer mejor las mismas cosas. Haciendo mejor lo que hacemos, sólo con eso no podemos crear algo fundamentalmente nuevo. Lo que nos trajo aquí, no nos hará salir de aquí.

Evangelii gaudium, cap. II: Crisis del compromiso comunitario.

Clero cansado, sobrecargado, solo. En la cristiandad, nos manejábamos con comodidad cuando se trataba de conjugar la asimetría del ministerio ordenado, y eso era suficiente. Ahora necesitamos aprender a conjugarla con la simetría de ser por el Bautismo, hermanos con los demás miembros de la Iglesia.

Emilio Lavaniegos cifraba cuatro fases: Entusiamo idealista/Estancamiento/Frustración/Desconexión emocional. Esta última lleva a cultarnos tras el personaje, y a la desafección institucional.

 

2. Pérdida de la vida de fe.

Falsa renovación de la fe, en dos modalidades de mundanización:

• Anquilosamiento en la propia tradición, perfeccionismo, culpabilización. Restauracionismo.

• Disolución de esa tradición para adaptarse al mundo. Progresismo.

Ambos casos, forman una sub-cultura cristiana

Identidad sacramental. Fraternidad sacerdotal, que no la sabemos conjugar. No tenemos que ser “amigos” de los compañeros sacerdotes de la unidad, o zona pastoral, o arciprestazgo, o presbiterio. Cristo nos ha llamado sus amigos y eso conlleva unas consecuencias que nos cuestan encarnar.

Visión corta. Desde nosotros. ¿Y cuál es la de Dios?

 

3. Falta de compromiso sociopolítico

Iglesia irrelevante, utilizada por las instancias de poder político y económico, obligada a firmar una agenda por encima del Evangelio del Reino de Nuestro Señor Jesucristo. ¿Cómo ser comunidades proféticas, que muestran lo disruptivo del Reinado de Dios en este mundo?

Evangelii gaudium, cap.IV: La dimensión social de la evangelización.

 

2.2. Amenazas

 

Totalitarismos que nos convierten en engranajes de un sistema. Barbarización pedagógica, educación reducida a adiestramiento.

• Tecnicismo, que nos reduce a robots

• Naturalismo, que nos reduce a la condición de animales

• Disolución de Dios, que nos hace fanáticos.

Polarización ideológica entre el clero, sobre todo. Todo pasa por lo que a los curas nos parezca bien o mal. Poca posibilidad de que los laicos saquen adelante iniciativas renovadoras.

Liturgia a nuestra medida. Desvalorización del sacramento de la reconciliación, rebaja con fórmulas que la Iglesia reserva para momentos muy puntuales.

Eucaristía. Sustitución de la Palabra de Dios por palabras humanas, poéticas, emotivas. Lenguaje de los salmos requiere iniciación, más que adaptación. Pastoralmente se entiende hacer pedagogía en contextos mistagógicos, pero no en comunidades adultas.

La Iglesia no es una mera democracia. Es mucho más exigente y participativa: es comunión de todos corresponsables. Pasar de un laicado que colabora con el clero, a un laicado plenamente corresponsable de la tarea eclesial de evangelizar el mundo

La participación de la mujer en clave de lucha de poder/empoderamiento y no en la corresponsabilidad que emana del bautismo y todo lo que puede aportar desde sus dones y carismas específicos. 

Debate teórico entre consejos deliberativos o consultivos.

 

2.3 Fortalezas

 

Según De Lubac, “catolicismo” significa igualdad, diversidad, universalidad. Ya no tanto época de más análisis, sino de ir tejiendo una síntesis armoniosa y poderosa, una visión de lo que somos y de lo que el Espíritu nos puede llegar a ser. Esta visión es inspiradora de futuro, es la manera de generar una comunidad genuina, desarrollando un sentido corporativo de visión, eso crea el futuro y atrae el por-venir. Regenerar y reforzar esa búsqueda corporativa, sin exclusiones.

“Para lograr nuestras metas, necesitamos enfocarnos. Sin embargo, para lograr saber cuáles son las cosas correctas a hacer, simplemente tenemos que considerar el cuadro completo. Es sólo cuando ponemos nuestras actividades habituales y maneras de pensar en el contexto del cuadro completo, que seremos capaces de permanecer dirigidos hacia el blanco. Tienes que pensar cosas grandes mientras estés haciendo las pequeñas, para que todas las cosas pequeñas vayan en la dirección adecuada. Nuevos mapas mentales son vitales si queremos trazar nuestro camino” (Alan Hirsch)

El cambio radica en realizar una adecuada síntesis en cómo ser Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templos del Espíritu Santo. Nos ayuda el Papa Francisco con el cap. III de la Evangelii Gaudium: el anuncio del Evangelio, especialmente la parte primera: todo el pueblo de Dios anuncia el Evangelio.

Plan de pastoral: comunidades evangelizadoras, fermento.

Arca de Noé, lanchas salvavidas, capaces de dejar el cómodo puerto, y salir al mar…

Unidades Pastorales son el camino. Siempre que partan de un equipo sacerdotal suficiente, y un equipo eclesial representativo.

Nunca llegaremos a ser Iglesia sinodal misionera si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados en la única misión de anunciar el Evangelio el rasgo característico de sus vidas. Si las parroquias no son sinodales y misioneras, tampoco lo será la Iglesia. La Relación de Síntesis de la Primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos es muy clara al respecto: las parroquias, a partir de sus estructuras y de la organización de su vida, están llamadas a concebirse «principalmente al servicio de la misión que los fieles llevan adelante al interno de la sociedad, en la vida familiar y laboral sin concentrarse exclusivamente en las actividades que desarrollan hacia dentro y sobre sus necesidades organizativas» (8, l). Por eso es necesario que las comunidades parroquiales sean cada vez más lugares desde los cuales los bautizados parten como discípulos misioneros y adonde regresan, llenos de alegría, para compartir las maravillas obradas por el Señor a través de su testimonio (cf. Lc 10,17). Carta del Papa Francisco a los párrocos, 02.25.2024

 

2.4 Oportunidades

 

En una época de cambio drástico, son los aprendices los que heredan el futuro. Los eruditos generalmente se encuentran equipados para vivir en un mundo que ya no existe. Invitación a que los mayores aprendamos de los jóvenes. Ellos no son una amenaza, sino la oportunidad para que nos reenganchemos con realidades que el Espíritu inspira. Aprendizaje mutuo de los tres segmentos del clero de la diócesis. Los mayores, la parte media, y los más jóvenes. Cada generación, hija de su tiempo y llamada a ser inspiración y referencia para las otras.

“A medida que se aproxime el final de los tiempos, “no se hablará de un mundo cristiano, sino únicamente de santos y testigos dispersos”. Lo más maravilloso de un mundo sin Jesús, es que nos impide contentarnos con bonitos sermones y pequeñas devociones, como en la época de la cristiandad: este mundo exige de nosotros un testimonio total, un testimonio de AMOR HASTA LA MUERTE, una verdad que invade el alma y el cuerpo. Este mundo nos pide que seamos OTROS CRISTOS para nuestro prójimo. La modernidad es nuestra aliada, y la postmodernidad no es un obstáculo (Fabrice Hadjadj)

Actitudes propias: paciencia, serenidad, inquebrantable fidelidad, sobriedad. Lo magnífico de nuestra época, es que ya no se aceptan las razones a medias.

“No es lo mismo ser bueno que hacerte bueno. Ser bueno es tener un comportamiento ético, por ejemplo, salvarle la vida a una persona, pero HACERSE BUENO es querer que cada uña de tu pie, cada pelo de tu cabeza… se hagan buenos, encarnen la bondad. El cristianismo no es sólo un decálogo de buenas intenciones, sino que exige un modo de vivir completamente diferente” (Antonini de Jiménez)

“Si una persona no vive y hace todo desde el Espíritu Santo, todas sus obras serán vanagloria” (Macario el Egipcio). Quitarnos la escafandra de “buenos cristianos”

“Si se quiere cambiar una sociedad, se debe contar una historia alternativa, una tan persuasiva que barra con los viejos mitos y se convierta en la historia preferida; una tan inclusiva que reúna todos los trozos de nuestro pasado y nuestro presente en un todo coherente; una que incluso proyecte algo de luz al futuro para que podamos dar el siguiente paso” (Frente al cautiverio del paradigma institucional predominante). Un cristianismo proféticamente coherente significa que debemos permanecer comprometidos con una crítica constante a las estructuras y rituales que creamos y mantenemos… SANTOS REBELDES que constantemente intentaban librarse de la rémora de las ideologías, estructuras, códigos y tradiciones que limitaban la libertad del pueblo de Dios y restringían el mensaje del Evangelio que les había sido encomendado divulgar.

Sínodo de la sinodalidad. Hch 10, encuentro entre los mensajeros y los que los acogen, Pedro y Cornelio. La Iglesia católica, es siempre la resultante del encuentro de mundos culturales diferentes.

La dispersión geográfica requiere cada vez mayor concentración comunitaria. Repensar las parroquias es ahora posible, y además imprescindible.

 

 

3. PISTAS ESPIRITUALES

 

San Juan de Ávila: “¿Por qué los sacerdotes no son santos, pues es lugar donde Dios viene glorioso, inmortal, inefable? Relicarios somos de Dios, casa de Dios, criadores de Dios”. Emilio Lavaniegos ofrecía pistas sobre la santificación del sacerdote hoy, la santificación como camino compartido:

• Santificación, pasar de la meta al camino. Rechazar la falsa idea de perfección.

• Santificación, pasar de lo individual a lo comunitario (Andrés Vicente, sacerdote de Burgos, nos habló en la formación de la fraternidad sacramental sacerdotal)

El cristianismo es un diálogo (Papa Benedicto XVI). Entramos en el desierto, en tierra de nadie pues estamos en éxodo hacia la Tierra de la Promesa. Tiempo de feliz desecularización de la Iglesia.

Clericalismo: pensar que es más importante la jerarquía que la santidad. Ya no basta transformar el mundo; ante todo hay que preservarlo, transformando el corazón, ser santos, seguidores del Señor eis télon, hasta el final.

Desatar la imaginación misional del Pueblo de Dios. No comunidades en torno a un patrimonio, refugio o nostalgia, sino capaces de responder a la sed de los que todavía no son creyentes, red viva, adaptativa y muy sensible a la profundidad espiritual y al hambre relacional de nuestros contemporáneos. Ese Cuerpo de Cristo, que fecunda e ilumina, ese es la Iglesia.

Lo peor, la indiferencia y la irrelevancia. Ayuda una buena política de prensa.

Conversión pastoral, pasar de un modelo atraccional a otro encarnacional, buscando una genuina afinidad con los de “afuera”, más que la identificación tribal con los de “adentro”. Ver al Espíritu obrando más allá y secundar su acción. Convertirnos en encarnaciones de Jesús, ser palabra más que tener palabras (Hch 10). Lo esencial es SER una respuesta, SER una palabra de Dios, más que tener una palabra. Hablar DESDE Dios, más que acerca de Dios.

Conversión pastoral. Don y tarea para el siglo XXI:

Comunidad: sinodalidad y corresponsabilidad.

Kerigma: testimonio, anuncio, martirio, santidad.

 

Vivir el Año de la Oración en preparación al Jubileo 2025.

• Oración personal: “Enséñanos a orar”.

• Celebraciones comunitarias: “Con Pedro y Pablo siguiendo al Maestro”: La llamada. La profesión de fe. La prueba. El testimonio.

• Formación y espiritualidad: “Un amor que arrastra. En camino con Pablo hacia Jerusalén” (C.M.Martini)

 

 

 4. PISTAS PASTORALES

 

Las comunidades evangelizadoras viven estas cinco dimensiones que deben ser transversales e interrelacionar entre ellas como sucede en las primeras comunidades:

Adoración               leitourgia

Bella comunidad    Koinonia

Caridad                  Diakonia

Discipulado y

Evangelización     Matryria

 

Plan de pastoral diocesano 2023-2026

De la parroquia de servicios y mantenimiento a la parroquia de procesos y regeneración

De la parroquia autorreferencial, de “espacios” a una parroquia en salida, de “tiempos”

Del liderazgo único, al liderazgo compartido

Marcar un itinerario donde nos planteemos qué significa en nuestra diócesis la conversión pastoral, cuál es nuestra razón de ser (misión), qué futuro queremos y soñamos (visión) y qué valores debemos priorizar hoy que nos ayuden a tomar decisiones. Para después marcarnos estrategias, propuestas concretas con las que hacer realidad ese futuro que deseamos.

 

Algunos aspectos a evaluar:

Configuración de los equipos. Cuántos, dónde, quiénes

Trabajo corresponsable dentro del equipo…

Diseño del plan de acción

Coordinación con el Consejo de Pastoral de zona

Espacios de celebración del camino, de la vida y la fe.

 

Trabajo pendiente:

• Constitución de los Consejos de presbiterio y de pastoral

• Pastoral vocacional / juvenil / universitaria. Actividades en verano, trabajo conjunto. Congreso nacional de vocaciones 2025.

• Equipos eclesiales de zona (clarificar y concretar funciones y tareas). De la mano de los equipos sacerdotales. Replantearlos para la misión. No caer en la endogamia.

• Repensar organigrama diocesano para posibilitar lo que pretende el Plan de Pastoral.

• Trabajo común de familia y vida, caritas, justicia y paz: familias en dificultad, exclusión, ruptura

• Acoger la pluralidad que hay en la diócesis, incorporar a la pastoral ordinaria la religiosidad popular, cofradías, santuarios

• Promover la riqueza de las iniciativas de conversión y encuentro con el Señor dándoles cabida en las parroquias, tanto las clásicas como las más novedosas:

- Talleres de Oración y Vida.

- Cursillos de Cristiandad.

- Emaús

- Effetá

- Cenas Alpha…

 

Considero que la comunión y el primer anuncio, son las claves para nuestras comunidades cristianas en este siglo XXI. De estos elementos dependerá que la Iglesia cumpla su misión, sea fecunda. Y lo mejor es que esta tarea la origina, la acompaña y la culmina Dios.

 

«Creo en la vida eterna»: así lo profesa nuestra fe y la esperanza cristiana encuentra en estas palabras una base fundamental. La esperanza, en efecto, «es la virtud teologal por la que aspiramos […] a la vida eterna como felicidad nuestra». El Concilio Ecuménico Vaticano II afirma: «Cuando […] faltan ese fundamento divino y esa esperanza de la vida eterna, la dignidad humana sufre lesiones gravísimas —es lo que hoy con frecuencia sucede—, y los enigmas de la vida y de la muerte, de la culpa y del dolor, quedan sin solucionar, llevando no raramente al hombre a la desesperación». Nosotros, en cambio, en virtud de la esperanza en la que hemos sido salvados, mirando al tiempo que pasa, tenemos la certeza de que la historia de la humanidad y la de cada uno de nosotros no se dirigen hacia un punto ciego o un abismo oscuro, sino que se orientan al encuentro con el Señor de la gloria. Vivamos por tanto en la espera de su venida y en la esperanza de vivir para siempre en Él. Es con este espíritu que hacemos nuestra la ardiente invocación de los primeros cristianos, con la que termina la Sagrada Escritura: «¡Ven, Señor Jesús!» (Ap 22,20). Spes non confundit, 19.