Nos acercamos al final de la Cuaresma. El próximo domingo celebraremos el Domingo de Ramos y, por tanto, el inicio de la Pascua. El relato del evangelio ya nos sitúa en Jerusalén y en las fiestas de la Pascua donde ha ido Jesús y sus discípulos y también una multitud de gente tanto judíos como gentiles.
Ver a Jesús
Entre los gentiles que habían venido a celebrar la Fiesta hay un grupo que quiere ver a Jesús. Estos se dirigen a Felipe, natural de Betsaida, para que les consiga ese favor. Felipe va a hablar con Andrés y los dos les llevan ante Jesús. No conocemos las motivaciones que tenían para ver a Jesús. Ignoramos qué deseos albergaban para ese encuentro con el Señor. Esta entrevista, pudiéramos decir, servirá al evangelista san Juan para explicarnos la misión que va a llevar a cabo Jesús. Es sugerente el hecho de que para acercarse al Señor pidan la colaboración de sus discípulos. Se nos sugiere la importancia de la medicación de alguien que nos facilite el encuentro y el diálogo con el Señor. No estamos en tiempos de intermediarios y queremos directamente lograrlo nosotros mismos. Pero la pedagogía del Señor se sigue valiendo de mediadores que nos acerquen a él, personas que nos faciliten el encuentro con el Señor. Felipe y Andrés nos recuerdan también a nosotros esta dimensión de acercar a los hermanos a Dios, de servir de mediadores para que mucha gente se encuentre con el Señor en nuestros tiempos. En medio de la fiesta, imagen de nuestra vida, también es posible que muchos deseen conocer a Jesús y debemos estar atentos para facilitar ese encuentro.
La hora
San Juan usa el concepto de “hora” para expresar el tiempo de la salvación, el tiempo del anuncio. Y en ese concepto se centra la respuesta de Jesús. Anunciar el tiempo que ya ha llegado de revelar su plan de salvación. Asistimos así a un diálogo profundo de la razón de la vida de Jesús. Comunicar a aquellos gentiles que ha llegado el tiempo de la salvación para todos los hombres y a quienes invita a seguirle para que se salven. En la explicación de esa salvación Jesús habla de dar la vida, de morir para dar fruto como el grano de trigo que si no muere no puede dar fruto. Aquí encontramos la razón de esa entrevista de aquellos gentiles con Jesús, anunciarles que es el tiempo de su salvación. Lo hará anticipando su entrega que van a poder vivir durante las fiestas. Habéis llegado a tiempo para que contempléis la salvación. Su diálogo con quienes quieren verle es una explicación de su muerte como como razón para ganarnos la salvación. Y esa invitación, no se reduce a los judíos, sino que es para todos, para ellos los gentiles. En su deseo de ver a Jesús podemos intuir que aquellos gentiles querían tomar contacto con la salvación y Jesús se esfuerza en aclarárselo diciendo que evidentemente todos tienen a su alcance la salvación. No sois forasteros en la Pascua, no sois meros espectadores, sino que los frutos de la Pascua son también para vosotros porque cuando muera atraeré a todos hacia mí.
Resumamos el mensaje de este domingo en la tarea de desear ver a Jesús y aceptar encontrarnos con Jesús para que escuchemos de sus labios la invitación a seguirle para, así, merecer la salvación.
José María de Valles. Delegado diocesano de Liturgia