En este “Tiempo de Gracia” que nos regala la Iglesia con el Adviento llegamos a la Inmaculada Concepción... “Llamados para Vivir”, invitados a una mirada interior, como si fuésemos nosotros mismos que tenemos que mirar al corazón e interpretar qué nos está diciendo Dios en lo más hondo del corazón… En este domingo nos convoca con la frase “Hágase... para CREAR”.
EVANGELIO
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
- Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
- No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel:
- ¿Cómo será eso, pues no conozco varón?
El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.
María contestó:
- He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y el ángel se retiró.
San Lucas 1, 26-38
RECONOCER
La llena de Gracia
Celebramos la Inmaculada Concepción. Todo en ella es pureza y armonía, ternura y bondad. María es la criatura que, desde el primer instante de su concepción, fue preservada por Dios del pecado original en orden a su maternidad divina). Esta solemnidad, en medio del Adviento, es un signo de la esperanza cierta que nos aguarda. María ha precipitado la hora de la salvación con su fiat. En su entrega hace posible la venida de su Hijo para hacer nuevas todas las cosas.
María, fiel israelita, permanecía en la escucha continua de Dios y en el mes sexto recibe la visita del ángel. En escucha y diálogo con el Dios de Israel, va a llevar a toda la humanidad al séptimo día, en la plenitud de los tiempos (Gál 4,4), concibiendo y dando a luz al Salvador. El que es la Perfección, el Unigénito, se introduce en la imperfección, haciéndose Hijo del hombre, para elevar a cada hombre al seno de Dios.
El saludo del ángel muestra a María como cumplimiento de las profecías y la define en su pureza singular: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo (Lc 1,28). Alégrate es el saludo a la hija de Sión (Sof 3,14; Miq 4,6-10). Llena de gracia indica una acción que comenzó en el pasado -en su concepción- y que continúa en el presente, sin término.
María está en amistad con Dios y en enemistad con el demonio (Gén 3,14-15). Ella es un cristal puro que deja pasar la luz. María se turba en su humildad, no por la presencia del ángel. El lenguaje que utiliza Gabriel le es familiar porque ella vive en Dios, en oración constante. Se fía del ángel y de Dios y escudriña su vocación para responder con toda fidelidad. Hoy le pedimos a la Llena de gracia que nos alcance a Quien es la Gracia.
INTERPRETAR
Testimonio de Vida y Oración - Conversión de sor Lucía Marie: de protestante a “esposa de Cristo”
Yo era protestante. Y comencé a explorar la idea de la vocación incluso antes de convertirme en católica.
Fue a raíz de comprar una novela sobre una monja enfermera. La lectura de este libro causó en mi un gran impacto, ya que era la primera vez que veía a una monja ser llamada “esposa de Cristo” y aquella idea me consumió.
Tras aquella lectura, yo me preguntaba qué querría decir eso de ser esposa de Cristo, por lo que mi interés creció y comencé a interesarme por las vidas de otros santos.
Todo esto me llevó a visitar una capilla de Adoración Perpetua en una iglesia cercana a mi casa. Allí pude experimentar la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Estaba mirando el pan consagrado y pensé: “Los católicos creen que es Jesús”. Entonces me di cuenta: “¡Es Jesús!”. Supongo que ese fue el momento real de mi conversión.
En aquella capilla, descubrí el deseo de convertirme en “esposa de Cristo”.
Ingresé a la Orden dominica de Nashville y ahora que estoy aquí, me doy cuenta de que no solo la vida es diferente de lo que esperaba, sino que en realidad ha superado las expectativas.
ORANDO
Oración al Creador - Papa Francisco
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos
con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones
un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro,
de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza,
sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad,
de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas.
ELEGIR
Deja que la Palabra resuene en tu vida y te aliente a ponerte en camino. Te invitamos a responder a estas preguntas desde estos tres verbos que nos guían en la reflexión y nos ayudan a hacer vida la Palabra.
• Reconocer: vuelve a leer sin prisa el Evangelio. ¿Qué te ha llamado la atención? ¿Qué palabras resuenan en tu momento personal?
• Interpretar: “El Señor está conmigo y me ha elegido” ¿Siento a Dios cercano y formando parte de mi vida? ¿Cómo es su mirada?
• Elegir/ponernos en camino: “Hágase en mi…”. ¿Me siento empoderado/a para poderle afirmar a Dios “Aquí estoy, para que tus sueños se cumplan en mi”? ¿Qué sueños tiene Dios hoy para mí?