Quinto Domingo de Cuaresma: “Aprendemos a levantarnos y caminar”

Quinto Domingo de Cuaresma: “Aprendemos a levantarnos y caminar”

Llegamos al Quinto Domingo de esta Cuaresma que la Diócesis nos anima a vivir con el lema “Comunidades en camino. Dando pasos hacia una Iglesia sinodal”. En este domingo se nos anima a aprender a “levantarnos y caminar”.

 

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EVANGELIO

Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y, colocándola en medio, le dijeron:

- Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?

Él les dijo:

- El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.

- Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?

Ella contestó:

- Ninguno, Señor.

Jesús dijo:

- Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

Lucas 4,1-13

 

 

COMENTARIO

Jesús, ante aquella mujer acusada y condenada, nos indica que no es tiempo ni de juicios, ni de descalificaciones, ni de condenas, porque algo maravilloso está a la puerta y nos mueve, nos lanza hacia adelante. La mirada de Jesús descubre también en nosotros nuevas posibilidades. Somos enviados a transformar el mundo. La sinodalidad reclama acción y preparación, no vale con ser espectadores. Es preciso ponernos en pie, levantarnos de inercias y cansancios y caminar juntos hacia el futuro. Y así, apoyándonos y complementándonos unos con otros, vivir una comunión participativa, con la mirada puesta en la misión.

 

 

DEL DOCUMENTO FINAL DEL SÍNODO. Nº 14

«La Iglesia existe para testimoniar al mundo el acontecimiento decisivo de la historia: la resurrección de Jesús. El Resucitado trae la paz al mundo y nos da el don de su Espíritu. Cristo vivo es la fuente de la verdadera libertad, el fundamento de la esperanza que no defrauda, la revelación del verdadero rostro de Dios y del destino último del hombre».

«Los Evangelios nos dicen que, para entrar en la fe pascual y ser testigos de ella, es necesario reconocer el propio vacío interior, las tinieblas del miedo, de la duda y del pecado. Pero quienes, en la oscuridad, tienen el valor de salir y ponerse a buscar, descubren realmente que son buscados, llamados por su nombre, perdonados y enviados junto a sus hermanos y hermanas».

 

 

ORACIÓN

Tenemos en los labios la crítica rápida,
nos damos cuenta enseguida del fallo ajeno,
parecemos niños acusadores, que no aman,
en vez de hermanos fraternos y disculpadores.

Enséñanos, Señor, a hablar bien del otro,
a descubrir su tesoro interior y su mejor parte,
a disculpar con una ternura como la tuya,
a comprender metiéndonos dentro de su persona.

Tú que con todas las personas provocabas encuentros,
danos la capacidad de respetarnos a fondo
la empatía de escuchar al otro desde su música interior,
y la misericordia de corazón para acogerle como es.

Frena en nosotros toda crítica amarga,
todo comentario descalificador y negativo
cualquier reproche que distancia y aleja,
y el más pequeño gesto que rompa nuestro amor.

Queremos contigo disculpar siempre,
entender los porqués de la otra persona,
comprenderle incondicionalmente,
restituyéndole la fe en sí mismo y en nuestra incondicional amistad.

Haznos palabra cálida, gesto oportuno,
mirada amorosa y mano tendida, como Tú lo eres, Señor.

Mari Patxi Ayerra

 

 

PARA VER Y ESCUCHAR

LA PRIMERA PIEDRA. Salomé Arricibita

https://www.youtube.com/watch?v=ePd-dPDO7eQ

Elogio frente a condena - 5º Domingo de Cuaresma, Ciclo C. Editorial Verbo Divino – EVD

https://www.youtube.com/watch?v=_E7cm6HGjeM