Al regresar a la Casa sacerdotal “Virgen de Lebanza” después de haber estado ingresado unos días, siento la necesidad de:
1. Dar gracias a Dios por la experiencia de estar en el Hospital. Piensas, oras, reflexionas, relativizas muchas cosas y confías en Él.
2. Dar gracias a todo el personal. Muchas veces nos quejamos de la Seguridad Social; quiero reconocer, que en este caso sólo tengo palabras de gratitud para médicos, enfermeras, capellanes, auxiliares, celadores, etc., por su profesionalidad y humanidad. Y no porque sea el Obispo, sino con todos.
3. Y gracias a toda la Iglesia en Palencia. Estos días he podido vivir la página de Hechos 12, 5, que narra la estancia de Pedro en la cárcel, y “mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él”. Hechas las oportunas adaptaciones, puedo decir que he sentido la oración, la fraternidad sincera y el cuidado de la Iglesia, laicos, religiosos y sacerdotes. Sobre todo, quiero resaltar la atención de tantos que, coordinados, por Jorge, han hecho turnos para que, por el día estuviera en todo momento acompañado; gracias a los Vicarios que han tenido que asumir trabajos extra con alegría y generosidad. Lo recuerdo y todavía me emociono.
Muchas gracias a todos. Con la ayuda del Señor, intentaré corresponder entregándome más a esta iglesia, nuestra iglesia de Palencia, desde mi pobreza y limitaciones. Que el Señor os bendiga y acompañe.
Un fuerte abrazo.
+ Manuel, Obispo de Palencia.