Mons. Manuel Herrero Fernández, OSA. Obispo de Palencia
Una de las imágenes, entre otras muchas complementarias, que utiliza el Concilio Vaticano II para hablar de la Iglesia, que es signo o sacramento e instrumento de la unión íntima de Dios y la unidad de todo el género humano (LG, 1), es la construcción de Dios, o edificación. Cristo mismo se comparó a la piedra que desecharon los constructores, pero se convirtió en la piedra angular. Los Apóstoles construyen la Iglesia sobre ese fundamento, que le da la solidez y cohesión. Esta construcción recibe diversos nombres: casa de Dios, en la que habita la familia, habitación de Dios en el Espíritu, tienda de Dios con los hombres, y, sobre todo, templo de Dios.
Esta edificación casa, tienda o templo de Dios, enriquecida con los dones de su Fundador y guardando fielmente sus mandamientos del amor, la humildad y la renuncia, recibe la misión de anunciar y establecer en todos los pueblos el Reino de Cristo y de Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra (GS, 5).
Nosotros podemos ver imágenes de lo que somos en las iglesias y templos de nuestra diócesis, tan artísticos y bellos, especialmente en nuestra Iglesia Madre, la Catedral de San Antolín, con muchos siglos de historia, -estamos celebrando el VII Centenario de la Catedral gótica, pero antes había otras cuatro-, somos herederos de lo que otros construyeron con fe, esperanza y amor. Hoy tenemos que seguir poniendo nuestra colaboración para hacer de nuestra Iglesia la Esposa de Cristo, llena de juventud y hermosura, la iglesia comprometida con la misión de Jesús, el Reino.
En esta labor estamos implicados sinodalmente todos, cada uno con nuestros con nuestros dones. El cimiento es Cristo. «Conforme a la gracia que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, puse el cimento, mientras otro levanta el edificio. Mire cada cual cómo construye, pues nadie poner otro cimiento fuera del que ya está puesto, que es Jesucristo. sobre el cimiento con oro, plata. piedras preciosas, madera, hierba o paja» (I Cor 3,10-12). No trabajamos solos: hay muchos hombres y mujeres de buena voluntad que también anhelan y trabajan por el Reino y tenemos que abrirnos a ellos.
CONSTRUIMOS + es el lema e invitación de la programación pastoral para este curso 2022-2023. Elaborada tras la consulta Sinodal y que nos presenta la Comisión de Pastoral, nos ofrece unas claves, - unas piedras, ladrillos y elementos- con el cemento del amor, para seguir construyendo. En la tarea de llevar el Evangelio de Reino a nuestros pueblos y ciudades, a nuestras gentes, a nuestros hermanos y hermanas.
Espero que todos la asumamos, la apoyemos y la trabajemos para seguir construyendo más y mejor. Es un reto. Supone trabajo, empeño, oración, compromiso fraterno, sudor y lágrimas, pero también alegría.
Que el Señor nos ayude con su Santo Espíritu, y la intercesión de Santa María, San José, San Antolín, San Rafael Arnáiz y San Manuel González y tantos beatos de nuestra Iglesia, porque si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles (Sal 127-128).
Cordialmente en Cristo, Manuel, primer servidor de la Iglesia en Palencia.