Palabras de nuestro obispo D. Mikel ante la elección del nuevo Papa León XIV

Queridos hermanos y hermanas, paz y bien.

Con gran alegría hemos recibido la feliz noticia de que la Iglesia tiene un nuevo Papa. Hoy los católicos de todo el mundo, inmersos en la vivencia del Año Jubilar, sentimos el gozo que produce la palabra escuchada desde el balcón de la Basílica de San Pedro: “Os anuncio un gozo inmenso: ¡Tenemos Papa!”

Desde la Diócesis de Palencia elevamos nuestra acción de gracias a Dios por la elección del Papa León XIV, nuevo Sucesor de Pedro, Pastor que guiará nuestros pasos en el camino de la fe. En esta hora de gracia, se abre para la Iglesia un nuevo tiempo que acogemos con corazón esperanzado, con la certeza de que el Señor nunca abandona a su Pueblo.

Como nos recordaba su predecesor, el Santo Padre Francisco, en la bula de convocatoria del Jubileo 2025, Spes non confundit, la esperanza cristiana “no defrauda, no engaña ni decepciona” (cf. Rm 5,5), sino que arraiga en la fidelidad de Dios y se convierte en luz que alumbra incluso las noches más oscuras de la humanidad.

Queremos, además, expresar nuestra profunda comunión con la decisión del Colegio Cardenalicio, guiado por la asistencia del Espíritu Santo, que sopla con fuerza en el corazón de la Iglesia. Esta elección nos invita a renovar nuestra confianza en el Señor, a mirar el futuro con esperanza y a ser “testigos creíbles de un mundo nuevo” (Spes non confundit, 3), sostenidos por la promesa de Cristo Resucitado.

Invito a todos los fieles de la Diócesis a dar gracias a Dios por el don del nuevo Papa y a acompañarlo con nuestra oración filial. Que el Señor lo fortalezca con la gracia de su Espíritu, lo ilumine en su discernimiento y lo sostenga en las múltiples tareas que ha de asumir. En una sociedad herida por el desencanto, la polarización y la incertidumbre, su misión será, sin duda, exigente. Pero también será fecunda si está anclada en la roca firme de la esperanza que no decepciona y que es capaz de mover a los pueblos hacia una humanidad más reconciliada y fraterna.

Recemos para que el Papa León XIV, animado por la esperanza, pueda ser instrumento de paz, promotor de la justicia, sembrador de armonía y artífice de esa civilización del amor a la que todos estamos llamados. Que su pontificado nos ayude a redescubrir la belleza de ser Iglesia, Pueblo de Dios en camino, guiado por la esperanza que nos impulsa hacia la plenitud del Reino.

Os bendigo a todos con afecto y os encomiendo a la intercesión de Santa María, Madre de la Esperanza.

+ Mons. Mikel Garciandía Goñi. Obispo de Palencia