El 7 de mayo es la fecha dispuesta para el comeinzo del cónclave. La reunión en la que los cardenales electores, los menores de 80 años, eligen al nuevo Pontífice. Recogemos los aspectos fundamentales de todo el proceso de elección: inicio del cónclave, con la misa “Pro eligendo Pontifice”, escrutinio, elección y la aceptación del que será el nuevo Papa.
Oración de los fieles
El pasado 30 de abril -en los días previos a la celebración del cónclave- el Colegio de los cardenales, hacía público un Comunicado, en el que se enfatizaba la importancia de la oración de los fieles para acompañar espiritualmente el proceso, subrayando la necesidad de docilidad al Espíritu Santo y confiando el camino de la Iglesia a la intercesión de María.
El Colegio de los cardenales reunidos en Roma, que están participando en las congregaciones generales para la preparación del cónclave, desea invitar al Pueblo de Dios a vivir este acontecimiento eclesial como un momento de gracia y de discernimiento espiritual, a la escucha de la voluntad de Dios.
Por esta razón los cardenales, conscientes de la responsabilidad a la que están llamados, perciben la necesidad de ser sostenidos por la oración de todos los fieles. Esta es la verdadera fuerza que en la Iglesia favorece la unidad de todos los miembros en el único Cuerpo de Cristo (cf. 1 Co 12,12).
Ante la grandeza de la tarea inminente y a las urgencias de los tiempos presentes, es necesario en primer lugar hacerse instrumentos humildes de la infinita sabiduría y providencia del Padre celestial, en la docilidad a la acción del Espíritu Santo. Él es, en efecto, el protagonista de la vida del Pueblo de Dios, es a Él a quien debemos escuchar, acogiendo lo que dice a la Iglesia (cf. Ap 3,6).
Que la Virgen María acompañe nuestra invocación unánime con su materna intercesión.
Documentos que establecen las normas de elección del Pontífice
• Constitución apostólica Universi Dominici Gregis (UDG), de San Juan Pablo II (1996), sobre el desarrollo de la sede vacante y la elección de Pontífice.
• Benedicto XVI introdujo algunas modificaciones en UDG “de las normas relativas a la elección de Romano Pontífice” por medio de dos Motu proprio: en 2007 y en 2013.
• El ritual litúrgico Ordo rituum conclavis, que regula el desarrollo del cónclave para elegir un nuevo Papa.
Algunos datos generales sobre el cónclave
• Eligen al nueve Pontífice los cardenales de menos de 80 años. Por tanto, quedan excluidos de la elección los que antes del día de la muerte del Sumo Pontífice o del día en el cual la Sede Apostólica queda vacante, hayan cumplido esa edad.
• La fecha de inicio del cónclave la fija el colegio de cardenales que debe esperar quince días desde el inicio de la sede vacante para que todos los cardenales electores puedan llegar a Roma. No obstante, se puede anticipar el comienzo si se constata que ya están todos presentes. También podrá retrasarlo, por un máximo de cinco días, si hubiera motivos graves.
• El proceso de elección del Romano Pontífice se desarrolla en la Capilla Sixtina.
• Para la elección del Santo Padre es necesaria una mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales presentes y votantes.
• En la actualidad, el colegio cardenalicio está formado por 252 cardenales, de los cuales son electores 133.
• Durante los días del cónclave, los cardenales se trasladarán de la Casa de Santa Marta hasta la Capilla Paulina, donde celebrarán la Eucaristía, a primera hora. Posteriormente, entrarán en la Capilla Sixtina. Tras el rezo de la Hora media, procederán a las dos votaciones de la mañana. Si no hay elección, regresarán a la Casa de Santa Marta para almorzar y de nuevo volverán a la Sixtina. Rezarán brevemente y reanudarán las votaciones de la tarde.
El colegio cardenalicio
Los Cardenales históricamente fueron consejeros y colaboradores del Papa y son elegidos de los presbíteros de los 25 títulos o iglesias cuasiparroquiales de Roma, de los diáconos regionales y palatinos y de los Obispos suburbicarios. A partir del año 1150 formaron el Colegio Cardenalicio con un Decano, que es el Obispo de Ostia, y un Camarlengo en calidad de administrador de los bienes.
Desde el año 1059 son electores exclusivos del Papa. En el siglo XII se comenzaron a nombrar Cardenales también a los prelados que residían fuera de Roma. Desde el siglo XII, preceden a los Obispos y Arzobispos; desde el siglo XV también a los Patriarcas; y, aun siendo simples sacerdotes, tienen voto en los concilios.
El número de los Cardenales ha variado a lo largo de la historia. En los siglos XIII-XV, ordinariamente no superaba los 30. En 1586, fue fijado por Sixto V en 70. En el Consistorio Secreto del 15 de diciembre de 1958, Juan XXIII derogó el número de Cardenales establecido por Sixto V y estableció que todos los Cardenales fueran honrados con la dignidad episcopal. Pablo VI determinó el lugar de los Patriarcas Orientales en el Colegio Cardenalicio y dispuso que con el cumplimiento de los 80 años de edad los Cardenales cesan de ser Miembros de los Dicasterios de la Curia Romana y de todos los Organismos Permanente de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano; y pierden también el derecho de elegir al Romano Pontífice. En el Consistorio Secreto de 1973, el mismo Pablo VI estableció que el número máximo de Cardenales que tienen la facultad de elegir al Romano Pontífice se fijara en 120. Juan Pablo II, en la Constitución Apostólica Universi Dominici gregis, del 22 de febrero de 1996, reiteró dichas disposiciones.
135 cardenales electores
Los 135 cardenales electores que entrarán en el Cónclave para elegir al 267º Pontífice proceden de 71 países de los cinco continentes. Hay dos purpurados que no participarán, por lo tanto enrarán en el Cónclave 133. Están representadas 17 naciones de África, 15 de América, 17 de Asia, 18 de Europa y 4 de Oceanía.
Por primera vez, 12 Estados, de un lado al otro del planeta, cuentan con cardenales electores autóctonos: de Haití, el cardenal Chibly Langlois; de Cabo Verde, Arlindo Furtado Gomes; de la República Centroafricana, Dieudonné Nzapalainga; de Papúa Nueva Guinea, John Ribat; de Malasia, Sebastian Francis; de Suecia, Anders Arborelius; de Luxemburgo, Jean-Claude Hollerich; de Timor Oriental, Virgilio do Carmo da Silva; de Singapur, William Seng Chye Goh; de Paraguay, Adalberto Martínez Flores; de Sudán del Sur, Stephen Ameyu Martin Mulla y de Serbia, Ladislav Nemet.
En total, se reunirán en la Capilla Sixtina 53 cardenales europeos, 37 americanos , 23 asiáticos, 18 africanos y 4 oceánicos.
Los electores creados por los tres últimos Pontífices
El cardenal elector más joven es el australiano de adopción Mikola Bychok, de 45 años, originario de Ucrania, obispo de la eparquía de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne de los ucranianos y el más anciano es el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años.
Los más numerosos son los nacidos en 1947, hay 13 entre los que emitirán su voto, con 78 años cumplidos o por cumplir. Sólo el cardenal Baldassare Reina es de 1970, con lo cual cumplirá 55 años el 26 de noviembre. Mientras los cardenales Leo Frank, de 1971, y Rolandas Makrickas, de 1972 no tienen coetáneos.
Veteranos del Cónclave son los cinco cardenales creados por san Juan Pablo II: el francés Philippe Barbarin, el croata Josip Bozanić, el húngaro Péter Erdő, el bosnio Vinco Pulić y el ghanés Peter Turkson.
Hay, en cambio, 22 electores que recibieron el birrete cardenalicio de manos de Benedicto XVI y 108 que lo llevan por haberlos elegido Francisco.
Cardenales religiosos
Entre los electores hay 33 cardenales de 18 familias religiosas; hay más salesianos, 5 (Charles Maung Bo, Virgilio Do Carmo da Silva, Ángel Fernández Artime, Cristóbal López Romero y Daniel Sturla Berhouet); hay 4 consagrados de la Orden de los Frailes Menores (Luis Cabrera Herrera, Pierbattista Pizzaballa, Jaime Spengler y Leonardo Steiner) y jesuitas también 4, (Stephen Chow Sau-yan, Micheal Czerny, Jean-Claude Höllerich y Ángel Rossi); mientras hay 3 franciscanos conventuales (François-Xavier Bustillo, Mauro Gambetti y Dominique Mathieu).
En la Capilla Sixtina votarán también 2 dominicos (Timothy Peter Joseph Radcliffe y Jean-Paul Vesco); 2 lazaristas (Vicente Bokalic Iglic y Berhaneyesus Demerew Souraphiel); 2 redentoristas (Mykola Bychok y Joseph Tobin) y 2 verbitas (Tarcisio Kikuchu y Ladislav Nemet), así como el agustino Robert Prevost; el capuchino Fridolin Ambongo Besungu, el carmelita descalzo Anders Arborelius, el cisterciense Orani João Tempesta, Gérald Lacroix, del Instituto Secular Pío X, el misionero de la Consolata Giorgio Marengo, el misionero del Sagrado Corazón de Jesús John Ribat, el escalabriniano Fabio Baggio y el espiritano Dieudonné Nzapalainga.
Cardenales españoles con derecho a voto en el cónclave
Entre los cardenales electores, con menos de 80 años, hay 7 nacidos en España. La Santa Sede computa 5 españoles: A los cuatro que prestan su misión en España suma el Card. Artime, que trabaja en la Curia Romana. Los otros dos realizan su misión pastoral en otros países (Marruecos y Francia).
Miembros de la CEE (4)
• Mons. Carlos Osoro Sierra. Nació en Castañeda (Cantabria) el 16 de mayo de 1945. Arzobispo emérito de Madrid. Creado cardenal por el papa Francisco el 19 noviembre 2016.
• Mons. Antonio Cañizares Llovera*. Nació en Utiel (Valencia) el 15 de octubre de 1945. Arzobispo emérito de Valencia. Creado cardenal por el papa Benedicto XVI el 24 marzo 2006. * Ha comunicado que no participará en este cónclave por motivos de salud.
• Mons. Juan José Omella. Nació en Cretas (Teruel) el 21 de abril de 1946. Arzobispo de Barcelona. Creado cardenal por el papa Francisco el 28 junio 2017.
• Mons. José Cobo Cano. Nació en Sabiote (Jaén) el 20 de septiembre de 1965. Arzobispo de Madrid. Creado cardenal por el papa Francisco el 30 de septiembre de 2023.
No son miembros de la CEE
• Mons. Cristóbal López Romero, SDB. Nació en Vélez-Rubio (Almería) el 19 de mayo de 1952. Arzobispo de Rabat (Marruecos). Creado cardenal por el papa Francisco el 5 de octubre de 2019.
• Mons. Francisco Javier Bustillo Rípodas O.F.M. Conv. Nació en Pamplona el 23 de noviembre de 1968. Obispo de Ajaccio (Córcega). Creado cardenal por el papa Francisco el 30 de septiembre de 2023.
• Mons. Ángel Fernández Artime. Nació en Gozón-Luanco (Asturias) el 21 agosto 1960. Pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y sociedades de Vida apostólica Creado cardenal por el papa Francisco el 30 de septiembre de 2023.
Inicio del Cónclave
Misa “Pro eligendo Sumo Pontifice”
Como es tradición, el primer día del cónclave comenzará con la solemne Misa “Pro eligendo Sumo Pontífice” en la Basílica vaticana, presidida por el Decano del colegio cardenalicio, card. Giovanni Battista Re. Concelebran todos los cardenales.
Se recomienda celebrar la eucaristía por la mañana, para poder tener por la tarde la primera votación.
Procesión de entrada
Desde la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, donde se habrán reunido a primera hora de la tarde, los cardenales electores, en hábito coral, irán en procesión, invocando con el canto del Veni Creator la asistencia del Espíritu Santo, a la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico, sede donde se desarrolla la elección.
Una vez dentro de la Capilla Sixtina, los cardenales prestarán juramento, antes del comienzo del proceso de la elección.
Juramento y 2ª meditación
El cardenal Decano, o el primer cardenal por orden de antigüedad, leerá en voz en voz alta:
Todos y cada uno de nosotros Cardenales electores presentes en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la Constitución Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II, Universi Dominici Gregis, emanada el 22 de febrero de 1996. Igualmente, prometemos, nos obligamos y juramos que quienquiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el «munus petrinum» de Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender denodadamente los derechos espirituales y temporales, así como la libertad de la Santa Sede. Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del Romano Pontífice y sobre lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio; no violar de ningún modo este secreto tanto durante como después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que sea dada autorización explícita por el mismo Pontífice; no apoyar o favorecer ninguna interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención con la cual autoridades seculares de cualquier orden o grado, o cualquier grupo de personas o individuos quisieran inmiscuirse en la elección del Romano Pontífice.
A continuación, cada cardenal elector, según el orden de precedencia, prestará juramento con esta fórmula:
Y yo, N. Cardenal N. prometo, me obligo y juro
Y poniendo la mano sobre los Evangelios, añadirá:
Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano.
Después del juramento, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias pronunciará el extra omnes y todos los ajenos al cónclave deberán salir de la Capilla Sixtina.
Continuarán en la sala únicamente el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y el eclesiástico, designado por la Congregación General, que hará en ese momento la segunda meditación.
Cuando acaba la intervención, también saldrán los dos.
Desarrollo de la elección
Cuando se cierre la puerta de la Capilla Sixtina, los cardenales electores recitarán las oraciones según el Ordo y si no hay ninguna duda sobre el procedimiento, comenzará el proceso de elección.
La tarde del primer día se tendrá solo un escrutinio. Posteriormente, hasta el momento de la elección, se programan dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde.
La papeleta para las votaciones es rectangular y está hecha para que pueda doblarse por la mitad. En la parte superior lleva escritas las palabras: Eligo in Summum Pontificem. En la parte inferior está el espacio para escribir el nombre elegido. Una vez escrito, la papeleta se dobla dos veces.
1. Pre-escrutinio
• Preparación y distribución de las papeletas: entran en el Aula el Secretario del colegio de los cardenales, el Maestro de las celebraciones litúrgicas y los ceremonieros que entregarán las papeletas a cada cardenal elector. Después, todos volverán a salir, porque durante el momento de la votación solo pueden estar en la Capilla Sixtina los cardenales electores. Cierra la puerta el último cardenal Diácono, abriéndola y cerrándola todas las veces que sea necesario.
• El último cardenal Diácono también es el que extrae por sorteo nueve nombres de entre todos los electores. Los tres primeros actuarán de Escrutadores; los tres segundos serán los encargados de recoger los votos de los enfermos (Infirmarii) y los otros tres serán los Rivisores.
2. Escrutinio
Introducción de las papeletas en la urna
• Cada cardenal elector, por orden de precedencia, después de haber escrito y doblado la papeleta, teniéndola levantada de modo que sea visible, la lleva al altar, delante del cual están los Escrutadores, y sobre el que está colocada una urna cubierta por un plato para recoger las papeletas. Una vez allí, el cardenal elector pronuncia en voz alta la siguiente fórmula de juramento: Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido.
• A continuación, deposita la papeleta en el plato y con éste la introduce en la urna. Hecho esto, se inclina ante el altar y vuelve a su sitio.
• Si algún cardenal, por enfermedad, no puede acercarse al altar, hará la votación a través del último de los Escrutadores.
• Si hay cardenales enfermos en las habitaciones, harán la votación a través de los Infirmarii.
Mezcla y recuento de las papeletas
• Cuando todos los cardenales han introducido su papeleta en la urna, el primer Escrutador las mezcla moviéndolas varias veces. Después, el último Escrutador hace el recuento y las coloca en otro recipiente vacío. Si el número de papeletas coincide con el número de cardenales electores, se procede al recuento. Si no, se queman y se hace una segunda votación.
Escrutinio de los votos
• Los tres Escrutadores se sientan en una mesa delante del altar. El primero abre la papeleta, observa el nombre y se la pasa al segundo, que también comprueba el nombre y se la pasa al tercero. Este último es el que la lee en voz alta y anota el nombre. Además, las perfora con una aguja en el punto en el que se encuentra la palabra Eligo y las inserta en un hilo. Al terminar, se atan los extremos del hilo con un nudo y se ponen en un recipiente al lado de la mesa. Los Escrutadores suman los votos que cada uno ha obtenido y los anotan en una hoja.
3. Post-escrutinio
• Si después de sumar los votos, ninguno ha alcanzado los dos tercios de los votos necesarios para la elección, el Papa no ha sido elegido; en cambio, si alguno ha obtenido los dos tercios, se tiene por canónicamente válida la elección del Romano Pontífice.
• En ambos casos, los Revisores deben proceder al control tanto de las papeletas como de las anotaciones hechas por los Escrutadores, para comprobar que éstos han realizado con exactitud y fidelidad su función.
Las “fumatas” negra y blanca
Las “fumatas” se producen con la quema de esas papeletas de la votación final de la mañana o de la tarde y con los escritos que hayan podido hacer los cardenales sobre el resultado de cada escrutinio. Si la elección se produjese en una votación intermedia, la “fumata” saldría a mitad de la mañana o de la tarde. Si el humo de la “fumata” sale negro por la chimenea de la estufa colocada en la Capilla Sixtina, donde han sido quemadas las papeletas: NO hay Papa. Si, por el contrario, el humo es blanco: “Habemus Papa”. Con la “fumata blanca” se anunciará al mundo que la Iglesia católica tiene un nuevo sucesor de Pedro.
¿Qué pasa si no hay fumata blanca después de tres días?
Después de tres días de escrutinios sin fumata blanca se suspende la elección, por un día como máximo, para una pausa de oración, de coloquio entre los votantes y de una breve exhortación espiritual del primer cardenal del Orden de los Diáconos. A continuación, se reanudan las votaciones hasta otros siete escrutinios. Si tampoco hay elección, habrá otra pausa con la meditación del primer cardenal del Orden de los Presbíteros. De nuevo, otra serie de siete escrutinios y si la fumata vuelve a ser negra, se hará otra pausa con la exhortación, en esta ocasión, del primer cardenal del Orden de los Obispos. Volverán de nuevo las elecciones, otra vez hasta siete posibles escrutinios.
Pero si en está ocasión no hubiera resultado positivo, tras un día de oración, reflexión y diálogo, en las siguientes votaciones se votará entre los dos nombres más votados en el último escrutinio, teniendo que obtener el elegido al menos dos tercios de los sufragios de los cardenales presentes y votantes. En estas votaciones los dos nombres que tienen voz pasiva carecen de voz activa.
Aceptación, proclamación e inicio del Ministerio del nuevo Pontífice
Cuando se consiga en las votaciones la mayoría de dos tercios, y, con ello, se llegue a la elección del nuevo Pontífice, el cardenal Decano, o el primero de los Cardenales por orden y antigüedad, en nombre de todo el Colegio de los electores, pide el consentimiento del elegido con las siguientes palabras:
¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?
Y, una vez recibido el consentimiento, le pregunta:
¿Cómo quieres ser llamado?
Entonces el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y teniendo como testigos a dos Ceremonieros que serán llamados en aquel momento, levanta acta de la aceptación del nuevo Pontífice y del nombre que ha tomado.
El cónclave se concluirá inmediatamente después de que el nuevo Sumo Pontífice elegido haya dado el consentimiento a su elección.
En este momento, desde la chimenea de la Capilla Sixtina saldrá el humo blanco como señal para anunciar la noticia y repicarán las campanas de la Basílica de San Pedro. Posteriormente, el cardenal protodiácono, cardenal Dominique Mamberti, saldrá al balcón para dar a conocer a los fieles que la Iglesia tiene un nuevo sucesor de Pedro.